LA CHAQUETA DE ESMOQUIN BLANCA: PRIMERA Y SEGUNDA PRUEBA

Con el verano llamando a la puerta y con más de una fiesta para celebrar su llegada, tener una acertada alternativa al clásico esmoquin negro no parece mala idea. Cierto que[...]

Con el verano llamando a la puerta y con más de una fiesta para celebrar su llegada, tener una acertada alternativa al clásico esmoquin negro no parece mala idea.

Cierto que el esmoquin negro de hilera sencilla puede acertadamente alternarse con el de hilera doble, sin embargo, lo más probable es que hayamos confeccionados ambos con lanas más propias de invierno que de verano. También el de chaqueta de terciopelo debido, por un lado, a su elevado abrigo y por otro lado a su uso más acertado bajo techo, tampoco parece la mejor opción. Por ello, el de chaqueta blanca se presenta como una opción a considerar seriamente.

Este esmoquin, como ya apuntábamos en el anterior artículo, solo es válido si se viste al aire libre y, no menos importante, en lugares cuyas altas temperaturas así lo aconsejen.  De ahí que viviendo en España este conjunto cobre especial interés. Dicho esto, como también ya apuntábamos, si nuestra intención es alquilarlo siempre mejor optar por el menos arriesgado negro. La oferta de esmóquines de alquiler blancos es tan reducida, y mala, que de hacernos con uno de ellos nos acercaríamos más a la imagen de camarero de un asador venido a más que a la de alguien mínimamente preocupado por su aspecto.

Recordar la preferencia del fajín frente al chaleco, este último totalmente innecesario en climas tropicales o mediterráneos, lugares los primeros para los que se pensó esta prenda. El fajín cubre menos torso que el fajín, proporcionando consecuentemente menos calor, y cumple con la función de evitar que se vea camisa entre el pantalón y el botón el cierre de la chaqueta. Además, de llevar abierta la chaqueta, algo permitido por tratarse de un conjunto de tres piezas, la imagen es mucho más elegante que sin él. Ni que decir que si se ha preferido la chaqueta cruzada tampoco el fajín tiene sentido pues dicho corte siempre debiera vestirse abotonado.

Nosotros optamos por la opción más segura, aunque también menos atrevida, la del fajín negro. El que el fajín sea negro no debería ser óbice, de querer, de optar por una corbata de lazo de color burdeos. No obstante, también nuestra elección fue la más segura: corbata de lazo negra. De un negro y seda gorgorán idéntico al del fajín. De decidirnos por un fajín negro incorporando un toque de color en la corbata de lazo, una nota de buen gusto será asegurase de que el tejido y la terminación de ambos fuera la misma. 

Si en el esmoquin de invierno tanto los zapatos conocidos como opera pumps como los oxfords lisos en terminación brillo son bienvenidos, el aire más informal de la chaqueta blanca prefiere con ella las opera pumps. Igualmente, si los tirantes lisos negros son la segunda mejor opción, la primera está reservada a los blancos. Uno u otro, pero nunca de un tercer color.

El verdadero conocimiento está en dominar los detalles. Si somos conscientes de ello, sabremos que si bien un pañuelo de seda blanco es siempre correcto, todavía lo es más de incorporar cierto color. Esto será particularmente bienvenido si la botonadura fuera también negra o color hueso. De ser dicha botonadura tipo joya, de coincidir esta en color con el pañuelo o con el fajín se estará demostrando el conocimiento de las normas del vestir más clásico y purista. De ser blanco, opción igualmente válida, búsquese uno con un mínimo de contraste con el tono de la chaqueta.

No solemos comentar de manera extendida de los tejidos que utilizamos en las prendas de las que hablamos. No obstante, la ocasión lo merece:

La chaqueta está confeccionada con seda 100% de la casa italiana Scabal, concretamente la conocida en su muestrario como seda Doppione. La seda es una materia prima que destaca por su brillo y su aspecto sedoso, lo que la hace ideal en las prendas de fiesta. Un tejido cuyos secretos se remontan a más de 2500 años, gracias a los chinos que perfeccionaron su producción y la comercializaron en la Ruta de la Seda.

Pero como en todo tipo de tejidos, no todas las sedas son iguales. Hay diferencias entre la seda natural y la seda salvaje basadas en la calidad y apariencia. La seda Doppione, también conocida como seda salvaje, tiene una estructura irregular. Las “gatas” (irregularidades e hilo gruesos que espero puedan apreciarse en las fotos) que se encuentran en la seda Doppione no son defectos, sino las características inevitables de su originalidad y su carácter de hilado y tejido. Quitarlos debilitarían la seda y destruirían parte de su carácter y belleza. Es precisamente esa sensación de que varias partes de la tela se han enganchado lo que la hace, por lo menos desde mi opinión, tan especial y diferente. Encontrarse pequeñas bolas de seda en el tejido forma parte también de su encanto.

Si lo que te gusta es una tela sin aparentes imperfecciones, esta no es tu tela ya que la irregularidad de los hilos es forma parte de su ADN, una característica que verdaderamente la hace muy diferente. Está seda se crea cuando dos gusanos de seda tejen un capullo juntos, produciendo un fuerte hilo doble e irregular tanto en el grosor como en el peso. Se teje en telares manuales que son los únicos que pueden trabjar hilos tan irregulares. Estas irregularidades en el hilo dan como resultado un tejido denominado “Doppione”, es decir que muestra “bolas” e irregularidades.

Pero ¿cómo se obtiene la seda? La seda es un tejido de origen animal que procede de un gusano que se alimenta de hojas de morera. Este gusano, también llamado bombyx, hace un hilo largo usando su saliva para crear un capullo que le permitirá mutar en mariposa. Es este largo hilo el que se desenrollará sumergiéndolo en agua hirviendo y luego será hilado en bobinas. Los hilos de seda salvaje, la de nuestra chaqueta, se obtienen de la siguiente forma:

Etapa de descapullar: ocho a diez días después de la fabricación del capullo, estos se retiran de su soporte y se clasifican retirando el relleno que se utilizó para fijar el capullo. Etapa de asfixia: para la producción de seda, se debe matar la crisálida sin dañar el capullo. Los capullos se calientan en hornos a 70 a 80°C, luego se sumergen en agua hirviendo para ablandar la arenisca. La arenisca, también llamada sericina, es un material que envuelve el hilo de seda, y consigue que el hilo de la seda sea blanco. Etapa de hilado: para encontrar el final de cada hilo, los capullos se remueven constantemente con una pequeña escoba que se utiliza para colgar los primeros hilos que se desenrollan, a esto se le llama hilado de seda cruda. Paso de bobinado: Se necesitan de 8 a 10 kg de capullos para obtener un kilo de seda cruda.

La confección de la tela de una chaqueta como esta requiere de un artesano que se ocupe, manualmente, de desenrollar los hilos de varios capullos al mismo tiempo, de cuatro a diez dependiendo del tamaño de hilo deseado. Posteriormente serán enrollados en bobinas. La seda cruda obtenida se enrolla finalmente en ovillos.

Paso de torsión: Se deben torcer varios hilos de seda para obtener más solidez. El número de torsiones depende de la calidad de seda que se quiera obtener, cuanto más se retuerza la seda, más flexible será la tela. Paso de teñido: finalmente se impregnarán los hilos con productos que se utilizan para fijar el tinte – todos los tintes de seda salvaje son tintes naturales. Etapa de tejeduría: la seda se enrolla en un tambor para montar los hilos de la urdimbre en el telar, luego se desenrolla en una bobina y finalmente se coloca en la lanzadera para tejer la trama de la tela.

Además de la calidad del hilo de seda que dependerá en gran parte de lo buena o mala que sea cada año la seda producida por los gusanos – al igual que con el vino, también a los gusanos les influyen múltiples factores – la destreza de las hiladoras y tejedoras será, igualmente, fundamental. Es precisamente esta destreza la que determinará la calidad final de la seda clasificándose en uno, dos, tres o cuatro cabos, siendo la uno la seda más fina, más flexible, más resistente y brillante. Según la presión de los dedos a la hora de hilar y dependiendo de la técnica en la unión de los hilos, la seda saldrá más o menos regular.

Probablemente hayamos visto esta terminación irregular en alguna otra seda por lo que para saber exactamente la calidad del tejido deberíamos tener en cuenta dos características. La primera sus gatas: cuantas más haya será señal que se ha usado menos hilo de buena calidad. La más bonita y de mayor calidad es la más lisa con muy ligeras irregularidades para mantener un lado “auténtico” pero que sigue teniendo un aspecto lujoso. La segunda su grosor: cuanto más grueso, más hilos de seda contiene, más caro y de mayor calidad será.

Como cualquier tela de calidad, más siendo seda, requiere de cierto mimo en su mantenimiento. Y como todos sabemos, es el proceso de lavado el que más puede influirle negativamente. Por ello, es recomendable lavar el tejido en seco, de hacerlo a mano la seda perdería su brillo. En la lavadora, la tela saldrá del tambor “agrietada” y arrugada. Para la seda salvaje, una mancha localizada se puede limpiar con agua y jabón frotándola con fuerza, e inmediatamente la tela hay que secarla con una toalla lo más rápidamente posible, de lo contrario se formará una mancha de agua.

A la hora de plancharla, se planchará primero la prenda del revés con vapor para ayudar al planchado y suavizar el tejido, que puede resultar un poco rígido al principio, teniendo cuidado de abrir las costuras.

El pantalón es de Holland & Sherry y de uno de sus muestrarios más conocidos, el Mohairs, concretamente del muestrario Classic Mohairs. Dicho muestrario agrupa la selección tejidos obtenidos de la mezcla de las fibras de lana Merino de la más alta calidad y los mejores vellones de Mohair – fibra procedente del pelo de la cabra de Angora. El alto contenido de Mohair en su composición hace que este pantalón destaque por su suavidad, transpiración y brillo.

El Mohair está incluido en las consideradas “fibras de lujo”. La cachemira, la seda y los tejidos de angora son otras también incluidas bajo esta denominación. Las telas con Mohair son suaves, transpirables y son ideales para ambientes húmedos. Se adaptan bien y dan un aspecto perfecto para una apariencia elegante en climas cálidos. Dicho esto, lo que hace a este tejido uno de los más recomendados en ropa formal es que se siente cálido en invierno, ya que tiene excelentes propiedades aislantes, mientras que sus propiedades de absorción de humedad le permiten mantenerse fresco en verano.

El mundo de los tejidos es apasionante y si bien ya un traje artesanal es un privilegio, de estar cosido en algún tejido especial se convertirá en una pieza única y de esas que no te importa cuidar y mimar. Lo que, en cambio, no tendría sentido sería desperdiciar unas telas como estas acudiendo a la sastrería industrial. Sería como quedarnos a mitad de camino. De ahí que viendo el resultado del dos piezas que confeccionó para esta página Cesar Calvo de Mora, este parecía el sastre perfecto para este apasionante encargo. Recordemos también que durante más de quince años César estuvo en el taller activo del que más y mejores prendas de etiqueta han salido en este país.

Será en el próximo y último artículo de este esmoquin cuando le daremos paso a él para que nos cuente los retos a los que se enfrentó trabajando estos tejidos y, sobre todo, los secretos de su diseño y detalles de su confección.

PD Adelantándome a los tiquismiquis comentar que no me cambié para la primera prueba, de ahí que lleve esa camisa y esos calcetines. Tampoco en la segunda prueba el largo de la camisa había sido ajustado a la chaqueta. En el próximo artículo ya veremos todo terminado. Muchas gracias.

El Aristócrata

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COMENTARIOS

9 comentarios

  1. Buenos días:

    Muy buena pinta esa chaqueta y el aspecto que se aprecia del conjunto aun sin estar terminado. Y muy interesante e ilustrativo todo el proceso de elaboración de la seda y los apuntes sobre sus calidades y cuidados.

    Perfecta esa posdata. XD

    Un saludo.

    Óscar

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  2. Buenos días,

    Interesantísima toda la explicación. Me ha parecido muy curiosa la foto del pantalón, precios por cierto, en la que se ve el puño de la camisa con una apertura doble, no lo conocía.

    Por otro lado, me ha chocado el comentario de que hay que darle vapor antes de planchar, siempre entendía que el vapor era el enemigo nº1 de los trajes, me imagino que será por el tejido, ¿con el lino hay que hacerlo igua?.

    Por último, por favor, no se olvide de darnos detalles de la camisa.

    ¿No le preocupa que de amarillee?

    Muchísimas gracias y feliz semana a todos.

    Eneko.

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  3. Buenas tardes Eneko el dar vapor al tejido no se refiere a la hora de planchar la chaqueta, sino cuando se recibe el tejido antes de cortarlo , se suele hacer en general con todos para que pierdan el apresto y ya de paso que encojan si es que encogen. Y respecto a si amarillea el tejido, no debe.

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    1. Muchísimas gracias por tu respuesta, pero he vuelto a leer el artículo entero y no me da la sensación que diga eso. Más bien habla sobre su mantenimiento. Ruego lo aclaréis los expertos, que desde luego yo no lo soy.

      Deseando verla acabada y con la camisa. El pantalón está increíble.

      Feliz semana a todos.

      Eneko

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  4. Leer este artículo y no ver las fotos es una faena. Te quedas como a medias. ¿No se podría publicar todo el proceso en un solo artículo? Dicho lo cual, lo visto hasta ahora promete, y mucho. La tela me parece una pasada.

    Un abrazo y, sobre todo, gracias por compartir su experiencia.

    Andrés

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  5. Precioso conjunto.

    Por cierto, nadie ha hablado de los botones y a mi es de lo que más me ha llamado la atención, para bien, por su contraste con el blanco de la chaqueta. ¿Podría contarnos algo más sobre ellos?

    Muchas gracias

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