DAR GUARDA A LOS TABACOS

Hace unos días me preguntaba un aficionado por redes sociales que cuánta guarda daba a los tabacos. La respuesta resumida ya era tan amplia, que le pedí responderle por mensaje de voz y aún así estuve un par de minutos.

¿Por qué? Porque, aún siendo fácil la respuesta, el problema viene de un error previo de concepto que muchas veces cometemos en el mundo del tabaco. Así que vamos a intentar explicar un poco estos errores y la respuesta final a dar guarda al tabaco, es decir, envejecer tabaco.

El principal error que se comete es que confundimos dar guarda con añejar tabaco, y para nada son lo mismo. El añejamiento del tabaco, lo que realmente hace evolucionar el tabaco, sólo se produce en pacas y con la hoja de tabaco completa. Una vez el cigarro está ya ligado no puede añejar, sólo puede envejecer, lo que también evoluciona un poco el tabaco, pero para nada lo que muchos piensan, sólo se casan los sabores y se depuran aristas.

Sé que uso mucho el paralelismo con el vino, pero es que realmente tabaco y vino son primos hermanos en los procesos y en ser productos ‘vivos’. Así que nuevamente hoy vamos a utilizar la analogía del vino al tabaco.

El añejamiento del tabaco en pacas es como la maduración del vino en las barricas, es darle tiempo (y todos sabemos que el tiempo es dinero) a que tabaco/vino evolucionen, mejoren, saquen todo lo que llevan dentro. El vino, tras la fermentación, en contacto con la barrica cambia, pero una vez embotellado el vino no ‘evoluciona’ prácticamente. Se redondea, pero no cambia sustancialmente sus sabores y características organolépticas. Pues lo mismo pasa con el tabaco, que tras la fermentación que ya explicamos en este artículo, se deja en pacas (pero sin presionar del tabaco, porque fermentaría nuevamente) con la hoja completa para que evolucione. La evolución se produce porque en el nervio central de la hoja, pese al secado inicial, sigue existiendo materia orgánica que sigue nutriendo ligeramente el tabaco y permitiendo que cambie.        

A la hora de torcer el cigarro puro se eliminan los nervios centrales del tabaco y se junta con otros tabacos. Un cigarro por ende ya no puede añejar, a partir de este punto sólo puede envejecer. Y envejecer puede ser bueno, regular o malo, como con nosotros, todo depende de la calidad del tabaco y de las condiciones en que se haga.

Una vez hecha la diferenciación entre añejar y dar guarda, ¿qué opinión tengo sobre dar guarda o envejecer tabacos? Pues la misma que con el vino, que depende de la calidad del tabaco y las condiciones en que vayamos a hacerlo. ¿Guardarías un Crianza del montón durante meses o años? Seguramente no. Pues lo mismo con un tabaco, no guardaría un tabaco de diario durante años, no merece la pena ni va a mejorarlo en exceso, incluso puede ir a peor. Pero un Gran Reserva de un gran vino…

Un cigarro ligado con tabacos de calidad, bien fermentados, bien añejados y bien torcido será perfecto para envejecer si uno así lo quiere (partamos de la base que los tabacos, una vez están en nuestras cavas, pueden fumarse en el momento). Un buen tabaco envejecerá bien, como un buen vino envejecerá bien.

¿Todos los buenos tabacos envejecen igual y por el mismo tiempo? Pues no, depende de muchas cosas, pero especialmente de los tabacos que formen la liga. Los cigarros ligados con pisos foliares más bajos (y por ende más suaves) no debemos darles demasiada guarda o quedarán muy planos, ya que la guarda les van restando intensidad. Por el contrario, cigarros ligados con pisos foliares altos (tipo visos y ligeros) podremos darle más guarda y mejoran sustancialmente, ya que las puntas de sabores más intensos se doman y permiten mostrarse mejor a los sabores secundarios y terciarios del cigarro.

¿Por cuánto tiempo guardo un tabaco? Pues aquí no hay una formula, lo que quieras probar, pero dejarlos años y años para mi es un error, no dejaría pasar más de 3 o 4 años a lo sumo. Eso sí, hay que hacerlo ‘bien’, es decir, en un humidor donde cuidemos bien humedad y temperatura, y si es un humidor que destinemos exclusivamente al envejecimiento de tabacos mejor aún, así no se estará abriendo continuamente y podemos dejarlo en un espacio de la casa donde sufra los menores cambios térmicos posibles.

Antes de terminar, comentar dos pequeños temas. Los cigarros de ‘diario’, esos de gama de entrada y más accesibles, a veces vienen ‘frescos’, por lo que dejarlos unas semanas en el humidor no les viene mal ya que permite que se case el tabaco, que la humedad de los distintos tabacos que forman la liga se iguale y los sabores se ‘mezclen’ y sean los que el maestro ligador tenía en la cabeza cuando creó el cigarro. Por otro lado, un cigarro mal fermentado (esos que tienen un sabor amoniacal, que incluso gotean al fumarse) no tiene solución, jamás va a mejorar por mucha guarda que se le de. La fermentación sólo se consigue en hojas enteras y en pacas con presión, jamás en un cigarro ligado.

Dicho todo esto, en el tabaco no hay normas, siéntete libre de hacer lo que más te guste y disfrutes.