EL ARTE SOBRE RUEDAS

Hace unos meses tuvimos la fortuna de conocer en exclusiva, aunque en su presentación estática, el último modelo de la firma japonesa Mazda, el CX-60.[...]

Hace unos meses tuvimos la fortuna de conocer en exclusiva, aunque en su presentación estática, el último modelo de la firma japonesa Mazda, el CX-60. Un SUV repleto de novedades que nos entusiasmó por sus detalles de diseño y terminaciones. Esta semana hemos tenido la oportunidad de conducirlo y ratificar que el coche es tan espectacular por dentro como por fuera y que sus cualidades dinámicas son extraordinarias.

 La prueba ha estado reservada a un pequeño grupo de medios de estilo de vida y diseño y agradecemos mucho al equipo de comunicación de Mazda España que haya contado con El Aristócrata. Ciertamente y como explicamos en su presentación oficial, en este coche hay mucho de manufactura y de artes vinculadas a la sastrería. No nos sorprende, porque está en el ADN de los fabricantes japoneses, pero especialmente en Mazda, que como aguerrida marca independiente es muy valiente con sus decisiones de diseño exterior e interior.

Sus coches se caracterizan por tener una gran personalidad y soluciones técnicas de vanguardia. Y el nuevo CX-60 no es ajeno a ello.

CUANDO LO ARTESANAL Y LA TECNICA SE FUSIONAN

El nuevo Mazda CX-60 tiene un estilo muy elegante y dinámico. Explota el concepto japonés del Ma, el cual representa la sosegada y majestuosa belleza del espacio vacío. Su interior juega con conceptos como el Kaichô, que es la mezcla de distintos materiales y texturas para generar un punto de irregularidad, combinando madera de arce, el cuero napa, refinados tejidos japoneses y detalles cromados. También está presente el Musubu o el arte de anudar y conectar, que ha servido de inspiración para los detalles de las costuras del panel del salpicadero.

El tratamiento de las molduras en madera de arce se inspira en el Hacho, otro concepto estético japonés que explota la asimetría y la irregularidad intencionada. Los tejidos empleados tienen distintas fibras y patrones que responden a los cambios en la iluminación. Se ha empleado también una técnica japonesa de costura, llamada Kakenui, que produce costuras “colgantes” y deja espacios entre los tejidos de los guarnecidos, que permiten entrever el material que hay debajo.

El resultado al volante es de que todo está en su sitio y respira una extraordinaria calidad por el uso de esos materiales nobles. Y todo ese arte se asocia con una tecnología absolutamente futurista. Por ejemplo, nos encantó el sistema de reconocimiento facial que sirve para ajustar todos los ángulos y alturas del asiento, hasta la climatización o el equipo musical. Introducimos nuestra estatura y nos configura todo a una posición ideal, que por supuesto puede ser reajustado con nuestras preferencias personales. En mi caso acertó bastante bien, aunque yo elegí bajar un poco más la banqueta que es mi preferencia en ruta.

La postura al volante queda perfecta, con todos los mandos a mano y plena visibilidad de las tres pantallas que mantienen bien informado al conductor. La central con los relojes principales, a la derecha una gran pantalla con el sistema de información de 12,3” y un headup display con la información fundamental para no tener que apartar la vista de la carretera.

PRESTACIONES Y SOSTENIBILIDAD

De los tres motores disponible para el CX-60 nuestra prueba se realizó con la gran novedad, la primera motorización híbrida enchufable de la historia de Mazda que es una versión modificada del motor de gasolina 2.5 l. Skyactiv-G de 4 cilindros e inyección directa que se monta en el Mazda CX-5, al que se suma un potente motor eléctrico de 129 kW y una batería de ion litio de alta capacidad de 17,8 kWh y 355 V.

El motor de gasolina desarrolla una potencia máxima de 141 kW / 191 Cv a 6.000 rpm y un par de 261 Nm. Por su parte, el motor eléctrico ofrece 129 kW de potencia y 270 Nm de par a 400 rpm. Esta combinación de motor de gasolina y motor eléctrico produce una potencia total 243 kW con una entrega de par combinado pletórico de 500 Nm, lo que convierte al Mazda CX-60 PHEV en el modelo de producción en serie más potente de la historia de la compañía.

Sus prestaciones son impresionantes, con una aceleración de 0 a 100 km/h en apenas 5,8 segundos y una velocidad punta limitada a 200 km/h. Sus credenciales medioambientales son extraordinarias, especialmente cuando funciona solo con el motor eléctrico. El consumo de combustible WLTP en ciclo combinado es de tan solo 1,5 l/100 km. Las emisiones de CO2 WLTP en ciclo combinado se han rebajado hasta 33 g/km.

Lo cierto es que durante el recorrido que hicimos combinando ciudad, carretera nacional y autovía, seleccionando alguno de sus cuatro modos de conducción, el coche se comportó siempre excepcional, respondiendo con alegría a lo que, sin duda, ayuda su gran caja de cambios de ocho velocidades. Las suspensiones son muy eficaces y tanto en confort como en firmeza y el coche no balancea apenas pese a enlazar curvas con alegría.

Por último, me gustaría destacar el alto nivel de equipamiento y los numerosos sistemas de seguridad que equipa y que le han permitido conseguir las cinco estrellas de la prueba NCAP.

En resumen, un coche diferente, que en los tiempos que corren se agradece mucho. Muy bien acabado y con unas prestaciones bastantes buenas. ¿qué más podemos pedir?

Javier Arias

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