¿Sabías que Turnbull & Asser no cose sus camisas a mano o que se negaron a hacerle camisas a James Bond por obligarles a pagar por ello?, ¿o que en sus fichas de cliente se guarda un campo para el título nobiliario del cliente y que hacen saber por carta a ciertos clientes que preferirían no volvieran? Hoy contamos los secretos de T&A narrados desde dentro.
Hace ya varios años, con motivo de la fundación del Club Privado El Aristócrata, conocí a Javier Valencia, apasionado de las cosas bellas y con una enorme cultura sartorial. Los caminos de la vida le llevaron a trabajar en el Londres más exquisito destacando su paso por Gaziano & Girling y la mítica camisería T&A. Hoy, casualidades también de la vida, disfruta de su pasión de la mano de Joaquín Fernández Prats diseñando nuevas colecciones y accesorios que bien se merecen un futuro artículo. Esos pañuelos de bolsillo son increíbles…
Si hace tres años ya hablábamos de las mejores camiserías del mundo, entre las que obviamente citábamos T&A, esta semana nos colamos en sus dependencias y os contamos alguno de los secretos de esta centenaria camisería. Aunque las puertas de los conocidos números 71 y 72 de Jermyn Street abren al público a las 9, no más tarde de las 8.30 todo el mundo está en su puesto de trabajo para dar la bienvenida a los primeros clientes. A las 6, puntualidad inglesa, se cierran sin esperar a nadie, sea quien sea quien estuviese por venir. Los clientes, a los que un dependiente abre la puerta, son recibidos como si se les estuviera esperando por James Cook, responsable de la tienda y fotografiado abajo. Si en la tienda de Jermyn Street se vende solo RTW y MTM la medida se realiza en las tiendas de Bury Street, muy cerca de Jermyn Street y donde se encuentra Steven Quin, el actual poseedor de la royal warrant.
T&A cuenta con dos fábricas propias, una dedicada exclusivamente a la confección de corbatas y otra a la camisería a medida, donde trabajan cerca de treinta costureras. Si bien sus camisas son lo más demandado, lo que poca gente conoce es que son sus calcetines y, sobre todo, sus jerséis de cachemira las otras dos prendas estrellas de la casa. Si los calcetines se los hace Pantherella hasta en seis tallas diferentes, dos materiales y dos largos, son los jerséis, con un precio de hasta 1.200 libras, los más queridos por el cliente joven, cliente que como veremos más adelante es testimonial en la casa.
Pero quizás lo más interesante de dichos jerséis es que es posible verlos de vuelta a la tienda para ser reparados cuando un puño se estropea o se hace un agujero. En palabras de Javier: “es curioso lo diferente que es el cliente inglés del español. El inglés tiene en su filosofía reparar la ropa de calidad cuando esta se rompe, sean zapatos, chaquetas o jerséis. Incluso llega a presumir de ello. En cambio, raro es el español de alto poder adquisitivo que remiende unos zapatos o cosa una camisa antes de comprarse otra”. En T&A es frecuente seguir cambiando puños y cuellos de camisas quince años después de haber sido cosidas.
Javier recuerda preguntar el porqué de la edad tan avanzada de la clientela y no olvida la respuesta de su responsable James Cook: “No nos importa no tener clientes jóvenes. Estos jóvenes ya envejecerán y entonces empezarán a valorar lo artesanal e intemporal, pasarán de marcas y modas y vendrán a nosotros. Así ha sido siempre y así seguirá siendo. Quizás por ello la media de edad del cliente de T&A esté más cerca de los 70 que de los 50.
Continua Javier: “otra diferencia entre el cliente español y el inglés es que este último no quiere que parezca que está de estreno. Las chaquetas mejor algo arrugadas o que aparenten algunos años ya de vida. El español está obsesionado en que todo parezca planchado y sin apenas uso visible. No es nada infrecuente que los ingleses den sus abrigos y chaquetas al servicio para que las lleven puestas antes de pasar a colgarse en su armario. El mismísimo Príncipe Carlos tiene no solo zapatos sino trajes, y abrigos remandados. Por mi experiencia también en G&G un inglés tendrá sus zapatos en perfecto estado de pase de revista antes de comprarse un nuevo par. Raro es sustituir un par viejo por uno nuevo. Lo más frecuente es añadir un nuevo par, pero nunca desechar uno viejo”.
Tanto en la fábrica de corbatas como en las de camisas hay más mujeres que hombres cosiendo. Y son sus manos las que guían a las máquinas que las cosen, proceso que se produce enteramente dentro de sus premisas. Pocas cosas diferencian -excepto los cuellos desmontables y el corte- la camisa de T&A de principios del S.XX de la que hoy se confecciona, quizás solo cierta atención en la utilización de tejidos y materiales, como los botones, más sostenibles. Tan poco han cambiado las cosas por Jermyn Street que hoy un chaval de 20 años podría mandarse a confeccionar la misma camisa que su padre se hizo veinte años atrás. T&A tiene un fondo de telas y diseños propios que siempre mantienen en stock.
A este fondo de armario, T&A incorpora todos los años cerca de 30 nuevos tejidos que una vez acabados no vuelven a fabricarse. Si las primeras telas corrían a cargo de Thomas Mason, hoy, ya bajo propiedad de Albini, las telas que Albini confecciona para T&A solo las hacen para los ingleses, basándose en diseños del equipo creativo de la casa.
T&A ofrece a sus clientes tres tipos de camisas: RTW, MTM y Bespoke. La diferencia entre el RTW y el MTM es que en estas últimas el cliente puede elegir el largo de manga, el tipo de puño y cuello y siempre solo entre las telas propias de T&A (las de Thomas Mason). Ambas están, al igual que las bespoke, confeccionadas 100% a máquina – solo los bordados se cosen a mano. Si el precio de las RTW empieza en 195 libras, pudiendo llegar a 450 libras si están confeccionadas en seda, a las MTM habría que sumar 50 libras sobre su homologa de RTW.
El tercer tipo, las camisas bespoke, se diferencian por poderse confeccionar con cualquier tipo de tela, de cualquier muestrario existente en el mercado. Obviamente, estas se realizan después de tomar dieciocho medidas al cliente, escoger uno de los veinticinco cuellos disponibles – o confeccionar el suyo propio-, realizar un patrón y una camisa de prueba que se repite cuantas veces sea necesario. La mano de obra empleada es exactamente la misma que en las camisas RTW. Dicho esto, en palabras de Javier, su hechura es magnífica y si bien son a máquina tienen detalles mucho mejores que muchas camisas artesanales que él ha visto. Su precio entre 325 y 500 libras. Todas las camisas, tanto las RTW, las MTM como las bespoke se realizan en su totalidad en su fábrica.
Las camisas de T&A pueden ser fácilmente reconocibles de escoger alguna de sus telas a rayas. Estas suelen ser de colores vivos y de grosores generosos. “Si en España pudieran resultar informales, en el Reino Unido son toda una seña de identidad. No obstante, hay tejidos, como los que usa el Príncipe Carlos, menos llamativos y más conservadores”. “Sus telas, al contrario de lo que ocurre en la mayoría de las camiserías artesanales, solo pueden ser de gran calidad, siendo la tela de entrada un algodón egipcio 100%. Es también frecuente ver en España e Italia camisas con una magnífica mano de obra, pero con algodones nacionales de justa calidad o, incluso, con tejidos con mezcla. Esto es algo impensable en T&A”.
“Dicho esto, lo que más nos llamaba la atención a los que allí trabajábamos eran esos clientes que te traían sus camisas hechas a mano para presumir de ojales y costuras artesanales con sus cuellos termofijados. Ninguna, absolutamente ninguna camisa a medida en T&A se hace con un cuello termofijado. ¿De qué vale que tu camisa esté cosida a mano si luego le plantan un cuello con pegamento?”. En T&A Hay dieciocho tipos de entretelados para el cuello y también los puños se cosen siempre con entretelas flotantes. Al cliente de T&A claramente no le importa que sus camisas no estén cosidas a mano, pero sería imposible venderles una camisa con un cuello termofijado.
Wil Whiting es de los pocos camiseros británicos que goza del respeto y admiración de los cortadores de T&A. Reconociendo que sus camisas son el “non plus ultra” también apuntan que sus precios duplican los suyos y que si bien en mano de obra son toda una obra de arte, su hechura no supera la de T&A. “Hay que tener en cuenta que T&A lleva haciendo camisas desde 1885 y saben perfectamente cómo va a evolucionar cada tela, cada cuello, como variarán los colores con los diferentes lavados. Y todo ello está hoy informatizado pudiendo rápidamente añadir medio centímetro a un cuello o a un largo aún cuando el cliente así no quiera.
Saben que cuando esa camisa de prueba tras ser lavada tres veces vuelve a la sastrería para verla cliente y cortador y así asegurarse que quedará exactamente como el cliente quiere. Y esto no hay camisería en el mundo que lo haga, que yo sepa” cuenta Javier quien también admira el trabajo de Wil Whiting. “Nosotros hemos visto camisas suyas en cuyos ojales hay que fijarse mucho para no afirmar que están hechos a máquina. No hay una camisa tan bien hecha como las suyas. Juega en otra liga”.
El pedido mínimo de T&A son cuatro camisas, no mucho tiempo antes eran seis. Con uno de los tejidos escogidos se te hace la camisa de prueba, se te manda a casa y, como ya hemos comentado, el cliente debe pasar a probársela por la tienda después de al menos tres lavados. Entonces las cuatro camisas, con el patrón definitivo, se mandan a coser a su fábrica – la camisa de prueba se desecha. No habrá sorpresas, la hechura de las cuatro camisas será idéntica. Si no se indica lo contrario estas llevarán dos pinzas en la espalda. En seis semanas las camisas están listas para vestirse.
Con tantos clientes en estos ciento treinta años, los patrones se conservan en dos grandes habitaciones llenas de estanterías que hay en el sótano. Hoy todos los patrones se digitalizan por si hubiera un incendio o pudiera pasar cualquier cosa que pudiera destruir los de papel. A los diez o quince años de no utilizarse, los patrones físicos pasan a guardarse solo en formato digital. Es tal la infraestructura que requiere la conservación de los patrones en sus estanterías que el cargo de “responsable de logística”, persona que se encarga de la organización de dichos patrones, es igual de importante que el de patronista.
El cliente T&A es muy estándar. Persona de elevada edad, normalmente por encima de los setenta años, muy inglés, “old money”, más aristócrata que empresario y con profesiones tradicionales. Poco árabe y ruso y más inglés que lleva toda su vida haciéndose sus camisas en T&A. “En el día a día raro es que no pase a la tienda un miembro de la cámara de los Lores o de la Casa de la Reina”. Y a todos ellos les atiende James Cook quien desde el año 94 es el responsable de la tienda. Y es James Cook quien mejor representa la filosofía de la casa.
“A todo el mundo, sin excepción se le llama de usted y se guarda siempre la distancia. Nadie da su punto de vista ni de la política del país ni de siquiera su equipo de futbol. Nosotros somos del partido político de nuestro cliente y de su equipo de futbol”. El trato es muy formal, muy servicial, totalmente prohibido tutear al cliente o tener familiaridad con él. “El dependiente es el dependiente y el cliente el cliente, todos lo tenemos siempre presente”. Hoy que todo se renueva para parecer más moderno, la tienda de T&A sigue con la misma imagen de club inglés de cuando abrió sus puertas. Conserva la lámpara original de Tiffany, su chimenea art Nouveau y hasta su parqué del S. XIX -aunque esté oculto hoy día bajo una moqueta-.
Volviendo sobre el cliente nos sigue contando Javier que resulta francamente difícil cambiar las colecciones pues el cliente T&A está muy fidelizado y busca siempre lo mismo. No le gustan los cambios, ni en los tejidos, ni en las colecciones ni siquiera en la propia tienda. “Busca lo que llamamos el ADN de T&A: aire clásico, colores atrevidos y la máxima calidad de los tejidos”. Son personas que están por encima de cualquier moda.
T&A sabe perfectamente quien es su cliente y los intentos de salirse de la línea no han funcionado bien. Su objetivo no es buscar un nuevo cliente ni hacer nuevas líneas que pudieran no gustar a su cliente tipo. Y este cliente tipo es el mismo hace cien años que ahora. James Cook le dijo una vez a Javier: “Cierto que llevamos 140 años vistiendo a gente mayor, pero gente mayor siempre habrá. Deja que los jóvenes lleguen a mayores y entonces nos comprarán”. O como le dijo un cliente: “¿para qué querríais hacer ropa para mis hijos? Hazlas para mi, deja que vista de vosotros muchos años y cuando mis hijos crezcan me seguirán”.
“La gente joven no paga dinero por prendas como las de T&A. Si se gastan dinero en ropa, que ya es mucho decir, será en algo que lleve un logo o que está de moda”. “El secreto de T&A es mantenerse fiel a su producto estrella y a su cliente tipo dejando moda y creatividad para las casas pasajeras”. Quizás por ello lleven más de cien años trabajando con muchos de los proveedores de sus primeros años. No insertan publicidad en revistas ni trabajan con influencers. Por el contrario, prefieren esforzarse en el trato con el cliente. Por ejemplo, cuando alguien compra una corbata de lazo y no sabe hacerse el nudo, se le enseña en la tienda a anudarla sobre la pierna para de esa forma que el nudo de su corbata sea el suyo y el de nadie más.
Durante más de diez películas hicieron las camisas para James Bond y la productora les pagaba su precio. En cuanto les dijeron que como les hacían mucha publicidad debían pagar por hacérselas dejaron de vestir a 007. Una de las poquísimas veces que T&A se ha permitido una excepción fue en el rodaje de El Gran Gatsby de Jack Clayton.
Al ir el director a hacerse unas camisas y quererlas listas en dos semanas, se le informó de que, si la realeza espera un mes, el también puede esperar. Respondió a esto el cineasta que la escena de las camisas en el Gran Gatsby podía ir de dos maneras: Se le podía enfocar la cara a Robert Redford mientras enseñaba su armario repleto de camisas, o la cámara podía enfocar por encima de su hombro a un armario lleno de cajas de Turnbull and Asser. Las camisas estuvieron listas en dos semanas y la escena es historia.
Curioso es también que la camisa de Daniel Craig sea la menos vendida de James Bond, y esto lo es por su cuello. Tuvieron que hacerle unos picos muy largos pues al tener un trapecio tan musculado o los picos se alargaban para que tocara su torso o terminaban volando. Casino Royale fue la última película en la que se pudo disfrutar de las camisas de T&A.
Espero que os haya gustado
El Aristócrata
20 comentarios
Sinceramente no tengo 70 años pero ya me gustaría vestirme allí
…con el protagonismo de la corbata en decaída,,la camisa tomara más relevancia aún si cabe y los jóvenes más temprano que tarde se alejaran de la fauna de logos y parches y podrán en valor la belleza atemporal la calidad y la artesanía…..y pagarán por ello.
Una maravilla de artículo
Siempre me he preguntado qué es lo que le mueve a escribir estos magníficos artículos. Podría cobrar por ello, la calidad de lo permite, y sin embargo no lo hace. Podría hacer publicidad de marcas o productos y tampoco lo hace. Podría solo escribir cuando el cuerpo se lo pidiese y no hay domingo que no haya un nuevo artículo.
Sea por lo que sea no deje de hacerlo pues su pagina tiene más calidad y en ella hay más conocimiento que en todas las revistas de moda y estilo de vida que conozco. Y, además, nos alegra las tardes de domingo.
Interesantísimo artículo el de esta semana.
Un ferviente seguidor.
Me sumo al comentario anterior. Muchas gracias!
Personalmente me quedo con la camiseria artesanal española o italiana pues si les pides el cuello entretelado te lo hacen pero vete tú a T&A y pídeles que te cosan la camisa a mano…nunca lo harían.
Óscar
Este tipo de información, enriquecen el intelecto y son de lectura obligatoria.
Pienso que en España sucederá algo parecido, cuando esta juventud que tenemos lleguen a cierta edad, enpezarán a apreciar la calidad y la artesanía si es que nos queda algún artesano.
Gran artículo!!
Es absurdo que se quiera que un traje aparente que está usado si es nuevo, o que se lleven ropa o zapatos a reparar, a mí me encanta que se note que el traje es nuevo.
No entiendo dicha mentalidad de los ingleses, tampoco comprendo ni me parece elegante que se vista el mismo traje en más de una ocasión.
El príncipe de Gales lleva utilizando los mismos cuatros abrigos desde hace 35 años, es algo surrealista, yo jamás repito trajes, abrigos, camisas, zapatos y demás, eso no es elegante.
Un cordial saludo.
Estimado EA,
Me uno a los comentarios de ayer. Sigo varios blog de moda y cada vez hay mucha menos frecuencia de publicación, desde varias semanas hasta meses. Y en cambio, usted nunca falla y encima gratuito.
Comparto la opinión de que si hubiese que pagar por su publicación, se sorprendería todos lo qué lo haríamos.
Dicho lo cuál, me ha encanta el artículo, simplemente echo de menos el precio del bespoke, aunque como todo ll que viene de UK, me parece absolutamente desproporcionado el precio.
Un saludo y a seguir cuidándose.
Eneko
Interesantísimo artículo. Un placer de lectura.
Por cierto, aunque no se haya nombrado aquí, el video de la semana, The Racer, está fenomenal. La indumentaria del señor inglés con su austriaca sin mangas me parece muy acertada y acorde con lo que dicho video quiere mostrar.
Saludos en V de un motero que no necesita ni tatuarse ni llenarse de cuero y cadenas para disfrutar de su pasión bicilíndrica.
José Antonio
Eneko, sí se dice el precio del bespoke. Entre 325 y 500 libras. Seguramente ni el local de Jermyn Street, ni el número de dependientes, ni su sueldo, ni los gastos de luz etc. etc. sean comparables a los españoles. Me atrevería a decir que fácilmente puede ser todo mínimo un 50%-70% más – el local mucho más que esto seguro -, por lo que es entendible los altos precios. Una camisa en la camisería Burgos suele estar en los 200€ y ni hay tantos metros cuadrados, ni tantos dependientes, probablemente ninguno cobre 2.000€… entonces de comparar 200€ con 325€ la diferencia es más que comprensible. Además, que llevar la etiqueta T&A tendrá también un coste.
AC
Buenas tardes,
Gracias por la apreciación, pero ¿como puede ser posible que las MTM o las RTW sean más caras que las bespoke?.
Eso es lo que no me cuadra.
Buena semana a todos.
Eneko.
Según pone los precios en los que empiezan son:
– RTW- 195€
– MTM – 245€
– Bespoke – 325€
AC
El articulo es estupendo, tengo la suerte de conocer a Javier Valencia. Y realmente es un placer hablar con él, una suerte para los madrileños tenerlo de nuevo allí.
Jose María como siempre constante y con calidad.
Sobre los precios, solo hay que leer con atención, todos están puestos y ninguno de ellos en euros si no en Libras.
-RTW 195 Libras pudiendo llegar a 450 Libras si está confeccionada en seda.
-MTM, Igual que las RTW+ 50 Libras
-Bespoke entre 325 y 500Libras, teniendo en cuanta que son 4 el pedido mínimo.
Por otra parte, completamente de acuerdo con el comentario de los costes, en España tenemos artesanos de calidad, pero no suelen cobrar lo que es justo. Justo para poder mantener los oficios de forma digna, a esto podemos sumarle que al cliente le cuesta pagar los precios de Inglaterra, pero aún le costaría más pagarlos en España, pues se tiende a valorar más lo que viene de fuera.
Un saludo
Enrile.
P.D. Yo soy optimista y creo que las nuevas generaciones de artesanos están aprendiendo no solo artesanía, si no también la parte empresarial. Una y otra deben ir de la mano para tener un futuro artesanal en España garantizado.
Como en todo en la vida hay excepciones. Yo tengo 24 años y, si mi presupuesto me lo permitiera, no dudaría en hacerme allí mis camisas.
¡Saludos y gracias por el artículo!
El placer indescriptible de ponerse una camisa buena tiene poca comparación. Es que a uno le hace sentir mejor persona y todo.
Mi amor por la camisería de calidad empezó allá por el 94 descubriendo de joven la tienda de Puerto Banús Brando & Co y sus inolvidables camisas de Davide Venezia (cerró y no sé porqué su fábrica de Brescia en 2013 y pasó a tener una empresa de coches con conductor, curioso), cosidas en gran parte a mano con unos diseños, algodones sublimes, mezclas de seda y algodón, linos, algodones mercerizados, denim y en punto de seda; verdaderamente lujosas, con unos colores, tonos(dios mío esos tonos de color no los he vuelto a ver jamás en ninguna otra marca), maravillosos, únicos; cuellos a veces algo exagerados pero perfectos para mi talle y virguerías tales en algunas, como puños simples para gemelos. Gemelos que aborrezco de traje con puño doble pero no en las tres especialísimas de puño simple que tengo.
Camisas con botones siempre de madreperla y una calidad en general incontestable. Es el patrón y su costura. Les habré comprado en casi veinte años algo más de 100 camisas de las que aún conservo la mayoría y sigo encontrando días para ponérmelas todas. Es casi imposible que me ponga una camiseta, como no sea para hacer deporte.
Luego he ido teniendo camisas formidables de Barba, Fedeli, Borriello, Corneliani, Pal Zileri y de la que considero mejor camisería del mundo, Marol en Bolonia. Es algo especial lo de las camisas de esta casa.
Y también tengo una, sólo una en blanco nuclear, de Turnbull & Asser que compré en ECI por 180€ y que sorprende su calidad, el cuello absolutamente fascinante, más larga de lo normal para, supongo, no se salga del pantalón y la curiosa distancia de sus dos ojales en cada puño en relación al borde, amén de unos botones increíbles y como dice El Aristócrata, con sus dos pinzas muy muy discretas a la espalda, muy cerca de los hombros.
Nada que tenga logo, nada industrial por muy Ralph Lauren (salvo las de su línea sartorial que son extraordinarias), Tommy Hilfiger, Armani, Etro y demás; es comparable a una buena camisa artesanal. Morirá la corbata para muchos (ojalá para casi todos, así quedemos menos para anudárnoslas con pasión), claudicarán los trajes, el zapato a zancadas va siendo testimonial; pero la camisa, la camisa de calidad, con eso no podrán. Se lo aseguro.
Muchas gracias Aristócrata por su blog y artículos que nos alegran siempre la semana.
Cordialmente,
Gonzalo
Da gusto volver por aquí.
Excelente artículo, como siempre. Me he quedado con ganas de saber a qué clase de personas les envían la carta pidiéndoles que no vuelvan.
Un cordial saludo a Javier Valencia. Creo que coincidimos en el foro Rincón de Caballeros, aunque allí me conocerá como "Pirrip".
Saludos.
Formidable e interesante artículo, me ha encantado.
A la clase de personas que les envían la carta pidiéndoles que no vuelvan es a los nuevos ricos sin pedigrí que no tienen título nobiliario.
Las camisas son más importantes que las corbatas pues sin corbata hay camisa pero sin camisa no hay corbata.
Turnbull & Asser son las mejores camisas, son las que considero más elegantes.
Un cordial saludo.
También es posible que manden las famosas cartas a los nuevos pobres que tardan en pagar….si pagan. Ante la duda, parafraseando a un cliente de la casa, Gordon Gekko, "todo el año no es Navidad y el negocio es el negocio".
Saludos.
Javier.
Estimado José Mª:
Se ha superado esta semana. Enhorabuena.
Totalmente de acuerdo con el comentario anterior.
Si eres educado tienes buen comportamiento y pagas bien no hay problema en ningun sitio
De lo contrario todos son problemas en cualquier parte.
Saludos desde Sevilla