Esta semana os quiero presentar un traje que si bien lo acabo de estrenar para hacer estas fotos llevaba conmigo más de un año en el armario. El motivo no fue por falta de ganas, sino porque llevándolo en una bolsa para hacer una sesión de fotos lo dejé descansando sobre el tubo de escape de la moto y salió, literalmente, ardiendo.
Debía ser por septiembre de 2015, cuando me dirigía a la sastrería de mis amigos los hermanos Calvo de Mora para realizar una sesión de fotos para Loewe y en medio de la Castellana, recién estrenada la Royal Enfield, un olorcillo me hizo temer lo peor. Mirada abajo, vuelta a casa, cambio de traje y vuelta a empezar. Llegada a la sastrería, foto, entrevista y todo listo para completar el video promocional del perfume Solo Loewe (lo sé, tengo pendiente también compartir este video; video que a quienes le gusten las Harley Davidson seguro que le gusta). Ni que decir tiene que la Royal Enfield perdió su puesto privilegiado en el garaje y, aunque sigue en él, su protagonismo lo tomó una nueva Harley.
El pantalón se había salvado de la “quema” pero la chaqueta tenía signos visibles de su discusión con el tubo de escape. Se la llevé a D. José María Reillo, sastre responsable de so elaboración, quien la examinó y me recomendó salvar los botones, el pantalón pero la chaqueta volverla a hacer desde cero. Hablé con Holland and Sherry quien solo pudo ratificar la opinión de Reillo. Eva, con su acostumbrada impoluta profesionalidad, llamó a Escocia para intentar localizar el mismo tejido. Aunque a priori conseguir un tejido con solo un año en catalogo no parece que debiera ser algo complicado, la realidad es que al actualizarse hoy los muestrarios todos los años esto ya no resulta tan fácil.
Se encontró finalmente una partida en una sastrería italiana, de Milán más concretamente, igual al mío. No obstante, según me explicó Eva no era exactamente el mismo pues, aunque era la misma referencia, al no haber salido de la misma partida que la tela de mi traje, el tono del verde podía no ser exactamente igual. Según Eva, sería difícil de percibir esa mínima diferencia, pero prefería intentar antes buscar esos dos metros y medio que necesitábamos de una misma tirada. Unas semanas más tarde, un tejido idéntico llegaba a la sastrería de D. José María Reillo.
Sin prisas, la primavera ya estaba a la vuelta de la esquina, empezamos a dar forma al nuevo traje. El tejido es de tipo estambre, parecido al tweed pero más fino y suave. Un tejido muy escocés y que en invierno es muy agradecido por su tacto y abrigo. Sobre este tono de verde decir que, al menos desde mi punto de vista, no puede ser más acertado para este tipo de lana. El verde oscuro es un color que puede sumarse por su seriedad al popular azul y gris.
Por las mañanas, sobre todo en invierno, adquiere una lógica aplastante por su textura y luminosidad invernal. No es un tono llamativo y tiene una gran belleza y ese toque diferente que le distancia de los muchas veces aburridos azules y grises. Incluso los más clásicos y puristas lo recibirían de buen agrado pues está presente en el armario del hombre desde comienzos de los años 30. Echemos un vistazo a las fotografías de los galanes del cine de entonces y veremos como este color para nada era algo inusual.
La chaqueta tiene el corte típico de D. José María. Un talle alto, algo que además de ser lo correcto es fundamental si se va a vestir el pantalón con tirantes. Una sisa también alta, igualmente fundamental para que no se desboque el cuello al sentarnos. La chaqueta abotonada marca de manera suave el talle y la cintura. Los hombros tienen las costuras cargadas algo que, si bien a mí me gusta, sobre todo en trajes de sport como este, no tiene porqué ser compartido por todos. Las solapas son algo más anchas de lo normal, aunque sin excesos, Esta vez las escogimos terminadas en punta, algo que no es más acertado que las chatas pero que elegimos porque nos parecieron más divertidas.
Esta vez os he querido ahorrar las pruebas y os traigo el traje terminado. Las solapas se picaron a mano y el traje se confeccionó igualmente todo de manera artesanal. Esta vez nos saltamos una prueba, la intermedia, pues son ya tantos trajes los que me ha hecho D. José María que bien podríamos reducir todo el proceso incluso solo a una. Aunque personalmente disfruto mucho del proceso de las pruebas, esta vez las redujimos a la del hilvanado y a la última en la que ajustamos pequeños detalles. Los ojales no son los que acostumbra a coser D. José María, aunque no tiene inconveniente en coserme estos a mí, bastante más largos que los que normalmente cosen los sastres y sin la cabeza final redondeada.
La chaqueta visiblemente más corta que las de mis primeros trajes, pero siempre cubriendo el trasero. La doble abertura trasera sigue siendo mi preferida y los botones son de un corozo de marrón discontinuo. El forro no buscaba robarle protagonismo a la chaqueta y se escogió uno de un verde pálido que consigue no destacar sobre el verde oscuro de esta. Los detalles del interior también son marca de la casa. Los viveados de los bolsillos están hechos con tela de camisa y las costuras viveadas a mano y en un tono marrón oscuro que contrasta acertadamente con el verde del interior de la chaqueta. Esta última solo se medio forró pues con un tejido ya de por sí caluroso podría llegar a ser demasiado abrigada.
Es importante conocer las ventajas y desventajas de forrar enteramente una chaqueta. Si bien las suaves temperaturas de las que disfrutamos en la capital agradecen las chaquetas medio forradas, en estas se marcan las arrugas en la espalda; sobre todo de llevar tirantes. Esto todavía es más apreciable de haber elegido un tejido de poco peso. El prescindir de todo el forro, incluido el de la parte superior de la espalda, dificultaría que corriera bien toda la chaqueta al ponérnosla. Dicho esto, si lo que buscamos es la durabilidad de la prenda, el forro completo debería ser nuestra elección.
Sabéis de mi predilección por los trajes cruzados y por los tres piezas. Aunque podría haber quedado este traje también bien en versión cruzada, creo que en tres piezas es más especial. Al contrario de lo que he hecho con la mayoría de mis tres piezas, donde el chaleco es del mismo tejido que el cuerpo del traje, en esta ocasión decidimos probar algo nuevo: un chaleco de otro tejido, estampado y color. Nos atrevimos con un chaleco con cuadro tipo Harris, cruzado y con solapas redondeadas. Escogimos estas solapas para que guardaran proporción con las del traje, pero el resto de los detalles del chaleco solo obedecen a mi gusto personal.
No siempre es fácil adivinar cómo será tu traje cuando estás frente a un muestrario y todo lo que puedes hacer es sobreponer ese mínimo trozo sobre la tela del pantalón o del chaleco. Pero visto el resultado, creemos que el tono del Harris efectivamente combinaba muy bien con el verde botella del traje. A pesar de que la confección del chaleco a priori no debería ser de lo más complicado, hay que cerciorarse de varias cosas. Y la más importante es asegurarse de que cubrirá ligeramente la cintura del pantalón y no terminará ni demasiado bajo ni, por supuesto, por encima de la cinturilla del pantalón ya que si no se vería parte de la camisa.
Igualmente, otro fallo bastante común es cortar el chaleco con el mismo largo por delante y por detrás obviando que con el paso de las horas la parte trasera del chaleco se sube ligeramente. También debemos asegurarnos de que abotonada la chaqueta el chaleco asome muy ligeramente entre la chaqueta y el pantalón y, por supuesto, que no se vea camisa alguna.
El pantalón está cortado para vestirse con tirantes algo que se aprecia en su caja algo más alta por su parte trasera. A diferencia de los primeros pantalones este es tanto de pierna como de boca más estrechas. Modas al margen, debemos conocer nuestro físico y escoger las proporciones de nuestra ropa acorde a él. Yo mido 1,78cm y soy bastante delgado y creo que este tipo de corte me queda bastante aceptable.
Pero si somos bajitos, o aficionados a probar cuantas cervezas artesanas salen al mercado, deberíamos buscar una hechura más acorde a nuestra complexión. Las pletinas laterales hacen las veces de cinturón y armonizan esta cintura sin pasador, carecen de sentido de no vestir cinturón, y un cierre más corrido de lo normal abotona el pantalón. Dos bolsillos traseros con lazaderas, también solo debido a mi preferencia de estas frente al clásico ojal, rematan el conjunto.
Este traje representa la combinación del estilo clásico con innumerables guiños, tanto en hechura como en detalles, a tendencias sartoriales más actuales. Seguramente la combinación que define mi etilo personal. Nuevamente, la experiencia de hacerme un nuevo traje con D. José María ha vuelto a ser todo un lujo. Hablar con él, conocer más de sastrería, tanto de la de ayer como de la de hoy, es siempre un placer.
Su humildad hacen que las horas con él sean todo un lujo. Ver como pasa de la mesa de cortar al taller a conversar con las oficialas consigue un ambiente de trabajo que no es muy frecuente en el sector. Y si tiene que dejar las tijeras y ponerse a hilvanar unas solapas o a coser una tapeta no se le caen los anillos y lo hace encantado. Esa cercanía también física con el taller y el contar con ese pequeño equipo de profesionales que trabajan solo para ti y para ningún sastre más, consiguen que sus prendas tengan el sello diferenciable de la casa.
La semana que viene os contaré mi experiencia con otro sastre y un corte y concepto más moderno de la profesión. No hay nada como conocer para aprender y tener capacidad de crítica. Igualmente, ese conocimiento contribuye a identificar los puntos fuertes y menos fuertes de uno y otro sastre y entender que si bien cada uno de nosotros podemos sentimos más cómodos con el trabajo de nuestro sastre, el categórico “el mejor” tampoco aplica a esta profesión.
El Aristócrata
14 comentarios
Me gusta el traje. Es muy armonioso y en movimiento se aprecia mejor.Sin embargo, el pantalon hace arrugas horizontales y oblicuas. No sé si es normal. De todas formas Reillo tiene el sentido de hacer el conjunto muy adaptado a la persona para la que lo ha confeccionado.
Muchas gracias.
Fantástico, aunque algo corta la chaqueta para mi gusto.
Entiendo q el largo de la chaqueta va por gustos pero no entiendo lo que se dice de los pantalones. Salen arrugas porque EA está posando y fuerza la situación de las piernas. Pero si se fijan cuando está de pie de manera relajada y sin posar queda fenomenal. De hecho, para mí es el mejor pantalón de cuantos han salido aquí.
El traje en su conjunto me parece una pasada y le queda de maravilla. Solo basta verlo en movimiento!!. Gran trabajo. Mi más sincera enhorabuena para los dos. Y la tela y el color todo un acierto.
Gracias por haberlo compartido
Albert.
Me encanta el traje, su color y corte son fabulosos. Quizá el pantalón un poco más estrecho de lo que a mí me gusta. Yo mido 1'85 cm y la bici me mantiene delgado así que llevar pantalones demasiado estrechos me hace parecer una cerilla.
El color no puede guatarme más, perfectamente complementario de los azules y grises.
Su entrada ha hecho que hoy me apetezca cambiar mi azul habitual para vestir algo más atrevido.
Un saludo y gracias por compartir.
José Luis.
Cada vez estoy más convencido de la importancia del buen gusto y el porte para vestir así. Visto desde hace años de sastre (y uno de los de verdad) y nunca un traje me ha quedado ni me quedará como este. Al final el cuerpo y la planta hacen el 50% del traje – aunque nuestro amigo EA lo niegue constantemente – y si no tienes uno u otro por muy buen sastre que tengas solo podrás ir correctamente vestido. Pero no esperes más. A mi por ejemplo, nunca se me hubiera ocurrido elegir un traje de este color y además con un chaleco cruzado como el de EA. Y ahora que lo veo solo puedo decir que ojalá efectivamente se me hubiera ocurrido pues la combinación es además de muy visual, súper elegante. Pero me imagino que para eso debes tener gusto o a alguien que te recomiende, y te convenza, de tener algo así. Y me temo que a mi sastre tampoco se le hubiera ocurrido. Enhorabuena, precioso traje y conserve ese tipín muchos años.
A.A.
Qué gran entrada. Felicidades por ese traje. Es magnífico.
Has tenido suerte de encontrar el tejido, por norma general cada tejido lo hacen en piezas de unos 40 o 50 mts, la pieza tiene un numero de referencia, si varia la referencia de la pieza es muy dificil que salga con la misma tintada.
Un buen traje que me parece muy elegante.
Saludos desde Sevilla.
Precioso! Muy bonito. Muy acertado el color.
Pues me encanta todo el conjunto, la combinación del chaleco es de un gusto exquisito, salvo por un detalle ,o me convencen las solapas de la chaqueta. Con todo el respeto, no le quedan bien a EA. El ancho de las solapas debe ir en proporción con el de los cuellos de la camisa y el de la corbata; además de los hombros y el cuello de quien los lleva. Demasiada solapa, en definitiva.
Saludos. Héctor Javier.
Buenas tardes,
Vengo de su post sobre el Chaqué (excelente entrada). En su opinión, un chaqué oxford grey ¿debe llevarse con un chaleco del mismo color?
Muchas gracias!
Héctor, me temo q está usted equivocado. El tamaño de las solapas poco tiene q ver con el de la camisa o de la corbata. Debería ser proporcional al físico de quién viste el traje.
José Antonio
Por cierto, precioso reloj. De quién es?
JA
Convengo, Jose Antonio, en que la ropa, cada prenda que llevamos, debe ser proporciona, adecuada,l al físico que tenemos. Así mismo que las solapas, cuellos de la camisa y ancho de la corbata guarden proporción me parece algo elemental. De hecho ambos aspectos obedecen a la idea de que todo ello resulte armónico.
Saludos.
Héctor Javier
Espléndido. Sencillamente perfecto.