BESPOKE CXVI: THE WARM WEATHER BLACK TIE by CÉSAR CALVO DE MORA

Hay prendas tan especiales que estás deseando que se dé la circunstancia para sacarlas del armario. Una bajada importante de las temperaturas anima a vestir aquellos abrigos que nos hicimos cuando el tiempo era menos benévolo. O el chaqué que descansa en su funda pero que una recepción oficial de mañana lo saca de su letargo. Y, cómo no, una fiesta por la noche y al aire libre en pleno verano para vestir tu esmoquin de chaqueta blanca.

En otros artículos, tanto aquí como aquí, hemos hablado de la historia de esta prenda, de su protocolo y de cómo poco a poco veía la luz de la mano de su creador, el sastre César Calvo de Mora. Esta semana queremos mostraros el resultado de lo que han sido meses de trabajo. Y qué mejor forma de hacerlo que acompañando el artículo con múltiples fotos tanto de la totalidad del conjunto como de cada una de las prendas que lo conforman.

Pero antes me gustaría que nos fijemos, sobre todo los que empezáis a adentraros en el mundo de la sastrería, en la hechura del conjunto. También en anteriores artículos hablábamos de la mano de obra utilizada y por ello ahora toca hacerlo de su resultado estético. Cierto que si una prenda no está cosida a mano y siguiendo un proceso de construcción artesanal – toma de medidas, realización de patrón, picados, cosidos, montaje a mano de todas las partes, pruebas etc. – no es posible hablar de una prenda artesanal. Pero tampoco nos engañemos. ¿De qué sirve que se haya seguido todo este proceso si luego la prenda no nos cae bien?

Yo, después de tantos años haciéndome ropa a medida, prefiero un traje MTM pero que me guste como quede a uno artesanal si no me siento a gusto con él, aunque aquel esté cosido a máquina y sobre un patrón existente. De ahí que si bien sastres, de verdad, hay pocos, los que aúnan artesanía y un conjunto atractivo son poquísimos. Por ello, aprovechemos este esmoquin para recordar cosas básicas sobre cómo debería quedar un traje.

En primer lugar, fijémonos en la chaqueta. Los hombros son naturales. No se aprecia exceso de hombrera y la caída de ambos es muy natural. El cuello no se desboca y toca al de la camisa en todo momento. Su largo, como no puede ser de otra manera, cubre la totalidad del trasero. Aunque en las chaquetas de sport pudiéramos optar por un largo levemente más corto, con la ropa formal mejor obviarlo. El largo de las mangas deja ver ese centímetro de camisa siempre bienvenido. La caída de la espalda discurre por la misma sin arrugas ni bolsas. Y ¡ojo!, esto hacerlo con una tela 100% de seda no está al alcance de todo el mundo. Otra cosa no menos importante: la espalda cae igual de limpia se tenga la chaqueta abotonada o abierta. 

Aunque la mayoría de las veces llevaré la chaqueta abierta, algo permitido como en su día explicamos al hablar de los tres piezas, de abotonarse el frontal no forma arruga alguna. Y algo importante y a lo que al parecer se le presta poca atención: ambos lados de la chaqueta llegan prácticamente al centro del cuerpo. Es decir, que desabotonada la chaqueta el ojal central y su botón correspondiente quedan muy cerca. Si entre ambos hay más de unos cuatro o cinco dedos esa chaqueta nos queda estrecha o no se ha terminado bien.

Fijándonos en el pantalón vemos el mismo grado de terminación. En ningún momento se agarra o forma arrugas. Esto, obviamente, es más sencillo en los pantalones formales pues el ancho de boca suele ser más generoso. Pero tampoco forma arrugas ni a la altura de la portañuela ni en el comienzo de las pinzas. Los que seguís este blog habréis visto como en no pocos pantalones, sobre todo en el lateral de la pierna izquierda, se me forman arrugas a la altura de la rodilla. Y también suelen aparecer donde termina la portañuela, por su parte inferior.

Todo lo que hubo que arreglar en este pantalón fue el tiro del trasero. El largo toca ligeramente las ópera pumps, algo recomendable en todos los conjuntos y más que obligatorio en las prendas formales. Si bien ya en estas fotos no se aprecia su parte alta al estar cubierta por el fajín, en los anteriores artículos se puede observar el lugar donde debe descansar el pantalón. Esto es en la cintura y no en la cadera. Los bolsillos no se abren y quedan perfectamente disimulados en las costuras.

Aunque para gustos los colores, yo sigo prefiriendo los botones a la cremallera metálica. A los ojales de la cremallera, obviamente cosidos a mano, se les acompañó de otro pequeño en la cintura para poder abotonarlo junto a una tira de tela cosida en la camisa para que esta no se salga del pantalón.

Dejando el análisis que algún lector nos ha pedido de la camisa para otro capítulo, comentar algo en lo que no solemos fijarnos pero que cada vez llama más la atención. Y esto no es otra cosa que al externalizarse el pantalón este no siempre termina hablando el mismo idioma que la chaqueta, es decir, chaqueta y pantalón parecen prendas de conjuntos diferentes.

Tengamos en cuenta que la pantalonera no ha visto ni al cliente ni la chaqueta por lo que se limitará a coser el pantalón que le entregue el sastre. De ahí que aconsejemos, como hace César, probar desde la primera prueba, incluso desde la de hilvanes, chaqueta y pantalón juntos. Solo así conseguiremos captar el mensaje de pantalón y chaqueta y aunar ambos. En la segunda prueba chaqueta y pantalón estarán tan avanzados que resultará mucho más difícil.

Sinceramente creo que el resultado general del conjunto es excelso tanto por el tipo de telas utilizadas, la mano de obra empleada, la hechura de todo ello y el pintón final que transmite.  Y sus medidas, exceptuando las de estas solapas propias de esmoquin, son perfectamente extensibles a la de cualquier conjunto de corbata.

Gracias César por aguantarme y no dar por bueno el esmoquin hasta estar todo a mi gusto.

PD Precio esmoquin fotos (chaqueta seda 100%): 2.600€ + IVA. Precio esmoquin lana merino: 1.800€ + IVA. Móvil César Calvo de Mora: +34-629.386.197

El Aristócrata