BESPOKE CI: VÍCTOR BAUTISTA, SEGUNDA PRUEBA

El pasado enero Víctor Bautista me probaba este dos piezas en hilvanes, prueba que se antoja obligatoria para poder hablar de un verdadero traje a medida. Hoy, varios meses después, nos volvemos a encontrar.

El pasado enero Víctor Bautista me probaba este dos piezas en hilvanes, prueba que se antoja obligatoria para poder hablar de un verdadero traje a medida. Hoy, varios meses después, nos volvemos a encontrar.

Con las vistas ya tapadas, el grado del cruce definido, el largo de chaqueta y mangas ajustado, la espalda bastante más limpia, la caja del pantalón entallada y un paso limpio por la rodilla es el momento de terminar de afinar detalles. No obstante, habrá que esperar a ver el conjunto sin hilvanes y listo para vestirse para hacer los casi siempre necesarios últimos retoques. El proceso narrado aquí de la confección de este traje es particularmente interesante para aquellos que acuden a un sastre por primera vez. Si bien, de tener un sastre de cabecera el proceso se reducirá a solo dos pruebas, de empezar con uno nuevo tres se antoja más que recomendable.

BESPOKE CI: VÍCTOR BAUTISTA, SEGUNDA PRUEBA

Como contábamos en el primer capítulo donde Victor tomó medidas y escogimos la tela tener una relación fluida con tu sastre simplifica muchas veces la elección no solo del diseño de la prenda, sino también del tipo de tejido y de detalles como, por ejemplo, el forro, tipo de botones, de bolsillos etc. Siendo este el primer traje que nos cose Víctor la elección tanto de la tela como del corte nos llevó cierto tiempo, sin embargo, una vez decidido no hubo que volver sobre nada nuevamente. El traje fue adquiriendo su forma y si bien en la primera prueba, la de hilvanes, no se podía del todo dilucidar las líneas finales, hoy ya tenemos una idea bastante más aproximada de lo que veremos en septiembre.

Curiosamente, aunque el proceso de toma de medidas fue bastante similar al de la mayoría de los sastres que he probado, los posteriores ajustes difirieron en gran medida. Y lo hicieron porque sorprendentemente ninguno de estos lo marca sobre la prenda. Víctor se limita, desde cierta distancia, a observar cómo te queda chaqueta y pantalón y, me imagino, a memorizar las modificaciones necesarias. Como sabéis los que acudías a la sastrería a medida, lo más frecuente es que en la segunda prueba el sastre se valga de varias agujas para ajustar la chaqueta, espalda, talle etc. y de la tiza para marcar otros ajustes como largo de las mangas, del pantalón, del trasero etc. Solo en septiembre sabremos cómo de buena es la memoria de Víctor y cómo de precisa su vista.

BESPOKE CI: VÍCTOR BAUTISTA, SEGUNDA PRUEBA

Quizás el reto mayor con el que se encontrará Víctor será en conseguir que las aberturas traseras no se abran, como ahora sí lo hacen, y caigan de manera natural. Según me comentó las aberturas se abrían porque la chaqueta se clavaba en los costados por estar la espalda larga. La solución pasa por bajar la espalda y así separarla del costado. Sobre el hombro también actuará, concretamente sobre la costura. Toca echar la costura hacia delante para que dicha costura coincida con el hueso acromion y así poder girar más. De conseguirlo, la sisa quedará más cómoda y la manga dará la sensación de estar más rellena resultando más estética.

Seguramente, a alguno de vosotros pudiera llamar la atención detalles como los bolsillos de medialuna con, además, un cerillero. Cierto que los bolsillos rectos son siempre más formales y que, a lo mejor, combinan mejor con una chaqueta cruzada. Sin embargo, este dos piezas está también pensado para llevarse sin corbata – ventaja del dos piezas frente al traje completo -. Aunque difícil será que mejore su imagen sin ella, creo que de querer prescindir en algún momento de la corbata mejor hacerlo con un informal dos piezas que con un traje completo.

Otra ventaja de este conjunto es que sigue siendo relativamente formal como para poder afrontar el día a día de la oficina haciéndolo con cierta seriedad. Además, su chaqueta consigue añadir un toque diferente a lo que hoy se viste en la mayor parte de despachos, estudios, empresas, oficinas… De alguna manera, una chaqueta cruzada incorpora una nota diferente y especial como haría también, por ejemplo, una “blazer” de hilera sencilla, pero con su botonadura terminada en oro o plata.

Aunque los nuevos tiempos reclamen cada vez con más fuerza la ausencia, ahora incluso de la chaqueta sigo pensando que no se debería vestir igual durante la jornada laboral que durante el tiempo libre. El respeto al lugar y a las personas con las que compartes tiempo y espacio, y con las que no tienes la misma confianza que con tus amigos, así lo recomienda. Por ello, la chaqueta debería seguir siendo un complemento imprescindible; incluido los viernes.

Siendo los bolsillos de media luna parecía lógico que el bolsillo de pecho fuera tipo góndola. Por composición y peso de la tela, este es un traje de entretiempo. Teniendo en cuenta las hoy en todos lados presentes calefacciones y los aires acondicionados igual extendidos, ni las telas muy pesadas ni las muy livianas parecen la mejor opción. Obviamente, de pasar tiempo en la calle lo anterior no aplica. En nuestro caso, preferimos potenciar el carácter entretiempo forrando solo la mitad de la chaqueta. La construcción de estas chaquetas permite ver los vivos, disfrutar de las puntadas a mano y del contraste del forro con la tela principal.  Visto el resultado creo no habernos equivocado con dicho forro.

Una de las cosas que más me gustan de los trajes a medida es esa sensación de cómo encaja la chaqueta en tu cuerpo al ponértela por primera vez. Y para ello, una sisa alta se antoja obligatoria, pero obviamente una sisa que te permita moverte con libertad. O, como diría José Alonso, tan alta como para que no se vuelque la chaqueta, pero tan bien hecha como para poderte sentar en tu coche y conducir kilómetros con ella sin ni siquiera darte cuenta de que la llevas puesta.

El pantalón, más allá de que haya que dar un par de centímetros al largo empieza a tomar forma. Cierto que requiere todavía de trabajo para que ambas pinzas se abran por igual y el tiro del trasero debe soltarse, pero lo que más problemas me da, el paso por la rodilla, parece está salvado. Se abrirá la cintura con forma de “V” para ganar comodidad y se le coserán botones internos para los tirantes. Se mantendrá el dobladillo para acentuar el carácter informal del conjunto, así como los bolsillos forrados con la misma tela que la chaqueta. La portañuela es de botones y, como era de esperar, sus ojales cosidos a mano.

Cierto que cada vez es más difícil encontrar sastres fuera de Madrid o Barcelona, pero hay ciudades que sin ser estas todavía conservan un rincón en alguna de sus calles donde se traen al mundo creaciones como esta. Ojalá podamos seguir en esta página compartiendo el trabajo de muchas de ellas.

El Aristócrata

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COMENTARIOS

5 comentarios

  1. Buenos días,

    Gracias por el bonito artículo, pero he echado de menos una foto de la parte trasera de la chaqueta, para poder apreciar ese efecto de abertura, completamente de acuerdo con la largura del pantalón y me sorprende ese defecto en una segunda prueba. Me ha encantado el detalle del forro de chaqueta pantalón y más en un dos piezas.

    Feliz semana a todos y gracias por su artículo EA.

    Eneko

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    1. Hola Eneko:

      En la foto de perfil es en la que mejor se aprecia (se abre la abertura cuando esta de caer correctamente no debería ni dejar ver los hilvanes). En las fotos de espalda se aprecia menos.

      Gracias por comentar
      EA

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      1

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