PORSCHE 964 LA ESENCIA DE LO AUTÉNTICO

Aprovechando unos días libres cogí mi “viejo” coche y puse rumbo a una de las zonas más bonitas de España: la costa brava. [...]

Aprovechando unos días libres cogí mi “viejo” coche y puse rumbo a una de las zonas más bonitas de España: la costa brava. No había agenda, ni madrugones previstos, solo una bonita ruta y estrellas Michelin de las que disfrutar. Dejaré estas últimas para una próxima vez y esta os contaré cosas sobre este viejo amigo.

Antes de empezar, decir a aquellos que creen que conducir un Tesla, cualquier otro eléctrico o un híbrido es algo apasionante que no continúen leyendo pues, con seguridad, este artículo no les va a gustar. Si, por el contrario, eres de los que piensan que en automoción hubo una época mucho más excitante que la actual puede que lo disfrutes. Aquella época, de la que muchos seguimos enamorados, era un tiempo donde hablar de coches era hablar de motores, de cilindradas, de revoluciones, de recuperaciones…un tiempo donde todo lo demás era superfluo.

Hoy raro es el coche cuyo manual de propietario no dedique la mayor parte de su contenido a explicar el uso de la pantalla táctil, de la conexión bluetooth, del CarPlay, del consumo, del sistema de climatización, de la recuperación de la batería, de su autonomía etc. Indudablemente esto tendrá su encanto, pero no para aquellos que hayan conocido y conducido coches donde la adrenalina y las sensaciones se las daban un motor de combustión.

Un coche que no suene al acelerar o que no se enfade al reducir dos marchas de golpe seguirá siendo un coche, pero no uno de esos coches con los que los amantes de los coches de verdad se han emocionado y sacado sus mejores sonrisas. Quizás este sea uno de los motivos por los que la Fórmula E despierte tan poco interés. O como diría un buen amigo mío y presidente de un club de coches: “un coche eléctrico es como una mujer que apenas te transmite su sentir; está bien pero no es lo mismo”. No dice exactamente “trasmite su sentir” pero dejémoslo mejor así.

Porsche es hoy una marca generalista que con gran acierto ha conseguido acercar sus vehículos a todo tipo de conductores. Desde al conductor campero, al eléctrico o al amante de los circuitos. Hay un coche para cada uno de ellos. Dicho esto, si en la historia de la marca alemana ha habido un modelo icónico ese ha sido el 911. Desde sus orígenes en los años 60 hasta hoy, estos tres números representan el modelo de coche más icónico de cuantos han existido. Si bien las últimas versiones acercan más el 911 a un gran turismo que a un auténtico deportivo, sus versiones más extremas todavía conservan el ADN de carreras y difícil son de batir en circuito por cualquier otra marca, incluidas las más radicales.

No obstante, también es cierto que en la evolución del modelo el purismo y la esencia del 911 original se han ido poco a poco perdiendo y quizás por ello sea por lo que hoy los primeros 911 estén más valorados que nunca. Y dentro de esos primeros podemos englobar a los refrigerados por aire, es decir, hasta el también precioso 993. Luego vendría el 996, 997… pero eso ya es otra historia, una historia mucho mejor en todos los sentidos menos en lo más importante: la pureza original.

Para mi el 964 es el 911 más bonito de cuantos se han fabricado – algo obviamente totalmente subjetivo. Y lo es porque ni es tan espartano como el primer 911, precioso por cierto, ni ya empieza a perder como el 993 sus míticas cañoneras originales y sus grandes faros redondos. Y por supuesto lo es también porque es refrigerado por aire. Este dato es de extrema importancia para la mente “vintage” del seguidor de la marca. Es difícil explicar por qué esos motores son tan especiales.

El que tenga una moto de carburación lo entenderá inmediatamente. Las Harley Davidson de ahora son ya inyección y sus prestaciones, así como su seguridad, muy superior a aquellas. Sin embargo, el sonido de la carburación, su petardeo, sus vibraciones etc. hacen que las Harley de carburación embauquen al amante de la legendaria marca americana de manera muy especial.

Este modelo de 964 es la versión Carrera 2. Sin entrar a analizar sus características técnicas, apuntar que es la versión tracción trasera que a pesar de ser, a priori, un nivel por debajo de la tracción cuatro, está más valorada por el entendido. La versión, la coupé, es también a priori la más sencilla pero también más cotizada que la targa y, por supuesto, mucho más que la descapotable.

Es tal el “fanatismo” del seguidor de este modelo que para él contar incluso con limpiaparabrisas trasero resta valor a la unidad. En definitiva, de no contar con la versión Turbo o RS, el 964 debería ser Carrera 2, coupé, sin limpiaparabrisas trasero, con matricula antigua y, por supuesto, manual. Aunque en el mercado de segunda mano se puedan adquirir por precios competitivo 964 automáticos, mi opinión es que es siempre mejor esperar a conseguir una unidad manual. Creo que carece de sentido tener un coche tan emblemático con cambio automático.

La marcha de un coche con casi treinta años de vida – casi el 70% de los Porsche fabricados siguen hoy circulando, algo de lo que solo Porsche puede presumir. Difícil, si no imposible, es ver un Ferrari o un Lamborghini con los kilómetros del más sencillo Porsche -, es cautivadora. Aún cuando no llega ni a 250 CV de potencia, tiene fuerza más que suficiente para poderse disfrutar en todo tipo de carreteras y situaciones. Obviamente, no tiene la pegada de un turbo ni la estabilidad de un gran GT pero no hay vehículo que transmita lo del 964 a velocidades legales.

Si de lo que se trata es de disfrutar del paisaje, de la ruta o, sencillamente, del placer de conducir, este es el coche. Quienes hayan conducido súper deportivos estarán conmigo que requieren una concentración constante, además de no estar pensados para todo el mundo. El 964, por el contrario, es tan sencillo de conducir como un Ibiza manual.

El Carrera 2 corre suficiente, frena correctamente, es relativamente cómodo – aunque bastante ruidoso a partir de 130Km – y sin destacar en nada destaca en todo; más si tenemos en cuenta que estamos tras el volante de un coche con casi 30 años. Por dentro es muy espartano, apenas ciertas concesiones con el recién llegado airbag a las unidades más “modernas” de los 964, los elevalunas automáticos y los asientos eléctricos.

El radiocasete original claramente no es de gran ayuda en los viajes largos y quizás por ello Porsche haya creado una radio de inspiración vintage pero con todos los adelantos de los nuevos tiempos. No obstante, yo sigo con la original pues me parece más auténtica y real. ¡Además, el sonido de su motor es a veces la mejor canción! Meter esos casetes con las grabaciones que hacíamos cuando ni siquiera el CD había aparecido también tiene su encanto; aunque claramente en los viajes largos se echa de menos un buen equipo de música. Los asientos traseros son prácticamente de adorno y entre los delanteros no hay ni espacio para un reposabrazos. El conductor y el copiloto van francamente cerca sentados. Pero es ver sus míticos cinco relojes redondos y no desear a ninguno de sus hermanos jóvenes.

Su conducción es fluida y al ser sus medidas contenidas – uno no se da cuenta lo pequeño que es el 964 hasta que lo aparca al lado de un moderno 992 – lo hace muy divertido en las zonas de curvas. Verte al lado de cualquier moderno 4×4 te parece ser diminuto. Obviamente el entendido sabe reconocer el coche y no faltan pulgares hacia arriba a tu paso, pero si lo que buscas es llamar la atención este tampoco es tu coche. En definitiva, un coche con muchísimo sabor, historia de la automoción más pura, modelo icónico y mientras para unos un trasto viejo para otros, un auténtico placer para los sentidos.

El Aristócrata

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COMENTARIOS

13 comentarios

  1. De las restricciones de movilidad actualmente vigentes mejor ni hablamos, ¿verdad? Quizá @policia tenga algo que decir al respecto, supongo que no tendrá inconveniente en que les remita su artículo.

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  2. Muy buenas Aristócrata, me ha encantado su artículo, pero no he entendido aquello de "sin parabrisas trasero". ¿Sería tan amable de aclarar a qué se refiere?.
    Quiero aprovechar para agradecerle cada uno de sus artículos, a cuál más entretenido.
    Gracias, un saludo.

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  3. Buenas tardes,

    Mi jefe se auto regaló uno igual en rojo, para celebrar su jubilación. En el 2011, le he reenviado el artículo y le ha gustado mucho. Por lo que me ha comentado, se han revalorizado bastante. Lo tiene inmaculado y lo mejor de todo es que lo sigue usando todas las semanas. Si alguna vez va por el Landa, pero el de Mendaro, estoy seguro que se lo enseñará encantado.

    Un saludo y a ser felices.

    Eneko.

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  4. Excelente artículo, EA

    Suscribo sus reflexiones, punto por punto. Especialmente la que ha tomado prestada a su amigo.

    Enhorabuena por poder disfrutar de este juguete.

    Un saludo.

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  5. Precioso 911. El 964 rezuma clase por todas sus líneas. Nunca volverá a haber un 911 como ese modelo. Además, es una inversión como pocas. Y viendo hacia donde camina la automoción moderna lo será con el tiempo si cabe más. El estado de conservación parece magnífico. Sígalo cuidándolo y que lo disfrute con salud.

    Andrés

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  6. El 964 es un coche precioso pero el 992 aúna su clasicismo con todos los componentes modernos del año en que vivimos. Genial sería poder tener los dos en el garaje.

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