LA VERSATILIDAD DEL DOS PIEZAS… CON VIDEO FINAL

Los conjuntos de dos piezas son hoy más que nunca una opción seriamente a considerar.[...]

Los conjuntos de dos piezas son hoy más que nunca una opción seriamente a considerar. Con el traje de retirada o, mejor dicho, la corbata en pleno proceso de extinción, el conjunto formado por una chaqueta y pantalón de diferente color, y a veces de estampado, es la alternativa para el nuevo día a día.

Un día a día tanto de oficina como de tiempo libre, de ahí que sean la elección de la composición del tejido, su estampado y el corte de las diferentes prendas las que definan si el conjunto es más apropiado para un lunes o para un sábado. Coincidiremos todos en que un pantalón gris, una chaqueta azul marina, una camisa a rayas y unos zapatos Tassel parecen más una opción de lunes que unos jeans, una chaqueta con un marcado y grande cuadro de ventana y unas zapatillas de diseño, conjunto más enfocado al tiempo libre. Y es que los dos piezas, formales e informales, se valen de zapatos, camisas y complementos que acentúan el carácter de cada uno de los conjuntos.

Dicho esto, es seguramente la chaqueta la prenda que guiará en la elección del resto del conjunto. Aunque hay personas con un don innato para combinar prendas pensadas, a priori, para fines diferentes, la mayoría somos cautos y preferimos que la casi la totalidad de ellas, si no todas, guarden una cierta lógica. Por ejemplo, una americana azul cruzada parece más seguro hacerla acompañar de un pantalón de vestir de franela que de uno tipo chino. Igualmente, una chaqueta entallada, de cantos abiertos, algo más corta y con un marcado estampado puede vestirse tanto con esos chinos como, incluso con unos jeans.

Volviendo sobre este ejemplo, unos zapatos tipo oxfords tanto lisos como semi o full brogue pero en negro acompañan mejor a esa chaqueta azul y esos pantalones grises. Sin embargo, unos mocasines con un chino de boca estrecha o incluso, para los más atrevidos, unas sneakers de diseño con unos vaqueros quedarán más acordes con la segunda chaqueta del ejemplo. 

Con las camisas ocurre algo similar. Una camisa a rayas o de cuadro Vichy sienta mejor con una chaqueta vestida que con una no muy seria. Como consejo, decir que si la chaqueta tiene un estampado destacado mejor optar por una camisa lisa, sin dibujo alguno. Aunque ya se ha apuntado aquí varias veces, si no se va a vestir corbata sobran los puños dobles y resulta más estético botones en el cuello de la camisa. 

Dicho esto, siempre habrá personas que hagan justo lo contrario y aún así acierten. Esto es porque en los nuevos códigos de vestimenta el estilo de cada uno juega un papel fundamental. Basta con fijarnos en toda esa gente que se ha limitado a quitar la corbata a sus aburridos y anchos trajes azules con resultados más que pobres y sin gracia alguna para poder afirmar lo anterior. Solo nosotros hemos sido culpables de acabar con el tradicional traje, y ahora nos toca no solo repensar todo un nuevo armario sino también pagar por él. 

Para en un futuro no muy lejano no tenerse que arrepentir, conviene empezar a construir dicho armario de menos a más. Es decir, empezar escogiendo prendas de sport pero con marcado acento conservador e ir experimentando después con estampados y diseños más atrevidos. Por ejemplo, mejor que comprar un mocasín patinado de Berluti, modelo que a mi me gusta mucho, comprar uno de líneas actuales, pero menos rompedor de Edward Green, marca cuya calidad no tiene igual. Y con las chaquetas ocurre algo parecido. Antes que dar una oportunidad a una chaqueta de SherryKash de Holland & Sherry (tejidos cuyo aspecto y estampados a no todo el mundo pueden gustar), mejor probar con una tela lisa oscura pero que, obviamente, no sea otra vez azul o gris. 

Y con los pantalones ocurre algo similar: antes de aventurarnos con unos modernos, por ejemplo, de pana y boca estrecha (también muy bonitos, pero no para todo el mundo) probemos franelas de corte más recto, altos de caja y de tonos oscuros. Y por favor sigamos vistiendo con estos nuevos códigos abrigos de lana, más o menos clásicos, que lleguen hasta la rodilla (últimamente en las calles de las ciudades, más con las recientes nevadas, pareciera que se viste como si se estuviera disfrutando del après ski). 

Si la variedad de ropa con la que se debe contar en el sport es bastante superior a la que había en tiempos de corbata, la otra mala noticia es que nos resultará más caro conseguir este nuevo buen armario. Encontrar ropa de sport industrial de calidad en España es muy difícil. Hoy son legión las tiendas de bajo coste que podemos encontrar, pero muy pocas, poquísimas, las que vendan ropa industrial de calidad – entendiendo por calidad buena materia prima y buena mano de obra. 

Desgraciadamente, hoy ya no se busca ropa de calidad o, mejor dicho, no hay interés en pagar su sobreprecio. Y obviamente las tiendas se tienen que adaptar para sobrevivir a lo que el nuevo cliente demanda. Este fenómeno está teniendo tal impacto que, por ejemplo, ha llegado incluso a Pedro Muñoz, tienda que siempre se ha caracterizado por tener la mejor ropa de caballero de Madrid. Hoy, si bien sigue ofreciendo un producto de gran belleza y estilo ya no cuenta con esa calidad, y precio, que siempre la ha diferenciado. Kiton tiene, para mi, la ropa de sport más estilosa del RTW, pero imposible sería mantener una tienda monomarca de sus características en países que, como el nuestro, vestirse es una cuestión más de obligación que de disfrute. Todo esto desemboca en la casi obligatoriedad de tener que acudir a una sastrería si queremos contar efectivamente con tejidos y cortes verdaderamente interesantes y diferente, algo que no es barato.  

Con más o menos presupuesto, con más o menos gusto lo que parece claro es que tenemos por delante varios años donde los dos piezas van a ser los protagonistas del día a día. Y aquellos que por su trabajo o personalidad nunca vistieron de traje, pero sí con chaqueta, disfrutarán ahora más que nunca. Serán sus chaquetas de colores y estampados diferentes, sus auténticas Blazers cruzadas, sus pashminas, sus zapatos de ante, sus botas Balomoral, sus jerséis de cachemira de nudos y cuello vuelto etc. los protagonistas de esta nueva corriente. 

Para terminar, me gustaría compartir con vosotros un video que me han hecho llegar y que demuestra la larga historia que la sastrería a medida ha tenido en nuestro país. Espero os guste y que podamos seguir disfrutando de nuestra sastrería, tanto en el sport como en el formal, muchos años. 


El Aristócrata

ARTÍCULOS RELACIONADOS

SUSCRÍBETE

Regístrate en la newsletter de El Aristócrata y recibe en tu correo lo último en Ropa, Relojería, Vehículos y Estilo de Vida

COMENTARIOS

5 comentarios

  1. Muy interesante el vídeo.
    Respecto a los cuellos con botones, a mi no me gustan y llevo el ojal por el interior del cuello,incluso he visto camisas de confección que últimamente se han apuntado al botón con ojal invisible.

    0
    0
  2. Qué gran video y qué bonita profesión. Gracias por hacer que no se olvide. Mi abuelo era sastre y no he podido evitar una lagrimilla al ver el video.
    Gema

    0
    0
  3. Ojalá se vistieran dos piezas con un mínimo de gusto. Sinceramente, prefiero ver a los hombres con sus trajes grandes y con tan "poca gracia" que viniendo al trabajo con su ropa de tiempo libre.
    Una cordobesa

    0
    0
  4. Gran artículo como siempre! A mi personalmente cada vez me cuesta más comprar ropa clásica con buen corte y estilo diferente al traje gris/azul o chaqueta azul o verde. Creo que cada vez quedan menos tiendas multimarca o marcas que hagan piezas clásicas actualizadas, con lo que valoro positivamente que nos de pistas de sitios donde adquirir nuestro vestuario, eso si para todos los bolsillos por favor. Por que zapatos de 700€ son demasiado para algunos????
    Gracias por sus artículos!

    1
    0
  5. Estimado sr. Galiacho:

    Aplaudo con entusiasmo su opinión sobre los dos piezas (o combinados). Un amigo de Gijón (como yo) y el abajo firmante tenemos la opinión de que los trajes son para abogados, bancarios y vendedores (o bien para ceremonias) y vamos con tweed, lana fría, lino, algodón, etc. Y otro pantalón, la camisa que nos apetece, la corbata -mucho juego las tejidas-, calcetines estrambóticos y, cómo no, unos zapatos decentes. Evidentemente, ninguno de los dos trabajamos, luego hacemos lo que nos da la gana. Y en invierno abrigo, foulard, pashmina, trapo colorido que me guste (toda prenda llevada con convicción queda bien siempre o hace repensar al de enfrente. Como decía mi abuelo “Léuman (él) puede llevar un cristal en el dedo que todos creerán que es un diamante”. Es por ello que soy un firme defensor del dos piezas y con la socarrónería definitiva: Gijón es una ciudad de 285.000 habitantes, luego más o menos nos distinguimos unos a otros. Y cuando nos llaman pijos por llevar corbata tomando una cerveza a las cinco de la tarde siempre respondemos igual: “Oye, ¿tú has visto algún logo de Tommy, Hackett, Gant o algo asÍ?. Esto no es pijerío, es gusto.

    Brindo por el dos piezas.

    Saludo cordial.

    0
    0

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

foto del día

Chica de la semana

Vanidades Culinarias

Vídeo de la semana

BIENVENIDO

Para acceder a nuestro sitio web tienes que ser mayor de 18 años.

La legislación española no permite la venta de bebidas alcohólicas ni productos del tabaco a menores de edad.

El Aristócrata recomienda un consumo moderado y responsable.