FRÍO, DIVINO INVIERNO

Si bien años atrás prefería el calor del verano, seguramente por la grata sensación de estar lejos del colegio, desde hace otros muchos disfruto más de la sensación de esa cara [...]

Si bien años atrás prefería el calor del verano, seguramente por la grata sensación de estar lejos del colegio, desde hace otros muchos disfruto más de la sensación de esa cara helada o esos dedos que cuestan moverse. Además, nada como el frío para disfrutar de la ropa preferida.

El frío ofrece un enorme abanico de prendas para disfrutar de él. Son muchas y necesitaríamos de un tiempo para repasarlas todas que no tenemos. Por ello, esta semana mencionaremos no solo en las más especiales sino también en las que todos usamos prácticamente a diario. 

Un jersey de cuello vuelto o un cárdigan. Un fino cárdigan de punto añade al traje la elegancia del tres piezas. Con el traje cruzado el jersey de cuello vuelto permite vestir sin corbata incorporando estilo desenfado. 

De no preferir este, al menos escojamos uno que vaya más allá del de cuello de pico, hombreras de piel, lana merino y de tejido liso. Lanas entrelazadas, a franjas, de cachemira, cuello de caja etc. son opciones que complementan al anterior. 

El abrigo conocido como parka destaca por su protección contra el frio, su ligereza, sus amplios bolsillos y su capucha. De contar esta última con plumas de pelo natural será una buena alternativa al acolchado. La comodidad de este último y su relleno natural son responsables del agradable calor que proporciona. 

Una buena bomber de piel forrada con pelo natural es otra opción muy válida en el sport. Aunque hoy vuelvan estas a estar de moda es una prenda con una historia de más de setenta años. 

En zapatos nada como unos botines en piel boxcaff o cordovan. Si se prefiere sin caña, un modelo full-brogue de piel vuelta con su suela de goma –entera o partida – resulta una buena alternativa. 

Los amantes de la alta zapatería estarán familiarizados con la bota Balmoral; bota concebida en sus origines como zapato de chaqué y hoy de plena actualidad con los más variados conjuntos. 

La chaqueta de Tweed puede sustituir al traje en los momentos relajados. Dependiendo de las prendas que la franqueen se consigue una mayor o menor formalidad en el conjunto. 

Pantalón de franela gris y zapato marrón oscuro para la imagen más seria, unos chinos y unos mocasines para la más sport. El tejido conocido como Tweed Harris es resistente al agua y abriga tanto como para poder incluso prescindir de abrigo. 

El traje cruzado de franela es el más elegante bajo el intenso frío. En estampado diplomático o con algún cuadro no muy llamativo se consigue un traje que soporta muy bien no solo el frío sino también el paso de las modas. 

El sombrero, la gorra inglesa o el gorro de lana son todas opciones bienvenidas con las que proteger la cabeza.  La ventaja del sombrero y la gorra es que además de proteger del frío lo hacen de la lluvia. 

Desde los serios Homburg hasta los informales Trilby, el sombrero se convierte en invierno en un complemento capaz de cambiar por completo el mensaje de cualquier atuendo. 

Las templadas temperaturas de últimos inviernos permiten no tener que protegerse las manos con rústicos y gruesos guantes. Por ello, los guantes de piel sin mayor protección interna que su propia piel son un complemento que además de cumplir perfectamente su función apenas ocupan espacio y son fáciles de guardar en el abrigo. 

Los de color marrón claro combinan con prácticamente todas las tonalidades de abrigos y aportan un toque de estilo interesante. Acabado el día toca disfrutar del merecido descanso. 

Para ello nada como una bata y unas slippers. Las batas de seda son extremadamente cómodas por su textura y ligereza. Aquellos que no vean justificable pagar su alto precio podrán optar por las de lana, siempre más económicas y de diseños más variados. 

El rey de las zapatillas de estar por casa es el modelo slipper Albert. Perfecto para las casas de campo con suelos fríos y duros.

El Aristócrata

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COMENTARIOS

5 comentarios

  1. Desde que tenía dieciseis o diecisiete años, me ha gustado más el otoño y el invierno que el verano porqué permitía usar chaquetas, guantes, abrigos y otra prendas que nuestros veranos apenas permiten.

    En particular, los guantes siempre me han parecido un complemento casi imprescindible aunque cada vez parezca menos usado y más dificil de encontrar.

    ¿Podría sugerir alguna tienda de guantes en Madrid?

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