EL FRAC

Aunque este conjunto esté en desuso es parte de la historia de la vestimenta reciente y conocer su correcto uso y las prendas que lo componen resulta importante para cualquier seguidor[...]

Aunque este conjunto esté en desuso es parte de la historia de la vestimenta reciente y conocer su correcto uso y las prendas que lo componen resulta importante para cualquier seguidor del buen vestir.

Los orígenes del protocolo de la vestimenta del hombre datan de finales del final el Siglo XVIII cuando la alta sociedad empezó a dejar de lado la vestimenta ostentosa de la época (puñetas, bombachos, excesivo color, piedras preciosas por botones etc.). Los colores oscuros y cierta discreción toman su lugar apoyados por el estilo minimalista del dandi de Periodo de Regencia: Beau Brummell. Solo unos años después, el negro y el blanco eran ya los colores obligados de la clase alta inglesa.

El frac fue desde prácticamente sus orígenes, 1820, y hasta pasada la I Guerra Mundial el atuendo formal por excelencia y necesario de vestir en cualquier acontecimiento celebrado después de las seis de la tarde. Su larga levita, así como la del chaqué, hablaba de la formalidad de la prenda. Sin embargo, al contrario de este, el frac estaba reservado para vestirse en ausencia de luz solar. Como se explico largo y tendido en el “Manual del Perfecto Caballero”, a partir de los años 20 el frac va dejando su espacio progresivamente a vestimentas más relajadas y el hasta entonces considerado informal esmoquin empieza a tomar su sitio en las celebraciones nocturnas. El chaqué por su lado también pierde el sitio privilegiado del que gozó por las mañanas y empieza a quedar reservados a ocasiones altamente formales o, como ocurre hoy en día, a vestir al novio en el día de su boda.

Aunque la vestimenta del frac sea ya testimonial todavía (como dato histórico apuntar que el último presidente en vestir el día de su “puesta de largo” chaqué por la mañana y durante la cena el hasta entonces obligado frac fue John F. Kennedy en 1961) hay ocasiones donde su vestimenta es muy bien recibida. No obstante, sea por la ignorancia que existe sobre las prendas de etiqueta o por el poco uso, la realidad es que muchos de los fracs que hoy vemos se alejan bastante del concepto más purista de esta bella prenda. De tener la suerte de ser invitados a una celebración en que se recomiende su uso se debe tener en cuenta los siguientes puntos relativos a las prendas que lo forman:

* La levita. Del mismo color negro que el pantalón se permite desde los años 20 optar por el conocido como “azul medianoche”. Aunque la chaqueta da la sensación de ser del tipo cruzada, la realidad es que es imposible de abotonar y siempre permanece abierta, de ahí que un corte acorde con el físico de quien la vista sea de extremada importancia para evitar que se mueva. Seis botones, tres a cada lado, se apreciarán en su frontal y las solapas terminarán en punta. Estas última serán de seda satinada o en grosgrain. La levita permitirá que se vea mínimamente el puño de la camisa y habrá que asegurarse de que su cuello oculta la banda de la corbata de lazo, pero dejando ver la parte más superior trasera del cuello de la camisa. Tampoco el botón encargado de unir el cuello diplomático a la camisa debería apreciarse. Por su parte trasera llegará hasta las rodillas y contará solo con una abertura trasera. Un ojal en la solapa izquierda, así como una pequeña lazadera en el interior de para mantener el rabillo de la flor en su sitio es obligatorio. La lana sigue siendo el tejido estrella. Carece de bolsillos y los botones, tanto los frontales como lo de las mangas, cuatro, aparecen forrados. Dicho forrado debería hacerse con la misma seda que las vistas de las solapas. De ver un frac con botones negros de cuerno es probable que se trate de un frac anterior a 1950.

* El pantalón. Del mismo color y tejido que la levita se diferencian del pantalón de esmoquin por sus dos costuras laterales de seda o grosgain – se elegirá conforme sea la seda de las solapas. Dicho esto, también es frecuente encontrar una sola costura aunque más ancha que la del esmoquin. La clave del pantalón radica en la altura del talle, el cual se antoja alto para asegurarse que su cintura queda oculta tras el chaleco. No llevarán pasador para el cinturón y su lugar lo tomarán los obligados tirantes, tirantes que se unirán al pantalón por los botones interiores cosidos con dicha finalidad. Para acentuar su carácter formal no llevarán vuelta. Aunque hasta los años 20 el pantalón del frac no llevaba raya, hoy son muy comunes.

* La camisa. Fácilmente reconocible por su cuello diplomático. En su pechera se aprecia la típica terminación en piqué. No obstante, también puede ser de lino o algodón sin piqué. Lo que si es importante es que su frontal sea de un peso considerable y de terminación algo “acartonada” para evitar que se doble y así mantener el aspecto más esbelto de su dueño. Aunque algunas camisas de frac llevan puño doble, lo más correcto es que sea del tipo sencillo valiéndose de gemelos para abotonarse. Sólo el color blanco es el permitido. Sus puños serán de lino o algodón tanto lisos como en la misma terminación piqué del frontal de la camisa. Una lazadera en la parte trasera del cuello para pasar la corbata de lazo se antoja necesario. Las mejores camisas llevan al menos una lazadera en su parte baja para unirla al pantalón y evitar que se pueda terminar saliendo del pantalón. 

* El chaleco. De corte más corto que el de cualquier otro chaleco, debe tapar la cintura del pantalón. Con solapas, en su estampado se aprecia el mismo piqué que en la camisa. Quizás el punto más importante en el que fijarse es en su longitud. Nunca debería sobresalir por debajo de los frontales de la levita, algo tristemente hoy muy frecuente. De hilera sencilla o cruzada, se aprecia su frontal tiene forma “V” lo suficientemente abierta como para apreciar gran parte de la camisa. El de hilera sencilla suele llevar tres botones, mientras que el cruzado lleva cuatro. Dichos botones pueden estar forrados en la misma tela que el propio chaleco o ser de madre perla. Aunque el blanco sigue siendo el color más frecuente, el crema y el marfil también son opciones válidas. La espalda se deja libre cerrándose con dos botones. Una lazadera elástica servirá para unir chaleco con pantalón.

* La corbata de lazo. Blanca, de algodón y también en la misma terminación piqué del chaleco debe anudarse manualmente. “Only the self-tied bow tie is acceptable as pre-tied bow ties are considered tacky and insulting to the formal nature of white tie”. – Esquire 1937. El nudo es del tipo murcielago o semi-mariposa. Importante que la corbata de lazo quede por fuera de los picos del cuello de la camisa.

* El calzado. Nada como las conocidas como “opera pumps” en terminación charol para estar a la altura de tan magnificente conjunto. Un oxford liso también en terminación charol también es una opción aceptada. Calcetines de seda negros 100% son el mejor acompañamiento para este conjunto. 

* Los complementos:

oGemelos y botones. Los gemelos más extendidos son los fabricados en madre perla. Este material debería ser el mismo que el utilizado en la botonadura de la camisa y el chaleco, coincidiendo también en color con los de la camisa.  Plata, oro blanco o platino son los materiales preciosos que mejor combinan con el mensaje de este atuendo tan formal. El oro amarillo debería mantenerse lejos de este conjunto.

oTirantes.  Aunque nunca se vean, serán de seda blanca, tanto el cuerpo principal como las lazaderas con las que sujetar el pantalón.

oSombrero. De tipo copa, forrado en seda natural negra o en su defecto de castor. Al igual que ocurre con el chaqué se debería estar muy familiarizado con su uso para no ensombrecer un buen frac.

oPañuelo de bolsillo. Su elección no es obligatoria, aunque un pañuelo blanco de lino siempre aportará un plus a la elegancia del conjunto. No obstante, en los fracs del S. XIX la norma era que el frac no llevara ningún bolsillo, ni tan siquiera el de pecho, de ahí que muchos amantes, y entendidos, de este conjunto dejen ese bolsillo huérfano de pañuelo introduciéndolo en un bolsillo interior junto a sus guantes. De escoger un clavel o una gardenia ambas deberían ser también blancas.

oReloj. Al igual que con el esmoquin, mejor dejarlo en casa. Si el esmoquin se viste en ocasiones tan alegres que carece de sentido mirar el reloj, el frac se escoge en ocasiones tan formales en las que chequear la hora tampoco tiene mucho sentido. No obstante, de querer llevar reloj este debe ser del tipo bolsillo y de plata, platino u oro blanco.

oGuantes. Pudieran recargar el conjunto, pero de vestirse que sean blancos y de fina piel o de ante. Lo mismo ocurre con la bufanda, mejor sin ella. Rara será la ocasión que de tener que asistir a un acto en el que se requiera frac se acuda a pie. No obstante, de necesitarse se usará la misma que con el esmoquin: blanca o marfil de seda o cachemira y con flecos en los extremos.

oAbrigo. Nada como un buen Cherterfield o una capa española.

Ni que decir que hacerse con un buen frac pasa no solo por acudir al sastre, sino por acudir a uno muy experimentado en la elaboración de esta pieza.

El Aristócrata

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COMENTARIOS

17 comentarios

  1. No creo que nunca tenga ocasión de vestir de frac. Esto no quita que se agradezca que se escriba sobre él aun cuando sea una prenda de otra época. Y si además se hace con esta profundidad está claro que usted escribe por convicción y no buscando que la gene le lea.

    Aunque solo sea por eso merece mi admiración. Me gusta la gente que se mantiene fiel a sus principios.

    Ojalá pueda un día vestirlo.

    Guille

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  2. Guille, yo discrepo. No puedo entender cómo alguien puede meter tantas horas en algo que no interesa a nadie. En mi pueblo eso se llama "perder el tiempo".

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  3. Qué fácil es criticar destructivamente y, creerse tan soberbio al decir que no le interesa a nadie. La soberbia y la prepotencia son las mejores amigas de la ignorancia. Detrás de cada prenda hay una historia, hay profesionales y una cultura…le ánimo a seguir escribiendo de lo que le guste…la curiosidad es la antesala del conocimiento. Está claro que hay gente que lo desconoce!

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  4. Felicidades por este artículo , aunque siento que no haya contado como nacio y el porque ,el frac según creo hay una historia bastante interesante que ud debe de conocer , si es posible me encantaría que la contase .
    Por otro lado es curioso lo de los botones de la chaqueta , efectivamente los de mi frac (heredado de mi abuelo y hecho en 1935)son negros y no forrados . Este frac tiene una gran historia porque es del día de la boda de D.Juan . 1935.
    A este señor que no le interesa la historia no está obligado a leer este blog y si está obligado a quedarse en su pueblo aprendiendo otras cosas ……en fin de paletos está lleno el mundo .
    Un abrazo
    E.C.A.

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  5. Por supuesto que es culturalmente interesante, qué necedad pensar lo contrario! De hecho, el artículo debería complementarse con el visionario de cualquiera de las dos versiones cinematográficas de la vida de Beau Brummell, sobre todo la de 1954, protagonizada por Stewart Granger y dirigida por Curtis Bernhardt, con Elizabeth Taylor y Peter Ustinov en el reparto.

    Por cierto, me sorprende el puño sencillo de la camisa como opción más formal…si su terminación es en piqué le encuentro sentido ya que, de ser así, quizá resultaría un tanto voluminoso…

    Saludos.

    Javier.

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  6. Estimado Aristócrata:

    Lo primero de todo, enhorabuena por este artículo.

    Quería plantearle una duda. En la apertura del año judicial, SM el Rey y los demás asistentes visten una versión del frac que se acompaña de chaleco y pajarita negros. Es un evento muy formal y solemne, que tiene lugar de mañana.

    Esa particular combinación del frac, ¿tiene alguna justificación? ¿Existe algún protocolo, más general que el de ese acto concreto, en virtud del cual el frac se lleve con pajarita negra en lugar de blanca?

    Gracias de antemano, un saludo.

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  7. Si me permite, le contesto:

    En estrados o aledaños vistiendo toga, corbata negra. Sin más.De hecho hace años era preceptivo el traje negro, corbata negra y camisa blanca para actuar en juicio. Este uso empezó a decaer en los 90's. Y en breve le llegará el turno a la toga, de hecho, actualmente no se viste por la situación de pandemia…
    saludos.

    Javier.

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  8. A mi me ha parecido muy interesante este artículo, y además de obligada redacción; ya que el frac es podríamos decir la ¨reina de las prendas¨, por su elegancia, por su importancia histórica y por su impactante sobriedad. Deploro que haya caido en desuso y me encantaría que hubieran ocasiones para vestirlo . Me atreveré a añadir (que no corregir) algo a lo que ha escrito nuestro admirado aristócrata: todo frac que se precie ha de llevar dos botones cosidos en la parte trasera a la altura de la cintura como remates simétricos a la larga abertura trasera . Nótese de paso que el frac es la prenda que viste el hombre en muchos concursos de bailes de salón; y me atrevería a dar una explicación de porqué se le ha escogido para que lo vistan los bailarines: por el vuelo que adquieren los faldones traseros al girar en el baile acentuando con garbo la sensación de dinamismo. Insisto; he leído con mucho interés este artículo Sr Aristócrata y espero conocerle un día personalmente aunque yo soy de Barcelona pero ya habrá ocasión estoy seguro .

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  9. Estimado Javier:

    Soy el anónimo que preguntaba lo del frac con pajarita negra.

    Lo que dice me parece muy acertado, y coincido. De hecho, al traje negro para actuaciones en sala yo lo he oído llamar "traje de informar", y forma parte del decoro general (en el vestir y en el obrar) que antes se llamaba "guardar sala". Es lamentable que haya decaído la costumbre de llevar camisa blanca y corbata negra. Pero, más aún, en algunos juzgados, puede verse a los letrados sin corbata. Lo que dice de la toga es más posible. "Es incómoda", dirán, como con todo. Pero, parafraseando un artículo del Sr. Pérez-Reverte, más cómodo sería salir a la calle en calzoncillos, y no lo hacemos.

    Sin embargo, respecto del tema del frac, me sigue llamando la atención. Al ser un acto de mañana, perfectamente el protocolo podría consistir en chaqué (como el premio Cervantes o la Pascua Militar para los civiles), en este caso con chaleco y corbata negros. Y, sin embargo, consiste en un frac, que, por definición, es una prenda más bien para la noche, y además con pajarita negra, frente al blanco habitual.

    Y ojo, me parece una tradición bonita, pero me encantaría entender el porqué.

    Perdón, Aristócrata, sé que suele decir que los comentarios hay que hacerlos en el último artículo publicado, pero éste me parecía procedente hacerlo aquí.

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  10. Estimado, digamos, Anterior Anónimo:

    He visto (en sala) más Jueces en vaqueros y camisa de cuadros que Letrados sin corbata. Coincido, por lo demás, en el tema del frac.

    Saludos.

    Javier

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  11. Estimado Sr.
    Al observar las cenas de gala en el Palacio Real de Madrid he visto que los miembros de la Casa de SM El Rey que asisten a las mismas visten fracs pero con algunas diferencias, a saber ; botonadura delantera y trasera dorada así como en los puños y el falso cuello es de terciopelo negro.
    Los botones del chaleco también son dorados.
    ¿Sabe usted si son exclusivos de la Casa de SM El Rey?¿ son tradicionales o de nueva invención?
    Muchas gracias.

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  12. Magnífico artículo. Impecable en todos los detalles. Felicidades.

    Faltaría añadir que el frac está totalmente vigente en países como Austria, Suecia o Noruega y ciudades como NY, París o Londres.

    En Viena hay centenares de ocasiones a lo largo del año para lucirlo.

    Su pervivencia es un magnífico termómetro del nivel de progreso, riqueza, cultura y civilización de una sociedad.

    F.X.

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