LA SOBRIEDAD EL NUEVO LUJO

Hasta no hace tiempo muchos ricos, casi todos de nuevo cuño, mostraban poderío económico a través de todo tipo de excesos.[...]

Hasta no hace tiempo muchos ricos, casi todos de nuevo cuño, mostraban poderío económico a través de todo tipo de excesos. Jets, coches deportivos, grandes mansiones, ropa, complementos de caras marcas y un sin fin de ayudas con las que buscaban que su opulento bolsillo no pasara desapercibido. 

Y no conformes con disfrutar de todo esto, se hacían eco de ello en las redes sociales. Hoy, en cambio, las cosas están cambiando y el lujo visible deja paso al oculto. El rico, al menos el de verdad, ya no busca enseñar riqueza, por el contrario, prefiere invertir en bienes inmateriales o en materiales, pero sin presumir. 

Sea una universidad americana de prestigio, un cuadro, una semana en una clínica anti-estrés o anti-envejecimiento, una atención médica privilegiada o unas vacaciones anónimas, lo que parece claro es que ya no busca lucir el más conocido reloj suizo o conducir el último deportivo italiano.

A esa educación privilegiada se unirá una cuidada seguridad privada y más que probable será que a una valiosa fotografía la acompañe la figura de un conocido escultor. Y también la ropa experimenta este cambio. Sobre todo, la ropa femenina apostando ahora las más pudientes por conjuntos no sexualizados que empatizarán con los de muchas mujeres de clases económicas más modestas. 

Estos nuevos looks discretos serán la nueva moda y huir de cualquier símbolo de estatus externo será una virtud. Ahora se trata de mezclarse entre la multitud. La ostentación empieza ya a considerarse de mal gusto asociándose con gente de dinero, pero de escaso nivel cultural. 

La austeridad, en algunos casos llevada a extremos – con millones asegurando llegar a fin de mes vestir camisas con cuellos y puños rozados no es de ser austero, sino de roñoso –  empieza a imponerse entre aquellos que saben que están muy por encima, en dinero y en cultura, de quienes se valen del lujo exterior para mostrar estatus. 

Por otro lado, el término “köpskam”, “vergüenza de comprar”, y más de artículos conspicuos, empieza a calar no ya solo en ese reducido porcentaje sino en la sociedad en general. El gran impacto sobre el medioambiente de la industria de la moda, la segunda más contaminante solo por detrás de la del petróleo, hace que nos empecemos a acercar a ella, sobre todo a la “low cost”, con otros ojos. 

Si bien esta concienciación es ya un hecho en países nórdicos, todavía en España no ha terminado de calar; quién sabe si es por haber sido uno de los mayores propulsores de ella. No obstante, cada día más gente es consciente del impacto que tiene el que la moda sea la responsable del 20% de los tóxicos que se vierten en el agua. 

Aunque hoy parezca difícil de creer, son varios los estudios que apuntan que esta nueva moralización hará que en solo unos años la compra de ropa de segunda mano duplique a la de estreno. Por su parte, el lujo ya no será tan visible. Aunque los jóvenes más acaudalados hayan crecido viendo en sus garajes coches de infarto, estas nuevas generaciones prefieren moverse como hacen muchos de sus amigos: compartiendo coche o alquilando patinetes y motos. 

Huyen de los restaurantes pomposos que frecuentaban con sus padres y prefieren las cadenas populares de cierto nombre, pero accesibles a cualquier bolsillo. La necesidad de exhibir cosas materiales es cada vez menor entre su círculo de amistades y el disfrute de ellas empieza a ser más importante que poseerlas. 

La marca deja paso a la carga cultural de la elección y de ahí que muchas de las marcas que triunfarán en solo unos años todavía ni hayan nacido. Estas se popularizarán al margen de revistas y medios clásicos y se adquirirán sin necesidad de acudir a las tiendas físicas que hoy conocemos. La gran mayoría de ellas incluirá en su etiqueta alguna alusión a su composición y fabricación sostenible. 

En definitiva, un lujo invisible, discreto y cultural que tomará sus decisiones pensando en el medio ambiente y en la austeridad, una austeridad que busca que su ropa pase lo más desapercibida posible. 

El Aristócrata

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COMENTARIOS

20 comentarios

  1. La ostentación y el lujo hace presencia en países emergentes o en individuos cuya riqueza ha aumentado recientemente. Porque quieren que la gente lo sepa. El rico de toda la vida adquiere artículos, formas y actividades que solo los de su clase captan.

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  2. Interesante ver el video de la semana, más después de leer este artículo. Aunque me imagino el porqué de ponerlos juntos la misma semana.
    Gracias por ambos.
    Guille

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  3. Interesante tema pero hay de todo.

    Incluso entre hermanos hay disparidad absoluta en en lo que a la ostentancion o ausencia de ella se refiere (que se lo digan a John y Lapo Elkann sino).

    En EEUU no es lo mismo un banquero de NY que un magnate del petroleo de Texas que un tycoon the Silicon Valley. El tejano, a pesar de venir de una familia acaudalada de varias generaciones sera por lo general mas ostentoso que el nuevo rico de la tecnologica de San Francisco.

    Hay factores mas complejos que la moda.

    Un burgués catalan probablemente sera a los ojos de la mayor parte de la gente mas discreto que un senorito andaluz. El anarquismo hizo mucho dano en Cataluna en los anos 30 y ha dejado un poso mas profundo tal vez en Barcelona que en Sevilla.

    He conocido plutocratas hamburgueses de varias generaciones que ostentan mucho mas que ciertos chinos que se han hecho ricos en la ultima decada.

    Creo que mas que el nivel cultural es el origen de la riqueza lo que determina si una persona tiende a exhibir mas su "cualidades".

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  4. Perdone, pero el burgués catalán a los que antaño le llamabamos despectivamente los "fabricantes" por lo general son horteras de tomo y lomo… En el señorito andaluz esta aún uno de los últimos reductos del buen gusto en España.

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  5. Lo siento pero esta semana discrepo un tanto con el articulo expuesto por usted.
    Bajo mi humilde punto de vista el lujo oculto a existido siempre no es una nueva moda y no es propiedad de nuevos o antiguos ricos.
    Haber hay de todo antiguos ricos que son profundamente maleducados y otros con educación exquisita
    Nuevos ricos pues mas de lo mismo mas bien depende de donde le provenga la riqueza y que uso haga de ella.
    Sobre la ropa femenina tampoco estoy de acuerdo que una mujer por ser de una clase económica mas modesta apueste por un tipo de ropa mas sexualizada que una mujer rica, hay de todo como en todos sitios.
    Hay mujeres de clase económica modesta que visten de forma impecable y no por mucho dinero , yo creo que es mas del entorno que te muevas y del gusto personal que del poder adquisitivo.
    Si es cierto que con un nivel adquisitivo alto te da para una calidad de prendas y complementos que sin dinero es imposible pero eso no obliga a hacer uso obtentoso de ello.

    Un saludo desde Sevilla

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  6. La vergüenza al comprar, es algo de pobres, eso seguro y lógico. Todo el mundo sabe que los ricos tienen menos conciencia y menos consciencia de la difícil sostenibilidad de la industria textil de fast fashion. Y eso porque la fast fashion es algo muy proletario. Como comprarte un traje de confección, salvo que cuando puede entonces el prole compra artículos conspicuos..artículos conspicuos, otro touch down literario de nuestro Aristócrata, que junto con la bicicleta de campo y los zapatos de paseo ya está en el hall of fame.

    Estimado Aristócrata, dedíquese Ud a hablar de sastrería; cuando sale de los límites sartoriales que definen esta web…se pierde, eso sí, de forma atildada.

    Saludos.

    Javier.

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  7. Para d'Orsi,

    Fijese usted que yo no he hablado de "gusto". Que es por cierto un termino mucho mas subjectivo que la "discrecion" en la manera de vestir, termino respecto al cual gira el articulo de Jose Maria.

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  8. Amigos de EA
    Salgo de mi maravilloso confinamiento, para responder algunos comentarios de la web. Noto, no hay que ser muy listo, que en algunos comentarios hay un grado bastante claro de agresividad, burla, menosprecio…. No lo entiendo.
    Empezar ahora sobre catalanes, andaluces ,vascos….y su educación, pues no. Y con las calificaciones de bicicleta de campo o zapatos de paseo, como motivo de menosprecio me parece de paletos envidiosos. Hay que viajar más, con los ojos abiertos, y sin prejuicios, y adquirir algo de cultura, un poco, tampoco quiero exagerar. Y dejaros de envidias, muy español, pero también muy cutre. Y a alguno se le nota mucho. Un saludo a todos

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  9. Estimado Vicente:

    Tengo poco de paleto, creo, y menos de envidioso. Y si tuviera que elegir necesariamente, me considero más paleto que envidioso. En cualquier caso, algo a lo que no acostumbro es a menospreciar y en esta casa no creo haber hecho tal cosa nunca. Quizá su falta de sentido del humor le lleve a pensar en esos términos y, por consiguiente, a equivocarse. Vuelva a su maravilloso confinamiento y rebusque, a ver si encuentra algo de sentido del humor que ponerse; quizás lo guarde en el cajón de los pañuelos ascot o de los cuellos duros. Si ahí no lo encuentra, no se esfuerce más, es que no lo tiene. Y el humor es como el estilo, no se puede comprar ni pedir prestado, y quien carece de él siempre termina adoptando aquella seriedad de la que hablaba Lawrence Sterne en su Tristram Shandy, (con la que tanto peleaba el Párroco Yorick).

    Saludos desde Oviedo.

    Javier.

    P.S. La única bicicleta de campo que yo conozco y digna de tal nombre, es la que usaba el labrador, azada al hombro, para desplazarse a la tierra de labor. Ahora van en "quad". Las demás pueden ser de montaña, todo terreno, de paseo, de carretera, urbana, dirt, fixie…etc. Va a tener razón D. Vicente, puede que sea un poco paleto. 🙂

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  10. Ahora el mayor lujo es el lujo silencioso, utilizar prendas de ropa ultra exclusivas sin logo.

    Hay ciertas firmas de lujo que son las preferidas por los nuevos ricos tales como Rolex, Mercedes-Benz, Armani, los ricos de verdad usamos Loro Plana, Brunello Cucinelli, Bentley.

    Los nuevos ricos no tienen cultura ni formación.

    Un cordial saludo.

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  11. El anterior "anónimo" me recuerda a Bob "El Inglés", el personaje de la película Sin Perdón (Clint Eastwood 1992). Llegó a Big Whiskey creyéndose un duque y resultó no ser más que un pato.

    Saludos.

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  12. Interesante artículo, que deja margen, sin duda, a la reflexión y contradicción, en su caso. Nunca había abordado este tema y caigo en la cuenta de la certeza de todo cuando expone, con claridad meridiana.

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