RUTAS DE EL ARISTÓCRATA: PRODUCTO Y TRADICIÓN

La segunda ruta de El Aristócrata nos llevó a tierras de Asturias. Un viaje para descubrir oficios casi perdidos y la nueva gastronomía que no renuncia a sus platos tradicionales basados en un gran producto de proximidad y toques de innovación. Un lujo de recorrido por lugares y donde conocimos a personas únicas.

La segunda ruta de El Aristócrata nos llevó a tierras de Asturias. Un viaje para descubrir oficios casi perdidos y la nueva gastronomía que no renuncia a sus platos tradicionales basados en un gran producto de proximidad y toques de innovación. Un lujo de recorrido por lugares y donde conocimos a personas únicas.

De este a norte, nuestros rumbos cambian y también las experiencias que proponemos. Los viajes de El Aristócrata no son nunca iguales, ni responden a más patrón que el lujo y la diversión de quienes participan en ellos. Queremos que nuestros lectores disfruten con el equipo del blog visitando los lugares y a las personas que nos inspiran.

Asturias es un paraíso natural, espacio de contrastes entre verdes prados, montañas y un mar que decide su clima y forja a las mujeres y hombres de esta tierra de excepción. Nuestra ruta partió desde Madrid para hacer una escala en León, la capital de uno de los reinos más importantes de nuestra historia y que invita al paseo y deleite por calles enrevesadas que esconden tesoros arquitectónicos únicos. Su catedral, la basílica de San Isidoro o el fabuloso hospital de peregrinos, hoy en día Parador Nacional valen por sí mismos el viaje.

Precisamente al lado del Hostal de San Marcos, en la Casa del Peregrino se encuentra un magnífico restaurante, Cocinandos, su nombre hace un guiño al mano a mano en la cocina de Yolanda León y Juanjo Pérez, que merece la pena visitar. En un espacio bonito y sencillo, con una preciosa terraza, ofrecen una carta y un menú degustación que llaman ‘Los Siete Caminos’ en referencia a los siete caminos del Camino de Santiago que atraviesan la provincia. Cada Camino, como de hecho ocurrió durante siglos aporta productos de las tierras de origen y paso, y se cocinan con sencillez y buen gusto para conseguir unos platos deliciosos entre los que destacamos la trilogía del gallo y la gallina, la crema fría de calabacín y judías verdes o el salmonete con acelga y cecina. Una parada obligada.

Cruzamos las montañas que nos alejan de la meseta para internarnos en el Principado. El verde se apodera del paisaje hasta que llegamos a Lastres, uno de los pueblos más bonitos de España y caemos cautivados por el azul intenso y obscuro del mar Cantábrico. Sus poderosas aguas desafían a los marineros y ofrecen tantos tesoros como peligros. Lastres fue en su día uno de los puertos pesqueros más importantes del oriente asturiano, y base de los balleneros de la zona norte.

Más tarde, desde los cercanos puertos como el de Gijón partieron hacia un destino incierto buscando una vida mejor, los emigrantes de las Indias. Los que triunfaron e hicieron fortuna regresaron a su tierra cargados de riquezas que mostraron y compartieron en sus pueblos en forma de majestuoso palacios y donaciones para edificios públicos e iglesias. Fueron los indianos una fuente de aporte de valor y cultura en todos los sentidos para Asturias, que por suerte todavía hoy podemos disfrutar.

DORMIR EN UN PALACIO

Como base de operaciones para nuestro fin de semana asturiano no pudimos elegir mejor sitio que el Palacio de Luces, otrora la casa de uno de esos indianos. El Palacio de Luces fue fundado a en 1580 por Juan Victorero `El Viejo’, un hidalgo español que se fue a hacer las Américas y regresó a su Asturias natal trayendo consigo influencias arquitectónicas, culturales y gastronómicas.
Su edificio coincide con el tipo de construcciones de la época, cuando las casas solariegas sustituyeron a los torreones medievales, y en su fachada se distinguen las tres etapas en las que se amplió́ el edificio (la última en el siglo XX), con símbolos muy reveladores como el escudo de armas de los Victorero, la Cruz de Malta y el cordón franciscano.


Palacio de Luces está rodeado de 13.000 metros cuadrados de jardines para pasear y disfrutar de ese verde asturiano que tanto nos gusta. Se encuentra a menos de diez minutos de las playas de La Isla y La Griega, a 25 minutos de Gijón y a dos kilómetros de Lastres. Cuenta con 44 habitaciones dobles con jardín privado, junior suites y suites de lujo y desde sus terrazas podemos disfrutar de las impresionantes vistas al mar Cantábrico, la sierra del Sueve y los Picos de Europa.

Mención especial tiene el restaurante Tella, bajo la batuta del chef Nacho García Canellada que ofrece una carta de platos que recupera las recetas tradicionales de la cocina asturiana con la influencia de la gastronomía de Las Indias, y por supuesto siempre basada en el producto de proximidad. El actual menú degustación tiene un altísimo nivel, con platos como la ensalada de ostra, el salpicón de marisco o el ravioli de pitu que son absolutamente soberbios.

En ese restaurante no faltan las fabulosas anchoas de Hazas, una joven empresa de dos emprenderos, un asturiano, Agus, y una madrileña, Ana, que decidieron recuperar la tradición conservera local y abrir un negocio de éxito que ya ha conseguido varios premios por la calidad de su producto y su artesanal modo de producción.

Entre las experiencias que pudimos disfrutar, nos encantó conocer a Teté como todo el mundo allí conoce a Teresa Costales Obaya, la última redera de Lastres. Un oficio al que llegó hace casi tres décadas y que desde entonces no ha abandonado. Premiada el pasado año ‘muyer rural del oriente asturiano’ Teté disfruta con su trabajo y explicando a los que entran en su local del puerto, las dificultades de su trabajo artesanal e imprescindible para los pescadores que faenan por estas aguas. Hemos visto muchos trabajos de sastrería, pero lo suyo podría catalogarse de la alta costura del mar.

También fue un placer conocer a María Pérez, maestra azabachera y presidenta de la Asociación Azabache Jurásico, que defiende e investiga esta rareza geológica. María nos recibió en la exposición permanente de la Asociación Azabache Jurásico en Villaviciosa. Nos explicó con pasión y detalle todo sobre este mineraloide de color negro brillante, una escasa variedad de carbón -como los diamantes- formados en el periodo jurásico y que se utiliza como piedra semi preciosa. Tan sólo hay tres yacimientos de azabache en el mundo, uno en Turquía, otro en Inglaterra y este de Asturias, siendo estos dos últimos catalogados como los mejores. Desde siempre se la consideró una piedra mágica y se talló con formas de amuletos primitivos, para más tarde dar lugar a toda una industria de joyería, lamentablemente limitada por la escasez del material. Gracias a María conocimos toda su historia, proceso de extracción y tallado y también a distinguir las piezas originales de aquellas que se producen con sucedáneos.

LA CLAVE ESTÁ EN EL BUEN PRODUCTO

Por último, en nuestro viaje no pudieron faltar dos productos tan tradicionales de Asturias como la sidra y los quesos. Hay referencias muy antiguas a la producción de sidra en Asturias. La abundancia de manzanos, frente a vides, supuso que se desarrollara más la destilación a partir de esta fruta. La palabra sidra viene del latín ‘sicera’ definida como bebida embriagadora. Según dicen los que saben, la sidra es una bebida ligera que da ganas de hablar, compartir, pone de buen humor y lo que es más importante, es buena para la salud.

La elaboración de la sidra comienza por la recolección de las manzanas, lo que Asturias se llama apañar y arranca en el mes de septiembre y se puede prolongar hasta noviembre e incluso diciembre, porque no todas las variedades maduran de igual manera y por supuesto, tampoco cada año las condiciones climatológicas son las mismas. Desde el campo al lagar, la bodega donde se elabora la sidra, las manzanas llegan en sacos y se vuelcan en prensas que extraerán los jugos de la fruta. En algunas casas todavía se practica la molienda, volcando las manzanas dentro de un recipiente de madera donde son machacadas con la ayuda de largos martillos de madera y piedra. Tras la oportuna fermentación, la sidra se prepara para ser embotellada y degustada. Hoy en día, a la sidra tradicional se han sumado variantes más elaboradas como la sidra tranquila e incluso vermú de sidra que han entrado por la puerta de los mejores restaurantes para ser parte de la oferta de maridaje en los menús de degustación.

Por lo que respecta a los quesos, podemos decir que están asociados a esta tierra desde siempre y no en vano, Asturias es la mayor mancha quesera de Europa y conocida como el país de los 40 quesos por la variedad de sus elaboraciones. La oferta es tremenda, por variedad del origen de la leche, vaca, cabra u oveja, por el tipo de pasta blanda o dura o por terminaciones ahumadas y por supuesto, sus míticos quesos azules.

Nosotros visitamos una quesería tan reconocida como Los Caserinos, una familia que ya está en la cuarta generación produciendo quesos excepcionales, como su queso azul a la sidra elegido el mejor del Principado o un queso ahumado exquisito y que es la base de la tarta de queso de El Celler de Can Roca, ahí es nada.

La vuelta el domingo, como siempre en estos casos, con mucha pena y el deseo de volver pronto porque nos quedó mucho por hacer y por visitar. Asturias vale una y mil visitas, el Palacio de Luces es un hotel imprescindible con un equipo humano sobresaliente y pendientes siempre de los clientes y por supuesto, las personas como Teté, María, Alberto y su familia de Los Caserinos, y tantos más que hemos conocido y que trabajan cada día para que no se pierdan esos oficios tradicionales merecen todo nuestro cariño y respeto.

Atentos, porque en breve os contaremos la siguiente ruta de El Aristócrata ¿os lo vais a perder?

Javier Arias

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COMENTARIOS

3 comentarios

  1. Buenas tardes a todos;

    Aunque se que no es tema de este articulo, que es el vaije a Asturias lugar que amo, disfruto y conozco bastante, tras pedir disculpas por esto tambien os pido ayuda. Estoy preparando un fin de semana largo con mi esposa desde mañana hasta el martes a Nazaré. Ademas hay una entrada de un viaje de EL ARISTOCRATA a tierras lusitanas en enero del 2021, que espero replicar en un futruo, por lo que entiendo que nuestro anfitrion conocera bien Portugal.
    Por lo tanto y aunque tengo ya miradas cosas, os pido aportaciones de alojamiento y que hacer en Nazaré, admito otras propuestas siempre que sea Portugal y playa (por imposicion conyugal).

    En cualquier caso muchas gracia.

    FERRUZZO.

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    1. Hola Ferruzzo:

      La verdad que aquel viaje que nombras fue un deleite. De ser tú yo lo replicaría 🙂 De no querer al menos pasaría una noche en Pehna Longa y no dejaría de cenar en Sergi Arola y en el restaurante de la Fortaleza de Guincho. Y para mar las vistas de Azenhas do Mar. Pero Portugal es tan especial que da igual donde vayas que seguro os lo pasáis fenomenal.

      EA

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