MIS CARRETERAS FAVORITAS DEL NORTE

Remedio para el calor y disfrute para los sentidos, las carreteras del norte de España son deliciosas en verano y aunque pueda haber un poco más de tráfico, el plan no puede resultar más apetecible. En poco más de una semana podemos recorrer todo el litoral y sumar millas y emociones por cientos.

Remedio para el calor y disfrute para los sentidos, las carreteras del norte de España son deliciosas en verano y aunque pueda haber un poco más de tráfico, el plan no puede resultar más apetecible. En poco más de una semana podemos recorrer todo el litoral y sumar millas y emociones por cientos.

Como continuación al artículo sobre las carreteras de ensueño, seguimos la saga con este otro que nos invita a descubrir tramos casi olvidados porque las nuevas autovías, que son estupendas para quitarnos el tráfico de las nacionales y comarcales, han dejado apenas sin uso a los recorridos por las carreteras habituales de antaño.

Cuando escribí que el mejor tramo de carretera de costa es la del norte de la provincia de Gerona, realmente asumí un gran riesgo porque lo cierto es son muchos los tramos que serpentean junto al mar que merecen tener también un elevado reconocimiento. Hace años emprendí un proyecto que tarde tiempo en completar y fue el circunvalar la península ibérica por la costa, conduciendo siempre lo más próximo al mar. Cada año hice un tramo durante los días que tenía libres, y debo decir que fueron algunos de los viajes más bonitos de mi vida.

Aprovechando que es verano, huyamos de los calores del centro y sur y tomemos rumbo norte. ¡A disfrutar!

NUNCA MÁS PASAREMOS HAMBRE

La verdad es que en cualquier región de España se come fenomenal, pero en la mayoría de las provincias del norte, la gastronomía es religión y el número de templos por metro cuadrado es alucinante.

Mi primera ruta parte desde la frontera con Francia, vamos de hecho, mi recomendación es subir hasta Burdeos, disfrutar de la ciudad y de sus alrededores maravillosos, donde podemos conocer algunas de las bodegas más importantes del mundo y perdernos por las dunas salvajes de Arcachon mientras saboreamos unos ricos mejillones.

Biarritz merece siempre una parada, por la elegancia de sus hoteles, magníficos restaurantes y la oferta de boutiques de marcas estupendas para gastar.

El tramo por la costa por San Juan de Luz, Hendaya, cruzando el puerto de Jaizquibel, escenario de las pruebas del campeonato de España y de Europa de montaña, y la entrada por San Sebastián es una gozada. En la capital de Guipúzcoa, hay que perderse por el casco viejo y disfrutar de sus tabernas. Aunque si estamos dispuestos a invertir un poco más, en esa zona tenemos la mayor concentración de restaurantes con estrella Michelin de nuestro país y no será difícil encontrar una mesa para deleitarnos con una cocina que marcó el rumbo gastronómico del país durante años.

Con una única estrella, yo no fallo cuando elijo Elkano en Guetaria, todo está delicioso y no es extremadamente caro. El problema es conducir desde allí después de la comida; quizás convenga hacer noche para pasear por las calles del pueblo y empaparse de su historia y de la de algunos de sus ilustres vecinos, como el navegante que da nombre al establecimiento.

De nuevo siguiendo la costa, y atravesando pueblos preciosos, llegaremos a Bilbao. Aquí que es obligada la parada y fonda. La oferta de hoteles y restaurantes muy amplia y encontraremos alternativas para todos los bolsillos. Por cierto, no dejéis de visitar la exposición temporal en el Guggenheim dedicada al automovilismo.

Abandonamos tierras vascas para entrar en Cantabria. Seguimos con tramos de carretera junto a la costa que quitan el hipo y algunos tan singulares como el cruce sobre las marismas de Santoña. Imprescindible parar para degustar sus famosas anchoas y seguir ruta hasta la población de Isla. Aquí os damos un apunte, comer y dormir en el Astuy, el mejor vivero natural de langostas de España.

10/10/2015 Presentación de las Jornadas de la Langosta. El Hotel-Restaurante Astuy (Isla, Cantabria) celebrará desde el viernes, 16 de octubre, hasta el domingo 15 de noviembre, la octava edición de las Jornadas de la Langosta, una iniciativa a través de la que este veterano establecimiento quiere dar a conocer uno de sus productos más demandados. ECONOMIA ESPAÑA EUROPA CANTABRIA ASTUY

Desde allí, podemos circunvalar Santander por Torrelavega, aunque opino que merece la pena y mucho entrar en la ciudad y disfrutar de las delicias que ofrecen los pequeños bares del barrio pesquero. Por la costa seguimos atravesando pueblos preciosos como Santillana del Mar o Comillas que obligan a detener la marcha.

ASTURIAS ES ESPAÑA…

Y lo demás es tierra conquistada dice el refrán. El Principado es una tierra de generosidad que combina como pocos la tierra y el mar. Las montañas de los picos de Europa mojan sus pies en el Cantábrico en postales de azul y verde que llenan nuestra retina de colores y emociones.

Antes de llegar a Gijón y Oviedo, que son parada imprescindible, recomendamos comer y dormir el Palacio de Luces, en Lastres. Estuvimos recientemente en nuestra ruta de El Aristócrata y nos dejó un recuerdo maravilloso. Al igual que ocurre es sus comunidades vecinas, la concentración de restaurantes con estrella en Asturias es notable, pero si queremos profundizar en las raíces de su rica gastronomía, nuestro consejo es que descubráis a las guisanderas. Las guisanderas son unas mujeres que se unieron en los años 90 del siglo pasado para reivindicar su papel en la cocina y mantener y recuperar las recetas tradicionales. Consultar las direcciones de sus casas y prepararos para una experiencia única.

El paisaje va cambiando conforme avanzamos por el occidente del Principado, aunque se ha terminado la autovía del cantábrico, manteneros siempre que podáis en la N632 y parar en Cudillero, Luarca o Navia.

La frontera con Galicia nos espera en Ribadero y a partir de aquí, las Rías Altas con pueblos como Burela, o Viveiro, donde el goce de charlar con sus pescadores en la lonja y disfrutar en los bares de un vino y el marisco o pescado que haya entrado ese día, es lo más. Para dormir, mi hotel favorito está en el antiguo semáforo del Cabo de Estaca de Bares, el punto más septentrional de la península ibérica. Con apenas media docena de habitaciones, llamar con tiempo y dormir en la suite. Merece la pena y lo recordareis toda vuestra vida.

Seguimos serpenteando por la carretera y pasamos por Ortigueira, lástima que ya en agosto haya finalizado su célebre festival de música celta, pero, aun así, hay que parar. La cultura del pueblo celta está muy presente en todo este espacio. De hecho, muy cerca de allí, en san Andrés de Teixido ‘Do cabo do mundo’ cuenta la leyenda que estaba la puerta del más allá para ese ancestral pueblo. Suponemos que la proximidad con los acantilados de Vivía Herbeira tendrían que ver con esa creencia ya que, no en vano, son los más altos de la Europa continental, con 612 metros de altura sobre el nivel del mar. La Garita de Herbeira es el mejor mirador para contemplarlos.

Llegamos a Ferrol, pasamos por Betanzos y rompemos nuestra dieta de bichos marinos por una tortilla y acabamos el día La Coruña, con múltiples ofertas para pernocta y manduca. Llegado ese punto al viajero le asalta una tremenda duda, si aprovechar la extensión del año Xacobeo para el presente 2022 o seguir fiel al criterio de la ruta y circular pegado al mar hasta Finisterre. Personalmente opino que el Camino de Santiago merece la pena ser recorrido, siempre a pie y desde nuestro lugar de residencia y, por tanto, enfilemos hacia el fin de la tierra y dejemos para otro momento la peregrinación. Debemos subir al Faro, ver la puesta de sol, una de las más bonitas de España y dormir allí mismo en el hotel del Semáforo. Sigamos disfrutando rumbo sur de las carreteras que bordean las Rías. De los casi 8.000 kilómetros de costa española, 1.500 son gallegos, casi nada y tenemos para entretenernos durante días. Vigo sigue siendo la ciudad cosmopolita e industrial, pero quizás merezca la pena llegar hasta Bayona para concluir nuestro viaje, relajados en el Parador Nacional, uno de los más bonitos de la red y comiendo en cualquiera de sus tabernas, o el magnífico arroz con lubrigante en La Guardia mientras disfrutamos ya de un océano Atlántico que atrapó ilusiones y sueños de hombres y mujeres durante siglos. Quién dijo que hace falta irse muy lejos para un viaje de ensueño.

Javier Arias

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