Lo que hace unas decenas de años se consideraba una excentricidad, sólo destinada a los deportistas de competición, militares y algún ´moderno´ se ha convertido con el paso del tiempo en una obligación para todos. Nos referimos a la práctica habitual de ejercicio físico. Que, si bien no busca, ni falta que hace, extender muchos años nuestra existencia, si nos garantiza una mejor calidad de vida durante el tiempo que vivamos.
‘Mente sana en cuerpo sano’, o en latín ‘Mens sana in corpore sano’, es un lema muy conocido. Una persona sólo está sana cuando desarrolla su intelecto y su físico.
Como generalmente se cita en latín, se asume que tiene un origen muy antiguo. Pero no es del todo cierto. La frase fue utilizada por primera vez con este significado en 1861 por el inglés John Hulley, como lema de su Liverpool Athletic Club. Este lema encajaba con la visión elitista decimonónica sobre el deporte que surgió en Inglaterra. En los internados ingleses, los muchachos acaudalados recibían no sólo una educación intelectual, sino también un completo entrenamiento físico, basado en el ideal de una educación completa.
La Sátira X, línea 356, de los poemas satíricos de Décimo Junio Juvenal escrita a finales del siglo primero de nuestra era es el origen de la conocida frase. “Orandum est ut sit mens sana in corpore sano”, escribió, “Un hombre debe orar por una mente sana en un cuerpo sano”. Realmente no estaba escribiendo sobre deportes, y en absoluto pretendía invitar a la práctica del ejercicio, pero si adelantaba su influencia en el bienestar de las personas.
ALGO MÁS QUE HACER EJERCICIO
He practicado deporte desde muy pequeño. Comencé haciendo gimnasia deportiva, artes marciales y, como no crecí mucho, mi afición por el baloncesto pasó de alero a base y de ahí al banquillo en dos temporadas. Recalé en el atletismo, donde conseguí notables resultados como velocista e incluso como entrenador. De hecho, consideré durante mucho tiempo dedicarme profesionalmente a ello, hasta que el mundo del motor llamó a mi puerta y me arrastró.
No he parado desde entonces de hacer ejercicio, por afición y por necesidad. Me gustan mucho los deportes de raqueta. En su día jugaba a squash todas las semanas, al tenis y últimamente al pádel que es divertido como pachanga de amigos. Procuro correr dos o tres días a la semana y más allá del mantenimiento de capacidad aérobica, correr es un ejercicio de evasión mental. Tras una jornada extenuante en el trabajo, salir a correr es la mejor manera de relajarme, evadirme e incluso, analizar con otra perspectiva algún problema.
Les recomienda la película AIR. A mí me ha encantado. La historia es apasionante porque cuenta con extraordinaria fidelidad los días durante los cuales, el equipo de ejecutivos de NIKE luchó sin descanso para fichar al jovencísimo Michael Jordan. El resultado de aquella operación lo conocemos todos. No sólo las Air Jordan revolucionaron el mercado de las zapatillas de baloncesto, si no que cambiaron por completo las reglas del juego en el mundo del marketing deportivo y la relación de las empresas con los atletas. La compleja decisión que tuvo que tomar el presidente de la compañía, Phil Knight, magníficamente interpretado por Ben Affleck, es uno de los momentos claves de la película y como el mismo le expresó a su equipo y se muestra en una de las escenas, llegó a la misma tras salir a correr.
Hacer deporte me ha ayudado a enfrentarme a la vida con otro espíritu. El de saber que sin esfuerzo no se logran resultados, que sólo tras horas de entrenamiento se alcanzas las mejores prestaciones. No hay atajos. No se puede aprender un idioma en dos semanas, por mucho que nos lo quieran vender. Ni por supuesto, lucir tipazo este verano, si no arrancamos un plan de entrenamiento estricto que se acompañe de unos hábitos de vida saludables. Por poner dos ejemplos muy habituales. Y por supuesto, el deporte me ha enseñado a nunca rendirme.
QUE LA FUERZA LOS ACOMPAÑE
De todas las cualidades físicas, flexibilidad, resistencia, velocidad, fuerza…la fuerza es muy importante y mejora a todas las demás. Por eso, es frecuente que se cometa un error clave cuando con cierta edad se empieza a hacer ejercicio. El entrenamiento de fuerza es vital y mucho más cuando se van cumpliendo años. La perdida de tono muscular es la responsable de muchas de las dolencias de nuestros mayores y especialmente de la perdida de movilidad.
Está muy bien hacer yoga o pilates, caminar o lo que quieran, pero no se olviden de la fuerza. Con pesos libres o máquinas y siempre bajo la supervisión de un entrenador para evitar malas posturas o gestos que pudieran lesionarlos, el entrenamiento de fuerza es la clave para mantener nuestro peso a raya, definir nuestro cuerpo y cimentar la base para cualquier otra actividad física que practiquemos.
Al terminar, unos minutos de estiramientos, sauna, ducha y a descansar, que también es fundamental para garantizar los mejores resultados.
Hoy en día, la obesidad y el sedentarismo son los factores de riesgo más peligrosos para las personas por su incidencia en un montón de enfermedades, en cualquier rango de edad, pero principalmente a partir de los 40. Estamos en mayo, aún hay tiempo. Disfruten del ejercicio y de la vida que es maravillosa.
Javier Arias
12 comentarios
Fantástico artículo, D. Javier. Ya no sólo porque la ropa queda mejor en una buena percha y ésta no se “talla” sola , sino por los beneficios a todos los niveles del ejercicio en general y del de fuerza en particular.
Me permito añadir que, si a la actividad física la acompañamos de una dieta libre de ultraprocesados, azucares (sólidos y líquidos) y harinas, lo bordamos.
¡Salud a todos!
Estimado Javier,
Mira que me gustan tus artículos, pero
Decir que el paddel es una pachanga, eso no lo perdono. Llevo jugando desde el 2004, creo que antes de Aznar ;-), yo no sé correr si no persigo una pelota. Squasch, eso son palabras mayores, tenis, pin pong, bádminton, hasta frontenis. Pero por favor, un respeto al paddel. Y confirmo la frase maravillosa, el paddel es para la gente que no sabe jugar al tenis. Pero pachanga!!!!!!!!
Feliz semana a todos.
A mi modo de ver yo creo que todos los nombrados son deportes. Aunque, de ser justos, no todos requieren la misma preparación física para su práctica y, por tanto, su dureza en diferente. Cualquier persona, o casi cualquiera, puede disputar un partido de nivel bajo-medio de paddel. Sin embargo, muchísimas menos son capaces de correr una hora, aunque sea a 6 minutos el kilómetro.
¿Alguien conoce a un atleta de élite con la barriga de John Ram? Yo al menos no. Por eso nadar, correr, bicicleta, salto de vallas etc no pueden conjugarse con el verbo “jugar”. De hecho, no son ningún juego. Uno juega al paddel, juega al golf, juega a las canicas. Pero nadie juega a correr, juega a hacer bicicleta o juega a nadar. Ninguno de ellos puede conjugarse con el verbo “jugar”. En definitiva, podremos llamarlos a todos deportes, e incluso ser parte de Juegos Olímpicos, pero la dureza y preparación física que exigen unos y otros dista mucho o muchísimo.
Póngase cualquier partido del seis naciones y verá que los pilares tienen barrigas similares a las de Jon Rahm. ¿No son atletas de élite por no estar fibrados? ¿Tampoco los linemen del fútbol americano? ¿Ni los que practican halterofilia o levantan pesos? ¿Conoce Vd. las horas de entrenamiento físico necesarias para ser primera línea en una selección nacional, hacer una cargada con 150kg o plantarse en un line of scrimmage en la NFL? No le digo ya las horas de entrenamiento necesarias para mover eficientemente y con consistencia un palo de golf… ¿O acaso no son atletas porque sus deportes conjugan con el verbo “jugar”? En ese caso, ¿no son atletas los jugadores de fútbol, baloncesto, balonmano, hockey o waterpolo? ¿O es cuestión del número de gente que es capaz de llegar a determinado “umbral” en un deporte? De ser el caso, ¿de verdad no cree que hay mucha (¡mucha!) más gente capaz de correr una maratón que de hacer una vuelta de golf bajo par?
Discúlpeme, pero comparar deportes por su “exigencia física”, “dificultad” o por si su práctica conjuga con el verbo “jugar”, es tremendamente simplista. ¿Es más atleta el que termina una maratón en 4h que Ussain Bolt? ¿O que alguien que es capaz de hacer 25 dominadas seguidas? ¿Acaso la coordinación, velocidad, fuerza o explosividad necesarias para el golf no son atributos físicos? Si quiere comparar, compare peras con peras: un jugador de paddel profesional con un corredor profesional. O el tipo que corre una vez por semana al trote cochinero con el que echa una pachanga semanal al paddel. Seguro que ahí no hay tanta diferencia en términos de preparación y dedicación.
Mil disculpas don Eneko, he usado el término con cariño. Yo juego y me parece muy divertido entre amigos. Como siempre, al máximo nivel es un deporte muy exigente, pero para amateurs es otra cosa. La pachanga es un genero musical y yo lo asocio con fiesta, no tiene connotación negativa.
Por favor Javier,
Si es la parte positiva del pádel que 4 sin tener ni idea, se lo pasan bien y se ríen, pachanga, cosa que con el tenis no pasa. Jugar con alguien que no sabe es un infierno. Siempre quedará el tercer tiempo.
Un abrazo y muchísimas gracias,
Hoy a las 21:00 toca pachanga de la seria. 💪
Llamar al golf deporte me parece una falta de respeto hacia los deportes de verdad. Un juego de habilidad, de técnica, de lo que quieran. Pero deporte no es. Cualquier persona con la técnica necesaria aún cuando físicamente esté hecho una patata puede jugar al golf, algo imposible en rugby, natación etc
Entrar a valorar lo que es deporte o no, es conceptualmente de base, un error.
Según la RAE: Actividad física, ejercida como juego o competición, cuya práctica supone entrenamiento y sujeción a normas.
Por tanto, todos son deportes….dicho lo cual, como actividad física…bueno..lo mismo que el paseito de los domingos… 🙂
Totalmente de acuerdo. Llamar deporte al golf suena a coña. ¿Cómo puede ser deporte algo en lo que incluso después de cuatro horas de partida no hayas sudado ni una mísera gota de sudor? ¿Qué será lo siguiente? ¿El ajedrez?
¿Las canicas?
Buenos días:
Estimado Javier, un artículo muy interesante, como tantos otros que dedica al motor. En este caso quería comentar que cuando dice que hay que entrenar la fuerza, no me queda muy claro a qué tipo de entrenamientos y grupos musculares se refiere. Sospecho, por la frase “con pesos libres o máquinas”, que sería bíceps, tríceps, cuádriceps, etc., es decir, todos los músculos “grandes”. Y cuando dice “está muy bien hacer yoga o pilates, caminar o lo que quieran, pero no se olviden de la fuerza”, sospecho que no ha hecho pilates nunca o no ha hecho el mismo tipo de pilates que hago yo.
En pilates se entrena la fuerza, y mucho, pero no levantando pesas y no solo de grupos musculares “grandes” sino también de músculos más pequeños y profundos. Además se entrena la flexibilidad y la higiene postural, muy importantes también a cierta edad. He practicado y practico muchos deportes, y diría que el pilates es la práctica (no sé si se puede considerar deporte) que más ha mejorado mi estado físico. Y eso que solo voy una hora por semana.
Eso sí, creo que hay que practicar diferentes actividades que mejoren diferentes aspectos del cuerpo. Ejercicios aeróbicos y anaeróbicos, de fuerza, de resistencia, de flexibilidad, de coordinación, etc.
Un saludo.
Óscar
Muchas gracias don Óscar por lo comentarios. Hice pilates en suelo hace muchos años para mejorar mi postura y llevo más de un año haciendo pilates en máquina y me parece fabuloso. Todo suma. Lo que opino es que el entrenamiento de fuerza, mover kilos, es importante para el desarrollo y mantenimiento muscular.
Mi rutina es variada, hago pesas dos días por semana. Salgo a correr, alguna ´pachangá de pádel, nado y hasta intento jugar al golf, que me parece dificilísimo pero me relaja. Lo importante es no quedarse quieto cuando se cumplen años.
Se prefiera un deporte u otro en lo que todos los que practican deporte habitualmente estarán de acuerdo es que este te da una serenidad y una templanza que no tienen muchos de los que no le dedican un rato cada día. Y es cuando se convierte en hábito, no solo algo del fin de semana o de verano, cuando queda interiorizado y se muestra en tu personalidad.