LOS SUEÑOS PUEDEN HACERSE REALIDAD

Dicen los coach emocionales que todo con esfuerzo se puede conseguir.[...]

Dicen los coach emocionales que todo con esfuerzo se puede conseguir. Sin embargo, ellos mismos saben que eso no es verdad, de serlo, seguro que se dedicarían a algo más que a esa “profesión” a la que cada día más gente se abona sencillamente porque su plan A no funcionó.

Pero lo que sí es cierto es que hay cosas, también materiales, que, de luchar por ellas, un día pueden convertirse en realidad. Seguro que hemos escuchado a alguna persona que destacó como deportista, aventurero, empresario, profesional etc. que su éxito solo es hijo de su trabajo. Es mentira. Sin suerte se puede llegar a ser bueno, pero para ser el mejor, también suerte necesitas. Es más, a las variables de trabajo y suerte yo siempre añado una tercera: talento. Desde mi punto de vista, solo si se dan estas tres variables se puede llegar a ser alguien excepcional. De cada uno dependerá el porcentaje que atribuya a cada una de ellas, pero las tres deben estar en la misma ecuación para que el sueño se haga realidad.

De pequeño tenía sueños, algunos alcanzables, otros pura fantasía. Por los alcanzables tocaba luchar, por las fantasías soñar. Los más importantes, los más personales, son hoy tan realidad que solo pido que se detenga el tiempo para que nunca me los robe. Los materiales, con mucho trabajo, más suerte y algo de talento, también se van consiguiendo. Y precisamente, uno de ellos es el que hoy os traigo a esta página: mi primer Tourbillion. Concretamente un Master Ultra Thin Tourbillion creado por Jaeger-LeCoultre.

De oro rosa, después del platino para mí el material y color más sugerente, tiene un diámetro contenido de 40 mm y solo un grosor de 11,3 mm.  Aunque los mecanismos de cuerda manual me parecen más atractivos, este es de cuerda automática y con una reserva de marcha de 45 horas. Cuenta con 271 componentes, 28.800 alternancias por hora y un movimiento con grosor de solo 6,5 mm.

Para los que no conozcan este movimiento, mencionar que Tourbillion (en francés: ‘torbellino’)​ es un mecanismo de relojería creado en 1795 y patentado en 1801 por el relojero Abraham Louis Breguet. Su objetivo era compensar el efecto irregular que produce la gravedad sobre la marcha del volante y la rueda de escape cuando el reloj permanece en reposo (con la misma posición) durante un cierto tiempo, sobre todo en los relojes de bolsillo. Consiste en un mecanismo que hace girar sobre su eje un armazón en forma de jaula (normalmente una vez por minuto) sobre el que se montan el volante y el escape del reloj. Con la rotación del citado armazón en forma de jaula, el efecto producido por la fuerza de la gravedad sobre la marcha del conjunto volante/escape no se concentra siempre en el mismo sentido, promediándose. Así se consigue incrementar la precisión del mecanismo del reloj. Fuente: Wikipedia. En el video de la semana se explica de manera sencilla.

En nuestro reloj este mecanismo se ve en la ventana que aparece a las 6 desde donde se aprecia su hipnotizante funcionamiento. Cierto que, una repetición de minutos o un sonnerie son complicaciones relojeras que requieren de, si cabe, más pericia, siendo consideradas estas complicaciones como unos de los movimientos más difíciles de traer a la vida. No obstante, mi gran amor de juventud fue el Tourbillion. Lo fue, y lo sigue siendo. Para mí, lo más de lo más, una mezcla de sueño y fantasía. Pero fue esa parte de sueño la que me hizo luchar por ello, apretar el culo y echarle huevos a la vida. Y, hoy por fin, día de mi Santo, poder disfrutar.

Pero ¿por qué precisamente este modelo? Por varios motivos. El primero, y quizás más importante, su sobriedad. Medidas contenidas, diseño clásico, nada ostentoso y solo apreciable para el entendido. En segundo lugar, por su manera tan sutil de mostrar en esa ventana de las 6 horas la famosa jaula del Tourbillion. Y tercero, y último, por estar detrás de él una de las pocas manufacturas de verdad que existen hoy en día, Jaeger LeCoultre.

Solo de haber podido conseguir un 5367 de Breguet me hubiera planteado cambiar a una de mis marcas preferidas. Jaeger, Patek, FP Journe y Lange claramente son mis relojes preferidos. Pero, por motivos bastante personales, Jaeger tiene un trocito más de mi corazón. Será el Valle de Joux, el increíble equipo humano que tienen en España, su obsesión en no hacer ruido y, preferiblemente, solo adornar las muñecas de personas más entendidas que socialmente conocidas o el callar que han estado detrás de muchos mecanismos de otras marcas a las que hoy se las denomina “Manufactura”.

Sin ir más lejos, todavía hay en la calle varios Audemars Piguet que han montado durante 50 años movimientos con el calibre Jaeger-LeCoultre 920, que Audemars Piguet denominó 2121 (para la versión con fecha, mientras que la versión sin fecha se denominó calibre 2120). Por cierto, una explicación de la boutique de Madrid sobre a quienes y con qué propósito final vende su modelo más emblemático sería bienvenida por los amantes de esta casa y quién sabe, si sorpresiva para la cúpula suiza. O, quizás con contestar a esta pregunta se entendería mejor su política de ventas: ¿cómo es posible que en la tienda oficial de Audemars Piguet de la calle Serrano no te vendan su Royal Oak más querido y, sin embargo, lo puedas encontrar, por un precio muy superior al de tarifa, sin problema en las páginas más populares de venta de segunda mano?

Como en el sexo, uno siempre se acuerda del primero y del último. Si el primero fue un Orient horas-minutos, el último ha sido un Jaeger-LeCoultre Tourbillion. Y entremedias, una vida.

Feliz Santo a todos los José.

El Aristócrata

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COMENTARIOS

13 comentarios

  1. Estimado EA,

    Por lo que se ve, los reyes magos han llegado un poco tarde, pero seguro. Jaja.

    Que preciosidad, me alegro muchísimo de que lo haya conseguido. Ahora lo mejor, a disfrutar de él.

    Enhorabuena.

    Feliz semana a todos,

    Eneko

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    1. Richard Mille es un pedazo de reloj. Que no le guste no lo hace un mal reloj, ni mucho menos. Dicho lo cual, este Tourbillion de Jaeger es de las cosas más bonitas que he visto nunca. Demasiado sobrio para mi, pero de una increíble belleza

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  2. Precioso reloj. Muy elegante y con una complicación, a mí particularmente también la que más me gusta, que te hipnotiza. Respecto a lo que comenta de Audemars Piguet creo que es un secreto a voces. Venden a cliente final pero también a mucho compraventa con su correspondiente ganancia extra. Solo, efectivamente, así se explica que sabiendo llamar a tal o cual compraventa tengas el reloj, obviamente con un importante sobreprecio, en lo que tarda en llevártelo a tu casa. Sinceramente no sé como desde Suiza no cierran la delegación española.

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  3. Señores: no me sean unos ignorantes. Richard Mille es muy probablemente la marca más revolucionaria de los últimos 100 años. No solo en mecanismos, que también, sino en materiales y diseño. Solo FP Journe puede rivalizar hoy con él.

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  4. Un peluco de categoría, sin duda. Y del que no será Ud. propietario, sino fideicomisario tal y como rezaba en el famoso anuncio de Patek. Enhorabuena a Ud. y a sus herederos, que deberán saber lo que reciben!!

    Saludos.

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  5. Estimado Aristócrata:
    Felicidades por su onomástica. También enhorabuena por haber conseguido uno de sus sueños vitales: Un maravilloso Jaeger-LeCoultre tourbillon. Bello reloj de una calidad impresionante. ¡Que lo disfrute muchos años, y que yo lo vea! El oro rosa es muy bello y una acertada elección, aunque, para mí prefiero el platino (quizá por que no tengo ninguno de ese material). Desde mi punto de vista, el que un reloj de pulsera tenga un tourbillon, no le añade más precisión a la maquinaria. El tourbillon se diseñó para relojes fijos, de pared o de sobremesa, o para el reloj de bolsillo que trabajan en una posición, mas o menos estable, frente al vector gravitacional. En los relojes de pulsera ésto no es así y se entiende su presencia en un modelo, más un alarde técnico que una mejora en su precisión (tampoco me gustan los relojes “skeleton” pero por otros motivos). De todos modos, va en gustos, y me parece un reloj muy bello y de altísima calidad. ¡Enhorabuena!

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