En un momento de la historia donde nosotros los varones vestimos de manera muy parecida y la máxima de pasar desapercibido guía nuestras elecciones, los complementos se presentan como la ayuda perfecta con los que marcar cada estilo.
Dependiendo de los accesorios que escojamos, las líneas y colorido de los mismos, el mensaje de nuestro conjunto será muy diferente. Pensemos, por ejemplo, en un sencillo bolígrafo. Seguramente la imagen de un traje a medida no sea la misma de sacar de su bolsillo interior un bolígrafo de plástico o una estilográfica Meistertück.
Las gafas de sol son otro buen ejemplo. Aún vistiendo el mismo conjunto, este mandará un mensaje bien distinto de acompañarse de unas modernas gafas de plástico y lentes opacas que de hacerlo de unas de metal de cristal transparente. Igualmente, el resultado será de lo más dispar de optar por unas modelo aviador que por otras de media y fina montura. En ningún caso hay unas gafas de sol más correctas que otras, todo dependerá del conjunto y momento en el que las vayamos a vestir. Sin embrago, sí es importante recordar que independientemente del modelo escogido debemos quitárnoslas al entrar en un sitio cerrado e intentar también limitar su uso en las ocasiones más formales.
Si las chaquetas se diseñaron con un bolsillo a la altura del pecho fue pensando en que en él descansaría un pañuelo de bolsillo. Sin embargo, esta práctica está cada vez más en desuso renunciándose a la elegancia que un bien escogido pañuelo aporta a todo el conjunto. Se trate de una chaqueta de traje o de una de sport, el pañuelo de bolsillo introduce una nota muy personal de estilo y color a todo el conjunto. En invierno de seda o cachemira y en verano de seda o lino, rara es la chaqueta que queda más elegante sin este atemporal accesorio.
En primavera y verano los pañuelos de colores alegres y vivos como el verde, el rojo y el azul transmiten ese optimismo tan propio de los cielos más azules. Y para protegerse tanto del calor como de las radiaciones solares, nada mejor que un buen sombrero ecuatoriano. No obstante, tengamos presente que un sombrero ecuatoriano no es un sombrero de paja . Solo los sombreros confeccionados manualmente de paja-toquilla añaden estilo y clase a los conjuntos tanto de corbata como de sport. Si el modelo fedora sigue siendo un “must”, hay otros mucho menos vistos como el Homburg, el Óptimo o el Derby que aportan además de estilo y protección un toque de exclusividad.
Uno de los complementos con el que más fácil resulta introducir el toque personal al conjunto es la pashmina. Todavía tenemos por delante noches frescas en las que las pashminas de lino además de protegernos de ese frescor introducen una nota de color y un toque personal a todo el conjunto. El calzado de traje de primavera-verano apenas varía respecto al del invierno.
No obstante, si bien los oxfords, derbis y doble hebillas siguen siendo fundamentales en esta estación, los colores cobran una nueva dimensión. A los tonos más oscuros de invierno se unen ahora otros como los azulados, verdes oscuros y marrones claros. Con la corbata descansando ya en el armario, los conocidos popularmente como gominos se erigen en los protagonistas del tiempo libre. Intentemos en la ciudad no abusar de los náuticos y reservémoslos para actividades más acordes con la finalidad para la que fueron creados.
Si todavía no hace suficiente calor como para vestir gominos y debemos seguir dando entrada a los tradicionales modelos de cordones o mocasines, asegurémonos que nuestros calcetines transmitan el color y la frescura de la primavera. Huyamos de la lana y apostemos por el algodón. Igualmente, dejemos los tonos más oscuros y demos entrada a otros más joviales y de tonos más vivos. Sigamos la misma recomendación con las corbatas y busquemos estampados y colores más frescos.
El calor no debe convencernos a abandonar la elegancia del invierno y bastará sustituir las pesadas y abrigadas lanas del invierno por las sedas y los linos más frescos. Desarmemos las chaquetas quitándoles hombreras, entretelas y plastrones y ganaremos grados de frescura. En el tiempo libre cambiemos las camisetas por camisas de lino remangadas o sencillos polos. Los pantalones de lana tropical o gabardina siguen siendo una opción más elegante que las populares, pero informales, bermudas. Y no dejemos de recordar la frase de Alexander Wang “cualquiera puede arreglarse y tener mucho glamour, pero lo más interesante es el modo en que la gente se viste en sus días libres”.
Los hechos demuestran que es difícil negar que el calor es uno de los mayores enemigos de la elegancia. Si el frío nos obliga a sumar capas de ropa para protegernos de él, el calor nos reta a desprendernos de todo menos los estrictamente necesario para mantener ese pudor que exige vivir en sociedad. Ahora que el abrigo descansa en el armario, las manos se llenan de objetos que antes metíamos en su bolsillo. Para evitar esto, hoy se confeccionan maletines y bolsas de precios factura que permiten meter en ellos objetos tan necesarios como la cartera, las llaves, el teléfono etc.
¡Disfruten de la primavera que en breve lo haremos también del verano!
El Aristócrata
17 comentarios
Gomino con/sin calcetín. Calcetín invisible….?
Si los náuticos son para el mar, el origen de los gominos (drivers) son la conducción. ¿porqué discrimina usted unas prendas por su origen y otras no?. Lo hace con los castellanos, no con las camisas… un saludo.
Carlos López
Coincido totalmente. Con las atrocidades que se ven en verano, la chancla y demás obscenidades "cómodas", no se entiende bien por qué un zapato de cuero, discreto, como el naútico es perseguido aquí con tanta seña. Qué se creó para otras cosas? Sin duda, como tantas otras cosas: el picado de los zapatos, las solapas de la chaqueta de smoking, etc. Pero todas esas "evoluciones" son aquí respetadas, salvo el naútico que, no sé por qué, es merecedor de hoguera junto a quienes lo usan en la ciudad. La verdad, no me parece para tanto…
En mi humilde opinión, EA promueve lo que él cree. Desde luego no son leyes universales (hay países donde cosas que EA afirma como poco elegantes, son vistas de otra forma y además son posiblemente consideradas elegantes), pero son sus gustos y como tal son respetables y seguidos por unos u otros.
Si te has criado en ciudad costera, los naúticos son algo totalmente aceptado en la ciudad (al menos de donde yo procedo) y muchas veces cuanto mas color mejor. La procedencia de EA está muy alejada de una ciudad costera por lo que me parece normal que lo vea así.
En definitiva, que él tiene sus gustos y sus preferencias y los que leemos este blogs sacaremos nuestras conclusiones mas o menos afines.
Me parece que ya hace bastante compartiendo sus gustos y sus inquietudes.
Saludos.
Ya lo dijo Bertrand Russell a propósito de Sir Anthony Eden,primer ministro de Churchill:"No es un caballero,va demasiado bien vestido para serio".
Un premio Nobel -incluso uno de la grandeza de Russell- puede estar equivocado. Y su comentario sobre Anthony Eden es una buena demostración de ello.
Espero no se tome como una opinión destructiva, únicamente quiero comentar qu atender al origen de una prenda como criterio de elegancia no me parece una regla muy correcta, máxime cuando esta no se cumple en muchas ocasiones.
Carlos Lopez.
Sin querer ofender, pero el tatuaje de la mano de la primera fotografía es horrible. Por el resto nada que objetar.
"Intentemos en la ciudad no abusar de los náuticos…" No abusar no significa que estén proscritos, significa que no te los pongas todos los días para todo. Y efectivamente como han dicho, una cosa en vivir en el centro de Madrid y otra cosa es vivir en Málaga al lado de un puerto deportivo.
Saludos,
V.
La discusión es recurrente en este foro. Hay quien piensa como usted y quien piensa que el náutico solo debe llevarse a bordo de un barco. Están bien las opiniones y los gustos, no tan bien el dogmatismo. Mocasines, alpargatas… Casi cualquier calzado tiene un origen que difiere de su uso actual, dentro un orden todos tienen su cabida en un armario de verano.
Pido disculpas de antemano por lo que voy a decir ya que, a buen seguro, ofenderá a no pocos.
1. No me gusta el tatuaje de la mano de la primera foto.
2. No me gustan los calcetines ejecutivos.
3. Me encanta la segunda foto.
Saludos,
Onofre.
A mí me parece magnífico el contraste, como fotografía magnífica, en la vida real llamaría demasiado la atención. No creo que me haga nunca un tatuaje, pero me encanta la gente que tiene sus ideas propias, que no coge las ideas en bloque. Los tatuajes no presuponen que tengas que ir vestido de heavy.
Un saludo.
Carlos López
no tiene nada que ver con el articulo, pero la chica del viernes esta que se rompe…ahi ni habra discusion que si mocasines, que si nauticos…
Buenas tardes;
Me temo que se equivoca usted anónimo. No faltaran detractores y yo me reiré muchísimo delante de esta pantalla.
Con todo respeto,
FERRUZZO.
Ferruzzo la chica del viernes es un consenso mundial…. como dice nuestro anónimo, está que cruje se rompe y explota si le viene bien. Carlos López.
Vuelvo a la carga, en su post del 9 de abril de 2016 escribía usted esto: , "la primera blazer debe su nombre al capitán de la fragata británica H.M.S. Blazer…" y a continuación explicaba los orígenes marineros de la Blazer… entonces tenemos que es el mismo que el de los náuticos.
Perdone mi insistencia, pero creo que la discriminación de una prenda debe de hacerse por su "ponibilidad" y no respecto a su origen… si me apura se admite por la moda imperante.
Un saludo cordial, desde el respeto y la admiración por su blog. Carlos Lopez.
Disculpe por mi tozudez.
Para mi un imprescindible de verano es el sombrero Canotier y sin olvidar nunca los pañuelos de bolsillo, mas luminosos y llamativos para esta época.
Les recomiendo los pañuelos de Hussars, que son autenticas obras de arte.
Saludos