¿CÚANDO ES DEMASIADO?

Esta semana más que un artículo quería compartir con vosotros una rápida reflexión sobre cuando pensar demasiado qué ponerse termina perjudicando más el aspecto final del conjunto que beneficiándolo. Seguro que[...]

Esta semana más que un artículo quería compartir con vosotros una rápida reflexión sobre cuando pensar demasiado qué ponerse termina perjudicando más el aspecto final del conjunto que beneficiándolo.

Seguro que todos hemos visto, incluso sin haber ido nunca al Pitti, hombres que parecen que se han puesto todo el armario encima. Utilizar complementos puede redondear el aspecto final, sin embargo, el recargarlo demasiado solo lo estropea. Pero: ¿cuándo es demasiado?

Básicamente, “demasiado” es cuando estos complementos no son utilizados para la finalidad para la que fueron creados sino como meros adornos. Por ejemplo, llevar unas gafas de sol en el bolsillo de la solapa carece de sentido. No más sentido tiene ocupar dicho espacio con unos guantes. Llevar guantes cuando no se viste abrigo es, además, algo ilógico. Si tenemos las manos tan frías como para requerir de guantes, no parece muy lógico no estar cubiertos con una prenda de abrigo.

Una pashmina metida en el bolsillo del abrigo como adorno o un paraguas cuando no se esperan lluvias es sencillamente ridículo. Dos relojes son difíciles de justificar, como no lo es menos las enormes bolsas que se limitan a llevar dentro un juego de llaves o una cartera. Esto último todavía lo es menos en invierno, época que por el frío el abrigo bien podría cobijar ambos, cartera y llaves. Similar consejo parece aplicable a los hoy tan de moda porta documentos. Una bufanda no anudada o un doble hebilla sin abrochar no sé si tiene un sentido estético pero es un sinsentido. ¿Frío como para abrigo y sombrero de fieltro y luego sin calcetines?

La cosa suele ir a mayores con el sombrero. Esta página, firme defensora de este complemento, siempre ha abogado por su uso. Pero por un uso inteligente. Calarte un sombrero sin el mínimo conocimiento de su correcto uso o no procediendo no es estético. Basta como ejemplo aquellos que andan por las calles con un sombrero de fieltro, pero sin ropa de abrigo o aquellos que visten uno ecuatoriano a la caída del sol. O, quizás peor, quienes lo usan una vez porque parece que es lo que toca ese día y no lo vuelven a hacer hasta pasado varios meses, y sólo porque vuelve a tocar. Las personas que de verdad visten sombrero lo visten siempre, nunca se les olvida en casa y es el uso, y no la moda del momento, el que indica su fecha de caducidad.


Elegancia y sencillez suelen ir de la mano y no pocas veces menos es más. Pero, sobre todo, como acabamos de decir, la elegancia debe ser natural, no forzada y claramente a quien se adorna demasiado se le nota que ni siquiera camina de manera natural. Esto se aprecia también en los desfiles de moda. No pocos asistentes visten ropa que en otro entorno no la llevarían y si no incómodos sí se ve que les falta dicha naturalidad. Un efecto muy similar al que experimenta quien se pone un traje sin estar acostumbrado o quien viste de deporte sin haberlo hecho en mucho tiempo.

Echarse todo encima es, además, algo francamente incómodo. Caminar con chaqueta, chaleco, abrigo, sombrero, guantes, maxibolsa, bufanda, las más variadas pulseras, gafas de sol y demás complementos no es cómodo. Estar pendiente de que cada cosa va en su lugar y que nada se mueve de su sitio solo puede estresar a la necesaria “naturalidad”. Quien viste elegantemente, pero lo hace de similar manera siempre, no tiene que interpretar ningún papel y se nota que es algo habitual en él.
El Aristócrata

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COMENTARIOS

5 comentarios

  1. De acuerdo, totalmente. En la lista falta el pasador de corbata con traje de cruzar. Y lo del sombrero, abrigo, bufanda, guantes, chaleco, el tío abrigado como para ir a un partido de los Packers, …y sin calcetines… Para partirse de risa.

    Saludos.

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  2. Muy interesante. Ojalá se lo aplicara más de uno. Sobre todo, esos que, además, piensan que van de lo más elegante solo porque no hay cosa en su casa que se hayan olvidado.

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  3. Muy buen artículo Aristócrata. Sin ir más lejos en la crónica anterior de la fiesta del tabaco Noche de Blanco (y disfraces), hay algunos hombres que llevan sombreros ecuatorianoss o parecidos en un evento de tarde-noche y lo peor de todo no es eso, sino que fijo no se descubrieron en las zonas interiores. El hombre jamás debe permanecer cubierto bajo techo, la mujer en cambio sí que puede.
    Mejor pecar por defecto que por exceso.. Uno, directamente prohibiría chales y bufandas exageradas en hombres, y aunque haga mucho frío, si son llevadas de estudiadas formas y nudos, ,me parecen un horror. No sé qué estética es esa de salir bultos y pliegues enormes del abrigo por el pecho y da igual si son de vicuña. Peor será llevar bufanda o chal atildado sin abrigo, tres cuartos o cazadora. Gorras de béisbol, mochilas o zapatillas no casan nunca con trajes o conjuntos de chaqueta y pantalón.
    Gemelos joya muy lujosos lo mismo, cuanto más discretos mejor y a ser posible con puño simple en vez de doble, con el mismo pliegue del puño y en lugar del botón, no dejando ala al exterior de la muñeca. No veo ya ningún atuendo para gemelos fuera del frac, chaqué o smoking. Alfiler de corbata o de cuello de camisa, espanto absoluto.
    De traje no se debe llevar nada colgando de los hombros o antebrazos; bolsas de viaje, carteras, maletines ni menos aún bolsos.

    Cordialmente,

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  4. Yo siempre visto de forma muy elegante con trajes, pero con el clima actual es imposible vestir con trajes por qué todos sabemos que el verano es el mayor enemigo de la elegancia. Para todos los que vestimos de forma elegante es algo totalmente normal y habitual por lo que es algo natural para nosotros y no vestimos los trajes de forma forzada e incómoda por qué es algo totalmente natural para nosotros. Los que visten trajes con los zapatos sin calcetines me parece algo totalmente ridículo y me hace daño a la vista.

    Saludos.

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  5. Estimado sr. Galiacho:

    Temo que tanto entre los recién llegados a nuestro estilo y los que “overdress” lo más difícil es encontrar el punto adecuado.

    Gran saludo

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