CINCUENTAÑEROS DE BUEN VER

Seamos claros, los cincuenta son los antiguos cuarenta. Una nueva década prodigiosa se aúna experiencia y bien estar físico, siempre que nos hayamos cuidado un poquito por lo menos.[...]

Seamos claros, los cincuenta son los antiguos cuarenta. Una nueva década prodigiosa se aúna experiencia y bien estar físico, siempre que nos hayamos cuidado un poquito por lo menos. No os alarméis, no vamos a discutir de longevidad, lo anterior nos viene al hilo para recordar a algunos relojes que han superado los cinco decenios y lucen imponentes e incluso mejor que cuando fueron jóvenes. Como siempre, no están todos los que son, pero sí algunos de nuestros favoritos.

La ocasión merece la pena porque en este selecto club de los cincuentañeros acaba de entrar en 2022 uno de los relojes más emblemáticos de la historia, el Audermans Piguet Royal Oak 5042. Conocido popularmente con el apodo de Jumbo, que curiosamente se ganó porque en 1972 sus 39 milímetros de diámetro le parecían a todo el mundo una enormidad.

Su inconfundible y maravilloso diseño es obra de uno de los grandes genios de la relojería del siglo XX, Gerald Genta. El señor Genta nació en Ginebra, Suiza, en 1931 y realmente era diseñador de joyas, dato importante y que nos permite entender algunas de sus obras maestras como son, además del mencionado Audemars Piguet Royal Oak, el Patek Philippe Nautilus y donde la integración de brazalete y caja son sus rasgos más identificativos y característicos.

El AP Royal Oak es un reloj ultraplano con un calibre que apenas ha evolucionado desde su lanzamiento. De hecho, ha sido una gran sorpresa comprobar que para la edición del aniversario han sustituido su mítico calibre 2121 por uno nuevo, de apenas 3,1 mm de grosor con la masa oscilante esqueleto en oro y con el logo de la efeméride.

Lo que no cambia es su caja octogonal con los tornillos hexagonales, y ese fondo hipnótico de la esfera ‘petite tapisserie’ en el tradicional azul para el modelo de acero, gris ahumado para la versión de oro rosa y como no podía ser de otra manera, un fondo verde, porque en los tiempos que corren, si no tienes en catálogo un reloj con fonde verde no eres nadie.

MADUROS EN PLENA FORMA

La realidad es que los diseños de los 60 y 70 están más de moda que nunca entre las marcas relojeras. Personalmente creo que fueron décadas prodigiosas para el sector, recuperado de los complejos años posteriores a la Segunda Guerra Mundial y justo antes de la crisis del cuarzo. Se vieron modelos en realidad soberbios y especialmente para los modelos sport, porque la aviación, los deportes acuáticos, o las grandes expediciones de montaña dejaron ser patrimonio de unos pocos.

Cerca de los 60 se encuentra el que para muchos es el diseño de reloj deportivo más emblemático de la historia, el Rolex Submariner, simple, de gran legibilidad y muy cómodo de llevar en la muñeca. En tiempos, hasta barato.


Más jóvenes, pero igualmente en plena forma son los Zenith ‘El Primero’, lanzados en 1969 con un impresionante calibre que latía a 36.000 alternancias, garantes de su tremenda exactitud cronográfica. Recordemos que este ‘motor’ alimentó años después a otro mito de la relojería, el Daytona. Y compartiendo año de nacimiento, otro crono emblemático, que presume de haber sido el primer cronógrafo automatico de la historia, el Seiko 6139 con su embrague vertical y rueda de pilares. Aunque la realidad es que el reloj tuvo una distribución muy limitada en el país del sol naciente, al menos durante los dos primeros años. Por cierto, que, la marca japonesa lanzó en los 70 y por ello merecen estar en este resumen de relojes cincuentañeros los Grand Seiko, hoy piezas claves de su plan de producto y excelentes ejemplos de innovación sus calibres Spring Drive.

La verdad es que la batalla por ser el primer cronógrafo automático del mercado fue épica y adornó los finales de los 60 y principios de los 70. Por aquellos tiempos no era infrecuente las colaboraciones entre marcas para compartir costes de desarrollo y así nacieron muchos relojes mellizos. Tres de ellos han pasado a la historia y siguen en activo con modelos herederos de aquella gesta. Hablamos de Heuer, Breitling y Hamilton, nombre clave: proyecto 99 y en la práctica, los míticos Chronomatic.

El alma mater de la historia fue Jack Heuer que veía como las ventas de los cronógrafos de cuerda languidecía y era consciente de la necesidad de incorporar calibres automáticos. Heuer trabajó con el fabricante Buren que había desarrollado unos micro rotores que podían ser la clave del nuevo calibre. Al equipo se sumó el diseñador Dubouis-Depraz, experto en módulos cronográficos. Cuando Hamilton adquierió Buren se convirtió en socio de la aventura.

Pero como siempre, hacía falta alguien más que ayudara a pagar la costosa fiesta y así es como terminó en el grupo Breitling, por aquel entonces con mucho cash en el bolsillo. No es que al señor Heuer le hiciera mucha gracias recurrir a su rival, pero como por aquel entonces su marca era muy fuerte en los USA y Breitling vendía mejor por Europa, debió pensar que el fin bien justificaba los medios.

El Proyecto 99 resultó dando a luz al bien conocido Calibre 11 (conocido también como el movimiento “Chronomatic”). El movimiento Calibre 11 empleó una construcción modular, combinando el movimiento de reloj accionado por un microrotor de Buren, con un módulo de cronógrafo desarrollado por Dubois-Depraz. Los relojes impulsados por los movimientos Chronomatic se reconocen fácilmente: la corona está a las nueve con los pulsadores en las posiciones habituales en el lado derecho. Los modelos míticos que los representan son el Mónaco de Heuer o los famosos bicompax de Breitling o Hamilton, con más rollo aviador que carrerista.

LA EDAD NO ES UN PROBLEMA

Ya hemos visto que cumplir años no siempre es malo, vamos, de hecho, lo malo es no cumplirlos. Y en relojería, todos esos veteranos no paran de darnos satisfacciones al estar todavía en producción y fácilmente adquiribles. E incluso, tampoco es difícil recurrir al mercado de ocasión y encontrar relojes originales de la época que si han sido bien mantenidos, funcionarán de maravilla y si no, bastará con llevarlos a la marca o a nuestro relojero de confianza para que luzcan como nuevos.

Veremos como pasará el tiempo por ellos, pero tenemos ejemplos maravillosos de veteranos con casi un siglo a sus espaldas y que todavía están en los catálogos de las sus respectivas marcas, como por ejemplo el Santos de Cartier o el Jaeger LeCoultre Reverso.

¡Viva los 50!

Amando Martínez

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COMENTARIOS

3 comentarios

  1. Precios artículo,

    Muchísimas gracias. A mí el Mónaco me sigue maravillando. Afortunadamente me compré uno antes de tener hijos. El Reverso tiene que ser el siguiente aunque sea para la jubilación.

    Muchas gracias David.

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