WATCH AND WONDERS 2023

Ginebra acogió una nueva edición del salón de la relojería, bautizado hace un par de años como Watch & Wonders, heredero del SHH, o salón de la alta relojería. Tras el cierre del certamen paralelo en Basilea, la mayoría de las marcas han entrado en la cita, lo que unido a la ausencia de restricciones y su apertura al público, han provocado un éxito de asistencia sin precedentes.

La verdad es que la anterior polarización no fue buena para nadie, los grandes grupos tomaron partido por uno u otro certamen y era más complicado hacer el seguimiento de las novedades. La idea de los promotores de Ginebra creando una nueva marca, Watch & Wonders podemos pensar que era acabar con una rivalidad absurda. El resultado es positivo y la feria reúne a casi todo el mundo porque incomprensiblemente se ha quedado el grupo Swatch con todas sus marcas, para disgusto de profesionales y aficionados. Por cierto que, para estos últimos, la feria abrió por primera las puertas al público (hasta ahora era sólo un certamen profesional)  lo que, sin duda, ayuda a promocionar la visibilidad del mundo de la alta relojería.

Otro punto destacado es la presentación de novedades, que han llegado por decenas, de casi todas las marcas. Hemos visto novedades muy interesantes, algunas que son más de los mismo y otros relojes francamente bonitos. El balance final lo puntuamos con notable alto y por ello debemos estar todos contentos.

EL RELOJ DE LA PROPORCIÓN AUREA

La proporción áurea, o número áureo, el número dorado o la divina proporción ha obsesionado a los arquitectos, matemáticos o diseñadores, todos ellos en busca de la perfección visual durante siglos. Dejando a un lado cuestiones extraterrenales, o míticas, lo cierto es que la proporción áurea, como otras reglas de dibujo consigue que percibamos edificios, esculturas, cuadros, o productos industriales, por ejemplo un reloj, con una gran belleza. Y por si no lo sabíais, el Jaeger LeCoultre Reverso, cumple esa proporción. ¿Será por eso por lo que nos gusta tanto?

En Ginebra, la Grand Maison, centró el protagonismo de su stand en el Reverso. Exponiendo toda la gama y algunas novedades entre las que destacamos el tourbillon douface y un cronógrafo. Inspirado en el primer Reverso tourbillon de hace treinta años, con el calibre 847, ahora con una nueva espiral en silicio y montado en una caja de oro rosa. La anverso es muy clásico y la ventana permite disfrutar del tourbillon mientras que el reverso con su segundo uso horario presenta un indicador de día y noche.

Siguiendo con el lote de los modelos extraordinarios, sin duda, el Vacheron Constantin Les Cabinotiers Dual Moon es una locura de reloj.  Sus tres señas de identidad, el tourbillon, la repetición de minutos, y las fases lunares le permiten colgarse esa etiqueta. Nada menos que 774 piezas dentro de una caja de oro blanco sólo al alcance los muy aficionados muy pudientes.

Y cerrando la terna, me ha gustado mucho el Piaget Polo ultra thin con calendario perpetuo. Muy elegante y con una esfera bien equilibrada. La caja es preciosa pero el armis no me ha entusiasmado tanto.

A todo el mundo le ha gustado mucho el nuevo Calatrava de Patek Philippe, a mi no mucho. Sencillo y deportivo, quizás abra las puertas de la marca a nuevos usuarios aunque me temo que cuando pregunten en las boutiques y les digan los años de lista de espera, quizás se desilusionen un poco. La marca debería pensar en cambiar su tradicional eslogan y proponer que los padres hagan el pedido para que lo reciban sus hijos o tal vez sus nietos.

LA CASA POR LA VENTANA

Así ha hecho Rolex con su stand, presentando un buen montón de novedades. La mayoría son variaciones del mismo tema, porque, total, si triunfas, para que cambiar. Interesante el Yatch Máster por primera vez en titanio y los preciosos Daytona pero sin duda por originalidad, se lleva la palma el Oyster Perpetual con una esfera de burbujas de colores francamente atractiva y para todas las muñecas, al ofrecerse en cajas de 31, 36 y 41 mm.

Otra de mis marcas favoritas, Zenith centró sus novedades en el uso de la cerámica y así vimos cajas con en ese material de los Pilot y de su reconocida línea Defy con un modelo Skeleton, francamente bonito.

También es marca de cabecera TAG Heuer quien entre sus novedades nos volvió a sorprender con un Carrera tourbillon que se anuncia a un precio francamente competitivo. La experiencia no es nueva y hace años hicieron el mismo experimento con un éxito comercial absoluto.

Me entusiasmó el nuevo IWC Ingenieur. Un modelo fundamental en el portfolio del fabricante que nació en los años 50 y que en los 70 recibió el toque mágico de ese gran genio de la relojería que es Gerald Genta. La armonía de la caja, su bisel atornillado y la integración del armis consiguen un conjunto extraordinario. La esfera se ofrece en diversos colores y un finísimo guilloché y el preciso calibre ofrece hasta 120 horas de reserva de marcha.

Reconozco que también soy devoto de Panerai, pero mis gustos sencillos y pobre bolsillo me impiden optar su gran novedad de este año, un calendario perpetuo montado en una caja Radiomir con opción en oro rosa o platino. Me quedo, en esa misma caja, que es deliciosa, con el tradicional dial California en una más razonable medida de 45 mm o el Otto Giorni que es pura esencia de la marca.

El resumen podría ocupar varias páginas porque, como he dicho, se presentaron muchos relojes de casi cincuenta fabricantes diferentes. Pero quiero cerrar con una pequeña marca de producción limitada, Grönefeld y su 1941 Grönograf de acero.  Fundada en 1912 esta familia holandesa de relojeros han producido verdaderas joyas desde entonces aunque su escasa distribución les aleja del gran público. El pasado año se llevaron el primer premio al mejor cronógrafo del salón con este mismo modelo en caja del rarísimo tantalum. Por supuesto, las 25 piezas puestas en el mercado volaron. Este año lo presentaron en acero y pese a producir 188 unidades, han volado también. Habrá que estar más atentos para el próximo año.