UNA JOYA DE RELOJES

La prestigiosa marca de joyería Cartier ha presentado en Madrid sus novedades del año con piezas de gran belleza y detalles singulares que enlazan con su tradición joyera. Un grupo de amigos de El Aristócrata hemos tenido la oportunidad de asistir a un pase privado para admirarlas.

Por Amando Martínez y Javier Arias

El nombre de Cartier nos evoca de inmediato el lujo que arrancó en el siglo XIX cuando el francés Louis François Cartier fundó la marca en 1847, en París, para vender joyas, artículos de piel y relojes. Sin duda, su buen hacer joyero cautivó desde el principio a las cortes europeas y a algunos de los marajás de la India, que se convirtieron en sus primeros clientes y sus mejores embajadores.

Si bien su producción primitiva de máquinas del tiempo se basó en piezas únicas de joyería para mujeres, donde el objetivo principal era la belleza de la piezas y la ocultación del reloj, recordemos que por aquel entonces, que una mujer estuviera consultando la hora era un signo de mala educación aunque la pobre se aburriera. Pero en 1904 cambió el signo de la división relojera cuando gracias a la amistad del aviador brasileño Alberto Santos-Dumont con Louis Cartier se produjo el célebre modelo que homenajea su nombre, el Cartier Santos, primer reloj masculino de pulsera.

UNA COLECCIÓN ÚNICA.

Desde los años 70 del pasado siglo, Cartier comenzó una labor de recuperación de piezas de relojería que fue el origen de su Fundación Colección Cartier en 1984, que hoy en día reúne más de 3.500 piezas desde 1850 hasta nuestros días y conforman un relato único de la historia de la marca y de la propia sociedad, sus gustos y tendencias. Se ha presentado en diferentes ocasiones y si tienen la oportunidad de acceder a ella, no dejen de visitarla.

Cuando en 1964 la Compañía se fragmentó y vendió por partes, pasó por un periodo de disparidad de criterios según la distribuidora que lo gestionase y el territorio donde se encontrara y mientras algunos siguieron apostando por la exclusividad y el lujo, otros apostaron por la popularización ofreciendo líneas de productos más asequibles.

En 2012 pasó a formar del conglomerado del grupo RICHEMONT, siendo una de sus marcas estrella del mismo con más de 200 boutiques en todo el mundo. En ese grupo se ha reencontrado con Jaeger LeCoultre, su marca de referencia para los calibres desde 1907, cuando Cartier firmó un acuerdo de exclusividad con Edmond Jaeger para que le proveyera de sus prestigiosos movimientos.

TRADICIÓN PUESTA AL DÍA

Durante la exclusiva recepción de Cartier para El Aristócrata pudimos admirar desde los exclusivos detalles de su producción, hasta las últimas novedades, pasando por algunas de las joyas de su colección.

El proceso de producción de los relojes de Cartier arranca de las mentes creativas de sus diseñadores quienes proveen a los ingenieros de una bocetos en acuarela que son, en sí mismos, auténticas obras de arte. A partir de ahí comienzo el proceso de fabricación utilizando siempre materiales nobles. Un proceso que culmina con la firma, casi oculta del artesano, junto al palo del número siete en el dial.

Su modelo más representativo, el Tank es una de las estrellas de esa colección con series limitadas y diferentes versiones que combinan desde la terminación básica en acero hasta el platino, con versiones de oro amarillo o rosa. El modelo Américaine es el que más nos gustó a la mayoría. Un reloj de acabado impecable y con unas formas curvas que realmente abrazan la muñeca. El tono de los diales, sus números romanos y las agujas azuladas son detalles de suma elegancia.

La serie Tank Louis Cartier es la más clásica y aquí destacan los esmaltados de sus esferas, en colores brillantes y a la moda actual, principalmente verdes o granates.

Y dejamos para el final el modelo Santos, Cartier ha lanzado tres nuevos modelos XL fabricados en metales preciosos con espectaculares esferas. Estas nuevas referencias están disponibles en oro amarillo, oro rosa o platino, y también hay dos modelos grandes en oro amarillo u oro amarillo y acero. Las ediciones Santos-Dumont XL miden 43.5 × 31.4 mm.

Cartier ha sorprendido con números romanos tallados directamente en piedras poco comunes en el mundo de la relojería: jaspe, jade y dumortierita. El color de los números coincide con el del cabujón: verde para el oro rosa, azul para el oro amarillo y rojo para el platino.

Hay una variante esqueletizada con detalles muy exclusivos como que la masa oscilante sea una miniatura del avión de Santos Dumont y un micro rotor de carga que extiende la reserva de marcha hasta las 44 horas.

Sin duda, una oferta exclusiva y muy interesante para los amantes de la alta relojería que ya está disponible en todas sus tiendas.