ESTE COCHE ES UN FRACASO

La historia de algunos modelos de automóviles que llegaron, se intentaron vender y se fueron por donde habían venido. Las marcas son listas listísimas, pero en ocasiones, cometen errores y pese al complejo proceso de decisión que precede al lanzamiento de un coche, se estrenan y en cuestión de meses desaparecen. Conozcamos algunos de ellos.

Por Javier Arias

Aunque los tiempos han cambiado y las nuevas tecnologías han permitido acortar los plazos, el tiempo medio que transcurre desde que una idea para un nuevo coche pasa del papel al concesionario, se estima en unos siete años. En ocasiones, la idea puede llegar demasiado avanzada a su tiempo, o tal vez tarde, y el producto fracasa. Los analistas de producto se pasan todo el día estudiando tendencias y necesidades de los consumidores (o creándolas) y activan los recursos de los equipos de diseño e ingeniería para que sus conceptos cobren vida. Es un proceso apasionante que he tenido la oportunidad de vivir en numerosas ocasiones en mi carrera profesional.

Cuando vi los primeros SUV, no aquellos tradicionales del mercado americano que tenían todo el sentido, sino aquellos diseñados para Europa, me eché las manos a la cabeza. La verdad es que lo sigo haciendo y pese al éxito de ventas de la categoría (aproximadamente, 4 de cada 10 coches que se venden son SUV) no entiendo coches tan grandes, pesados, de elevado consumo y que no sirven para nada más que ir sentado 20 o 30 centímetros más alto de lo que se debería.

LA MARCA IMPORTA

Durante años, y en muchas ocasiones lo he mencionado, el éxito de Infiniti y Lexus mostró lo importante que era una marca para atacar el segmento premium. Tanto Nissan como Toyota fabricaban excelentes coches, capaces de rivalizar con cualquiera, pero que no conquistaban a los clientes por, precisamente, ser un Nissan o un Toyota. Ambas marcas nacieron el mismo año, 1989 (Lexus se presentó tres meses antes que Infiniti) y el éxito fue mayúsculo, hasta hoy en día. Un logo, una historia diferente para contar, y un maquillaje de mejor calidad les posicionó en el segmento premium con todo merecimiento.

Los grandes fabricantes han tardado años en entenderlo, y pese a ofrecer coches estupendos bajo su marca generalista, los potenciales clientes nunca los tuvieron en cuenta. Hay ejemplos a patadas como los Citroën XM, los Renault Safrane, el Ford Scorpio o los Peugeot 607. Al final, después de tanto tiempo se han rendido a la evidencia y han desdoblado la marca. Así aparecen DS, Cupra o me aprovecho de un modelo/marca histórica y la convierto en el segmento premium del grupo como es Alpine.

La llegada de marcas desconocidas, gracias a que un coche eléctrico es más un aparato tecnológico que un automóvil, está de nuevo reordenando el mercado. Ya veremos en el futuro.

BENDITOS COCHES FRACASADOS

La verdad es que muchos de aquellos modelos fallidos y que fueron un dolor de cabeza para los equipos de las marcas, han tenido una segunda oportunidad en los tiempos actuales al convertirse en clásicos muy apreciados, buscados y super cotizados.

Uno de los ejemplos de fracaso comercial y de éxito presente es el De Lorean. Las escasas ventas llevaron a la marca a la ruina y si no hubiera sido por la película de Regreso al Futuro, lo mismo ni nos acordaríamos de él.

En ocasiones, el empeño del gran jefe para poner en el mercado un coche pese a la oposición de sus equipos, se convierte en un fracaso descomunal, que por suerte para ellos tuvo final feliz. Uno de los grandes gurús de la industria Fernidand Piech, presidente del grupo VW promovió la producción de una berlina excesiva para plantar a cara a los mejores Mercedes y así nació el Phaeton. Motor de 12 cilindros, cinco metros de cochazo de lujo y precio desorbitado que fue calificado como el Passat de los ricos. Y precisamente, esa fue su tumba. Aunque el coche, por todo: diseño, calidad, equipamiento, etc, lo valiera, a la hora de la verdad era un VW, marca generalista que no podía competir frente a las marcas de lujo.

Salvo las ventas a organismos oficiales alemanes y a los gerentes de concesionarios de la marca, el Phaeton fue un rotundo fracaso. En las campas se alineaban cientos de unidades, que esperaban pacientemente su final. Pero he aquí que en 1998 el grupo VW compró Bentley y un agudo ingeniero encontró la formula para lanzar rápidamente la nueva gama de la marca británica, ahora alemana, y reutilizaron los Phaeton para crear el Continental GT diseñando una carrocería preciosa sobre la base mecánica de las berlinas fallidas. Eso es reciclaje y lo demás tonterías.

No tuvieron tanta suerte otros fabricantes. Lancia lleva décadas intentado reverdecer los laureles del pasado y su lista de fallidos es extensa. Una verdadera pena. Por ejemplo, el Thesis. Tan grande como feo y que no fue capaz de vender ni cuatro. Tampoco acertó Mercedes con la clase R, mezcla de ranchera y SUV, que no era ni lo uno ni lo otro. La realidad es que era muy grande y muy caro y por ello se quedó fuera de juego a la primera de cambio.

Renault tuvo una época en la que se adelantó tanto a su tiempo, que los clientes de la casa, en general muy tradicionales, le dieron la espalda. Recuerdo perfectamente el Avantime. Tras el éxito de la Espace, decidieron que podría funcionar algo parecido con tres puertas y aquella pequeña nave espacial fue tan, digamos, rara a los ojos de la gente, que tras dos años de producción decidieron retirarla del mercado. Una pena porque a mí, me resultó siempre llamativa y con mucha personalidad.

Tampoco triunfo el Fiat Multiplá, que recibió el dudoso honor de ser el coche más feo del mundo. Ahí es nada. Una mezcla de furgoneta y caja de zapatos con tres asientos por fila y unos acabados tan pobres como su diseño. La lista es larga, y seguro que muchos de ustedes recuerdan o tienen alguno en la cabeza. Sientánse libres para ampliar la lista. Nos encantará conocer su opiniones.