El Aristócrata

ROPA VINTAGE Y DE SEGUNDA MANO

¿Alguna vez has vestido ropa en buen estado, pero usada? Si has tenido hermanos mayores probablemente.[...]

¿Alguna vez has vestido ropa en buen estado, pero usada? Si has tenido hermanos mayores probablemente. Pero ¿lo harías de un desconocido? No solo en Portobello o en Notting Hill existen tiendas de ropa segunda mano, también aquí en España se pueden encontrar cosas interesantes.

Si comprar artículos de piel como porta documentos o maletas con claros signos de uso está cada vez más aceptado, y de ser de marca reputada hasta buscados y pagados con sobreprecio, con la ropa la situación es todavía diferente.

Si en varios artículos hemos hablado de la huella en el medio ambiente de la industria textil, también se ha demostrado la contribución al mismo que hace la ropa de calidad. Entre otras cosas, y por simplificarlo, por el mero hecho de aguantar en el armario varias temporadas, sino toda una vida, como hacen unos buenos zapatos o un buen abrigo. Por ello mismo, siendo cliente de segunda mano o permitiendo con nuestra ropa que otros puedan serlo claramente se apuesta por un impacto medioambiental mucho menor.

Somos muchos a los que nos encanta ver nuestros trajes en el armario, aun cuando haga varias temporadas que algunos no nos los hayamos puesto. ¿Por qué no dejar que alguien los disfrute por nosotros? o ¿por qué pagar por una prenda nueva que apenas la vamos a vestir cuando podemos adquirir otra usada pero mucho más barata? Cierto que puede llegar a producir cierto reparo vestir una prenda de la que no sabes nada, ni de quién la usó ni de cómo la trató.

A pesar de ello, cada vez es más frecuente que se busque una segunda vida a todas esas prendas que no gustan o que, sencillamente, ya no son de nuestra talla. De hecho, hace solo unos días Zara seguía la estela de H&M y anunciaba que vendería prendas suyas usadas – esperamos que como los mayores productores de ropa low-cost no nos lo vendan como su particular contribución al medio ambiente y sean sinceros sobre los enormes beneficios económicos que este sector podría aportarles. Apuntar que según un informe de Boston Consulting Group, la proyección del mercado de segunda mano para 2025 es de más de 60 mil millones de dólares; algo que justificará buscar una campaña verde de marketing para entrar por la puerta grande en dicho negocio.

Aunque seguro que habrá alguien que acuda a la segunda mano de las casas de low-cost buscando algo todavía más barato, ni por terminación ni por calidad parece que dicha ropa debiera gozar de la aprobación del consumidor más exquisito.

No obstante, lo que sí parece una gran oportunidad para el amante de la ropa atemporal y de calidad es el cada vez más popular fenómeno de la ropa vintage. Mucha de esta ropa son prendas que ya no se pueden encontrar y cuyo diseño puede seguir resultando de lo más atractivo. Eso por no hablar de la calidad. De saber buscar, no solo en mercadillos, pero también en internet, se podrían encontrar tanto complementos como ropa confeccionada con muy buenos tejidos y, en no pocos casos, hasta de manera artesanal.

Paseemos por los mercadillos más famosos europeos o echemos un vistazo a ciertas webs y encontraremos desde abrigos, chaquetas, chalecos etc confeccionados por sastres de entonces. De ser estas páginas serias, muchas lo son, nos dirán el estado de la prenda, así como sus medidas. En las medidas lo normal es que se te oriente sobre la talla de confección a la que se corresponde. Una 48, una 50… (importante cerciorarse de si es tallaje europeo, británico o norteamericano). Igualmente, se informará, dependiendo de la prenda que se trate, del largo de manga, del faldón y del pecho. El estado también se especificará, mostrando en la mayoría de las veces fotos de los desperfectos que pudiera tener.

Esta ropa vintage es especialmente atractiva de tratarse de ropa militar o de campo. Lo es porque suele ser ropa cosida a conciencia que usa tejidos no tan atractivos como los actuales, pero que buscaban sobre todo la practicidad. Un Tweed de los años 70 con seguridad nos protegerá contra las inclemencias climatológicas mejor que los más extendidos actuales. Y lo mismo ocurrirá con una parka militar de años similares, en vez del sentido estético, sería el de proteger el que guiaría entonces su razón de ser. Las chaquetas de piel y vaqueras son otro gran campo para los amantes de la ropa vintage. Una chaqueta Levis con su buen puñado de años a su espalda puede convertirse en toda una pieza de colección. Dicho esto, siempre he pensado que los caprichos: coches, ropa, relojes etc. están para ser disfrutados, no solo para ser observados o comprados pensándose en venderse cuando el mercado así lo aconseje.

Excepciones aparte, la ropa vintage es mucho más barata que la nueva. Probablemente habrá que pagar por ella más que cuando salió por primera vez de su tienda, pero siempre será más barata que su homóloga actual.

A la hora de vestirse yo recomendaría hacerlo combinándose con prendas actuales. Ir con un traje de los años 70 y un abrigo de la misma época podría quedar peor, o fuera de contexto, que hacerlo con un traje actual y con un gran abrigo artesanal con cincuenta años a sus espaldas.

Espero en las próximas semanas presentaros una rebeca de los años 50 y una chaqueta bespoke de los años 70 para ver qué os parece.

¿Habéis comprado ropa de segunda mano? ¿De comprar una prenda vintage, cuál sería?

El Aristócrata

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COMENTARIOS

5 comentarios

  1. Buenos días,

    Que alegría 2 publicaciones en un mismo día.

    Yo personalmente, nunca he comprado ropa de segunda mano, no me lo planteo, aunque por ejemplo en un abrigo lo veo tendador. Tampoco lo he hecho aún, pero en un reloj lo veo como una primera opción, si lo he hecho en raquetas de tenis o palas de paddel y ha sido muy positivo.

    Feliz semana a todos,

    Eneko

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  2. El mundo de la ropa de segunda mano es muy divertido y abre una multitud de oportunidades para los que quieren dedicar un poco de tiempo y asumir que hayan unos errores (que no suelen costar demasiado).

    Afortunadamente no está muy desarrollado en España porque creo que no gusta comprar cosas que no son nuevas. Así que los que cazan gangas aún tienen tiempos buenos por delante!

    En Madrid existen varias tiendas como Il Grifone en el barrio de Salamanca donde se pueden encontrar ropa de calidad de segunda mano, muy bien cuidada. En sitios web como Vinted, Wallapop, Vulpilist, Ebay también se puede ir buscando cosas. Y también vender la suyas para refinanciar un poco el armario.

    Pero es verdad que es una afición que exige seguir una reglas básicas para que funcione bien:

    1. Temple: cuando el precio es barato o muy barato, hay que preguntarse siempre lo mismo que si fuera muy caro: de verdad lo necesito?
    Hay que evitar el riesgo de compra compulsiva que puede ocurrir con el precio barato.

    2. Paciencia: la regla básica es que no se encuentran las cosas que se buscan si uno sale a cazar gangas en tiendas físicas, o casi nunca. Entonces hay que asumir siempre que se puede o no encontrar algo.
    Si se busca en Internet hay que tomar su tiempo, preguntar mucho a los vendedores, más fotos si hiciera falta.

    3. Conocimiento: hay que conocer bien a sus medidas para poder valorar si una prenda podría encajar o no, y si no, conocer el precio de alteraciones en tienda de arreglos para ver el precio final de la prenda, arreglada a sus medidas.

    Cuando uno encuentra las prendas buenas (entretelada 100%) o de fabricantes italianos buenos que se identifican con las etiquetas interiores, o se topa con la prenda de Sastrería de una persona famosa (político, directivo), es un sentimiento muy satisfactorio!

    Buena caza a todos!

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  3. Buen artículo, aunque las prendas fotografiadas no reflejan muy bien la cuestión. Nunca me había planteado adquirir ropa de segunda mano, hasta hace unos pocos años: casualmente encontré en internet un chaleco “Fair-isle” de lana de camello, imposible de encontrar nuevo, a un precio ridículo. Lo compré y lo lavé cuidadosamente. Le siguieron un jersey de Argyle, años 70, de Brooks Brothers, una chaqueta de Harris Tweed impoluta, pasada por el tinte y una chaqueta Avirex bomber de borrego, impecable. Todo a una fracción de su precio. Muy contento con la experiencia.
    Lo que no acabo de ver es adquirir zapatos usados….

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