Iconos de la elegancia; Capítulo 1: Cary Grant

Como recordaran los lectores del Aristócrata, el mes pasado inauguramos la serie “iconos del estilo” con el Duque de Windsor.[...]

Como recordaran los lectores del Aristócrata, el mes pasado inauguramos la serie “iconos del estilo” con el Duque de Windsor. En aquel artículo hacíamos hincapié en que no siempre es lo mismo estilo y elegancia y prometimos editar una nueva sección con los que consideramos han sido los iconos de la elegancia masculina clásica.

Si las innovaciones del Duque de Windsor lo convirtieron en el máximo exponente del estilo en el S. XX y nos “obligaron” a que fuese él quien inaugurase el apartado de “iconos del estilo”, el primer capítulo de “iconos de la elegancia” le corresponde por su atención al detalle, refinamiento, gusto y saber estar al gran Cary Grant.

Amante de lo exquisito, Cary Grant representa la coronación de la elegancia clásica masculina. Él llevó a ésta a cotas antes no conocidas y marcó un estilo que todavía hoy es imitado no solo por actores como George Clooney sino también por aquellas personas que buscan apartarse de las modas pasajeras.

Si bien el estilo clásico deja poco margen para la experimentación, Cary Grant contradijo esta creencia generalizada y demostró lo que desde El Aristócrata hemos reivindicado en más de una ocasión, y que no es otra cosa que afirmarnos en que la elegancia clásica no tiene porqué ser ni aburrida ni uniformada. O como reza la frase de bienvenida de una de las sastrerías más prestigiosas de Savile Row: if you dress in a classic style you never look dated.

Si bien Cary Grant era un amante de los tonos azules y grises, también se atrevió con trajes de diferentes colores, tejidos y estampados. Combinó con gran maestría camisas, corbatas, zapatos y pañuelos. Su pasión por los pocket squares y las flores naturales en el ojal de la chaqueta acentuaba su look más British. También será recordado por la gran variedad de gemelos que atesoraba en su armario.

Al contrario de lo que pasa con muchos caballeros, Cary Grant era elegante tanto con ropa formal como con ropa casual. Su buen gusto a la hora de mezclar los colores de sus zapatos con sus calcetines a rayas lo convierten seguramente en una de esas pocas personalidades que han sabido aunar elegancia y estilo.

Pero si por algo cabe destacar su forma de vestir es, sin lugar a dudas, por su atención al detalle. Hasta nuestros días han llegado sus cartas con Barbara Harris donde le explica las correcciones que quieren que se hagan al cuello de su camisas dando medidas y explicaciones de lo más precisas o como cuando devolvía sus camisas a su sastre de Hong Kong para que fueran modificadas en escasos 0,3cm.

Nunca dejaba nada al azar y sus apariciones públicas siempre las enfrentaba de forma impoluta. No se recuerda ninguna comparecencia donde su ropa no estuviera perfectamente planchada, todo perfectamente estudiado y sin el menor rastro de haberse llevado más de cinco minutos. La camisa sobresaliendo por la chaqueta los dos centímetros de rigor, los zapatos de ante marrón que vestía con un traje gris azulado en “Algo para recordar”, el inmejorable corte del esmoquin y su pelo perfectamente peinado hicieron de él un icono de la elegancia difícilmente repetible.

Jamás disimuló este gusto por el detalle y tampoco tuvo la intención de hacernos pensar que había cogido lo primero que se había encontrado en el armario. Como anécdota comentar que ante los rumores de la época de que se teñía el pelo (algo que se ha probado como falso) se atrevió a decir medio en risa medio en serio que nunca se teñiría el pelo por si al caerle uno sobre la chaqueta el tinte pudiera mancharla.

Hoy en día todas las grandes estrellas de Hollywood tienen asesores de imagen e incluso un grupo de expertos que aconsejan sobre cómo debe ser el traje de cada personaje de la película. Cary Grant era diferente. Él y sólo él, era el encargado de elegir la indumentaria que llevaría su personaje. Por suerte para él, esto no era ningún trabajo extra ya que los trajes que vestía en sus películas podrían haber sido encontrados perfectamente en su propio armario.

Fue esa pasión por el estilo, el gusto, la innovación y la calidad que siempre exhibían sus trajes lo que hace que veintidós años después de su desaparición su nombre siga sonando como una de las personas más elegantes de todos los tiempos.

Si bien su estatura de 1,85cm, su peso de 81,6Kg y su complexión deportiva le echaron una mano con su look de galán, tampoco hay que olvidar que como todo ser humano su físico no era perfecto. Su rostro era bastante alargado y su cuello demasiado grueso (17 1/2”). Por ello, se preocupaba de ordenar a sus sastres que le cosieran tanto los hombros de la chaqueta como los cuellos de las camisas con las medidas necesarias para que el conjunto global pareciese armónico. Todos estos detalles crearon lo que se ha dado a conocer como The Cary Grantness.

Aunque gran parte de la crítica prefiere su look de los años 30 y 40, yo me decanto por el de los 50 y 60. Éste último llega a su máximo esplendor con la película “Con la muerte en los talones”. Otra gran puesta en escena tiene lugar en “Atrapa a un ladrón” donde alterna ropa formal con ropa casual al lado de quien para mi ha sido una de las mujeres más guapas y elegantes de la historia: Grace Kelly.

Mucho se ha hablado en El Aristócrata sobre elegancia masculina y todos hemos estado de acuerdo que si bien la vestimenta no lo es todo, si es una parte muy importante. Cary Grant ha pasado a la historia por ser un autentico caballero. Era elegante dentro y fuera de la gran pantalla. Su irrepetible forma de moverse, su simpatía, su caballerosidad y su elocuencia hacen que pueda ser considerado un icono de la elegancia en todas sus acepciones. Grant ya definió en “Blast from the Past” lo que para él debía ser un caballero: “someone who always tries to make sure that the people around him are as comfortable as possible“.

Al contrario que otros destacados caballeros, Grant compraba y se hacía cortar su ropa en diferentes lugares. Por ejemplo, cuando visitaba Roma acudía a su sastre Caraceni, en Milán compraba sus jerseys en Pasquale Avon Celli (uno de ellos lo lució con un inolvidable foulard rojo en “Atrapa a un ladrón”), en Londres compraba sus gabardinas en Aquascutum, sus trajes se los cosían en Hawes & Curtis, Norton & Sons y Cordings, sus zapatos eran hechos a medida en Lobb o en Tuczek, en NY no dejaba de acudir a por sus camisas a Brooks Brothers etc.

En su última etapa de actor se aficionó a los sastres Asiáticos y desde su hogar de Beverly Hills estaba en contacto directo con Hong Kong para que sus pedidos llegaran exactamente conforme él lo había especificado y en el caso de no ser así eran devueltos de forma inmediata.

A pesar de la diferencia de edad, su gusto por la moda le hizo crear una gran amistad con Ralph Lauren a quien pidió en una ocasión que le confeccionara un esmoquin con unas características diferentes a lo que en su época se estilaba.

Si ha habido un traje en la moda clásica que haya pasado a la historia ese fue sin duda el que Cary Grant vistió en “Con la muerte en los talones”. Ha habido infinidad de discusiones sobre quién cosió este traje y a pesar de que la prestigiosa casa Kilgour, French & Stanbury se atribuyó su elaboración, éste fue confeccionado por su sastre de Beverly Hills, Quintino. Al igual que este traje pasará a la historia, también esperemos que ésta nos desvele algún día el secreto de por qué, a pesar de ser un gran amante de los pocket squares, en esta ocasión, y muy a nuestro pesar, no lució ninguno.

Dicen que una imagen vale más que mil palabras por lo que me despido de vosotros hasta el próximo jueves dejándoos con cuatro minutos de auténtico disfrute donde Cary Grant entra erguido y orgulloso a formar parte de la historia de la moda masculina clásica. Un auténtico placer del que todo Aristócrata no debería privarse.

El Aristócrata

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COMENTARIOS

25 comentarios

  1. Magnífico como siempre.Llevo algunas semanas leyendo los artículos,pero nunca he comentado,y hoy me he decidido,para lanzar una pregunta, que puede incluso servir como idea para un futuro artículo.¿Qué pensáis del uso del sombrero? Parecía que se estaba perdiendo, pero en parte se ha recuperado,aunque no como antes. Y digo esto por el éspléndido uso que el señor Grant hacía de el. Y repito de nuevo, magnífico el blog.
    Un saludo.
    NACHO

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  2. Después de conseguir incorporarme a la silla, he de reconocer que me ha impactado, es que este hombre es, era y será para mi modesta opinión, el más elegante del siglo XX.
    Gracias por este post, me ha emocionado mucho.
    besos…

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  3. Fantástica elección para empezar este apartado. Para mí no sólo un icono de la elegancia, sino también del cine de su época.
    Sin embargo, quería aprovechar para hacerte una pregunta que siempre me ha causado muchas dudas:
    He visto en una de las imágenes del video, que llevaba un traje de tres botones, los tres abotonados. ¿Es eso correcto?
    Yo tenía entendido que: en trajes de dos botones, sólo se abrocha el de arriba; en los de tres botones, el del medio; si tiene chaleco, se lleva desabrochado; y si es cruzado, siembre abrochados los dos botones o el de arriba sólo. ¿Es así?

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  4. Impecable relato acerca de uno de los grandes tanto del cine como de la moda.
    Hay otros actores menos elegantes pero que han influido en la moda; como olvidar las gabardinas de James Dean o Humphrey Bogart.
    Y que decir de Paul Newman, el más elegante luciendo pijama en “La Gata sobre el Tejado de Zinc”.
    Si tuviera que citar un actor elegante en la actualidad me quedo con Jude Law.

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  5. Para mi tb Newman ha sido uno de los más elegantes.

    Aristocrata, no has podido elegir mejor personaje para empezar esta nueva serie. Es una pena q solo nos deleites con un artículo semanal

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  6. No creo q a Humphrey Bogart se le pueda meter en el mismo saco q a los otros actores que nombras. Él simpre vestía igual mientras Grant alternaba todo tipo de prendas formales. De los demás coincido con el anónimo

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  7. A mi los sombreros me encantan. Sin embargo hay q reconocer que su uso en paises tan cálidos como España no tiene mucho sentido.
    Yo cuando viajo a paises frios siempre me llevo uno de mis Borsalinos y cuando toca el Caribe mi sombrero ecuatoriano (el mal llamado Panamá). Ahora mismo tengo solo cuatro en mi armario y esto es debido a q aunq me encantaría vestirlos más amenuedo el clima me lo impiden.
    Efectivamente hay paises como EEUU donde el sombrero está resurgiendo.

    Por cierto, he añadido al final de la página un contador de visitas para que sepamos en qué mes los artículos resultan más interesantes aunq como os digo lo verdaderamente importante son los comentarios de cada uno. De nada vale leer el artículo si luego no da cada uno su opinión. Son de éstas de las q se aprende.

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  8. Extraordinario post sobre la elegancia masculina, la cual muchas veces pasa desapercibida o ni se cuestiona debido a la actitud “pasota” de los hombres. Menos mal que siempre han habido y habrán hombres de otra “pasta”.
    Perfecta elección del icono.

    Besos, Jordana.

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    1. Muchísimas gracias, Aristócrata, por tu artículo. Efectivamente, no hay actor más elegante en toda la historia del Cine que Cary Grant. Desde muy pequeño he tenido esta certeza.
      Y, cada vez, dados los tiempos que corren, cada vez menos elegantes, su figura se acrecentará.
      Ahora bien, para mí la bellísima Eva Marie Saint, en “Con la muerte en los talones”, está a su altura. Si no más. Difícil una pareja más elegante

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  9. Muy bueno, sí señor. Sin duda de los hombres con más estilo de todos los tiempos (a pesar de ser americano…)

    Y lo mejor de todo, sin duda alguna: sus películas. Una de mis preferidas: ATRAPA A UN LADRÓN. Jolín, buenísima, que peliculón, que escenarios, que paisajes, que estilo vistiendo, que mujer más guapa-elegante-atractiva………(no recuerdo qué actriz comparte créditos con él).

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  10. En su clasicismo siempre fue por delante, siempre cuidó hasta el mínimo detalle y en todas sus apariciones surgía el adjetivo “impeclabe”; pero para mí no sería un icono de la elegancia masculina sino fuera también por su actitud. Un abrazo, Lu

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  11. En este caso se repite el parámetro,la confusión entre elegancia y clase.Son dos conceptos distintos.Este actor era elegante,tenía presencia,aparecía impecable,pero no tenía clase.La clase es algo difícil de definir pero imposible de disimular,y que nada tiene que ver con aparecer correctísimamente vestido,como es el caso de Grant.
    Felicidades por el blog,un saludo.

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  12. Salitre,
    Si te refieres con clase en el vestir sin dudarlo el Principe Carlos. Si te refieres con clase en su comportamiento, saber estar y d+ seguro q todos tenemos en mente una persona q no es ni siquiera conocida por el resto.
    Bienvenida al foro y gracias por participar tan activamente.

    Quién es para el resto las personas con clase vistiedo a nivel nacional e internacional?

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  13. Coindido que la mayoría de las personas con clase son anónimas.Pero un buen ejemplo bajo mi punta de vista sería Jse Luis de Vilallonga o el propio Duque de Kent.

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  14. Menudo tacaño que era el tío. Bukoski en una novela suya ya mencionaba que cuando perdía a los caballos solía quejarse a voz en grito a las autoridades con un ¨no me podeis hacer esto!!!¨ aunque hubiese hecho una apuesta de dos dólares, Por otro lado siempre se quedaba con los vestuarios de sus películas aunque quizás fuera porque en su juventud fue pobre y no podía vestir tan bien ni tan caro como el purasangre de la oda que era.

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  15. Cary Grant era un magnífico actor, para mí uno de los mejores de la historia del cine, y uno de los hombres más elegantes. Incluso cuando hacía papeles de truhán estaba elegante.
    Excelente elección
    Un beso
    Isabelnotebook

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  16. Cordial saludo respetados ciber-visitantes.

    Al igual que el artículo de los Clubes Ingleses; en este artículo también había tenido la oportunidad anteriormente de leerlo, mas no había podido comentar nada al respecto. En todo caso me parece un muy buen artículo que rememora a una de las grandes figuras, luminarias y estrellas, sin lugar a dudas, del Hollywood de antaño, ese Hollywood joven pero al mismo tiempo clásico y bohemio. Creo que el Sr. Grant es todo un modelo a seguir si se quiere llegar a ser reconocido por quienes nos rodean como un ejemplo de elegancia clásica masculina. Así mismo, creo que muchos actores del presente Hollywood, deberían fijarse como vestían sus colegas de antaño, en este caso el Sr. Grant y como mínimo deberían tratar de emularlo así sea para asistir a la alfombra roja.

    Recuerden vivir con clase y elegancia sin importar las circunstancias de la vida.

    CRISTIAN DUۄA$.

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