BESPOKE LXXXVII: JOSÉ ALONSO, LA AGUJA DE LA VERDAD

“Este es mi estilo. En lo que yo creo. Podría hacer cualquier otra cosa, pero no me sentiría identificado con ello. [...]

“Este es mi estilo. En lo que yo creo. Podría hacer cualquier otra cosa, pero no me sentiría identificado con ello. Respeto que otros lo hagan, pero no yo”.

José Alonso, uno de esos nombres que permanente sale de la boca de los sastres más consagrados, es una persona de ideas claras. Conoce las modas, pero no las sigue. Las tendencias las respeta, pero su casa no es el sitio donde llevarlas a sus extremos. “Mi traje tiene que ser atemporal. Pero atemporal de verdad, es decir, tiene que seguir vistiéndose dentro de 20 años”. “Te debe permitir engordar o adelgazar 5 kilos. Si es tan ceñido como para no conseguirlo ese traje no es mío”. Si preguntáis a cualquier nombre consagrado de la alta sastrería de España: ¿de quién no te importaría tener un traje seguramente escucharíais el nombre de José Alonso; al menos esa ha sido mi experiencia.

Muchos recordaréis aquel increíble abrigo que salió de la colaboración del propio José, su hija María Alonso y Daniel Schleissner y que reflejaba el estilo del protagonista de esta semana. Era un abrigo de un tejido excepcional, de corte atemporal y con una gran calidad, y cantidad, de mano de obra. Meses después, quedaba con José para ese estilo que identifica su trabajo se trasladara a un conjunto de dos piezas. Era un tiempo donde la corbata todavía tenía bastante presencia en el día a día y donde también los dos piezas se llevaban con ella. Hoy, aunque esto sigue siendo la intención, podría llevarse sin ella y el conjunto quedar mejor que el de los que se olvidan de ella con el traje completo. 

Han pasado varios años desde aquella prueba, pero el no haber cogido peso ni tratarse de un conjunto sometido a las modas del momento, volvió a probarse como si hubieran pasado solo semanas. Pero esta vez lo probamos en su actual sastrería, solo unos metros de diferencia con la que vio nacer este conjunto. Sastrería que se encuentra en los bajos de un edificio señorial con un imponente portal. Como artista que se precie, José Alonso disfruta haciendo solo aquello que le gusta siendo dueño de su tiempo y con el privilegio de coser solo para aquellos clientes con los que tiene sintonía. 

Con la máxima de “sin taller no hay sastrería” este nuevo local cuenta en su parte trasera con un cómodo espacio desde donde se trabajan las prendas. “¿De qué vale saber de algo si luego no lo enseñas?”. Y por ello José ha traído a una joven aprendiz con ya experiencia en algunas casas de Savile Row a seguir profundizando en el oficio. Un baño y un amplio probador con sus tres espejos rematan su nueva sastrería. 

José Alonso es de esas personas que hace de la prueba un momento en el que no solo se ve la evolución de la prenda sino también se aprenden muchas cosas del oficio, del pasado y presente del mismo. El haber trabajado durante años solo pero en otros momentos para otros – los más conocidos de la época – le permiten contarte infinidad de anécdotas. Durante la prueba, él no te dice lo que tiene que retocar, pero si tú le preguntas que si ha tenido en cuenta esa arruga en la espalda, aún sin haberla marcada, te contesta que ya estaba vista. Y así con cualquier otro detalle.

La chaqueta es más armada que lo que normalmente hemos visto en esta página. Su objetivo como contamos cuando realizamos el abrigo o la primera prueba del dos piezas es que la prenda consiga del cuerpo del cliente una imagen atlética. Esto, sin dar cierta forma a la chaqueta es muy difícil. Por ello, la chaqueta se ciñe en la cintura y desde allí va subiendo en forma de “copa de Martini” hasta los hombros. No obstante, la forma no es forzada; recordemos que no se puede estrechar mucho si se le permite al cliente poder engordar hasta cinco kilos con ella. El pecho cuenta con forma algo que ayuda a este objetivo, pero también a que el traje no se desfigure de introducir un pañuelo de bolsillo. 

Las mangas son más largas que otros conjuntos. Y lo son porque muy probablemente las de la camisa son algo cortas. José te lo demuestra haciéndote doblar el brazo y observando como la camisa se oculta tras la chaqueta sin aparecer tras ella. Según apunta, este es el motivo por el que recomienda a sus clientes hacerse las camisas un poco más largas. “Con los sucesivos lavados el algodón encoge y esos centímetros que en su origen hacían que la camisa apareciera tras los puños terminan desapareciendo”. 

La confección interior es de forro completo, algo pedido por mi pues no deja de ser una chaqueta para usarse solo en invierno y cuenta, buscando nuevamente ese efecto de hombre atlético, con hombreras de tamaño medio. 

El pantalón cae de manera muy limpia, sin atascarse en la rodilla izquierda, como suele ocurrirme en muchos otros. El largo, así como su boca relativamente ancha, es fiel reflejo a lo que él considera debe ser la silueta de un traje. Cierto es que pantalón y chaqueta guardan perfectamente proporciones y aun tratándose de un dos piezas forman un conjunto de solo una. (seguro que os habréis fijado como en algunos dos piezas da la sensación de que quien ha realizado el pantalón nunca llegó a ver la chaqueta). 

Como sabéis, a los pantalones cortados para tirantes no se les cose pasadores para el cinturón sino botones para las lazaderas de los tirantes. Con estos puestos el pantalón se alarga hasta el talón del zapato cumpliendo con las medidas puristas del mismo. La cintura queda algo despegada del estómago algo que consigue un buen efecto estético. Al no verse afectada por las medidas de la barriga la cintura del pantalón no se estresa en ningún momento marcándose los pliegues perfectamente sin llegarse nunca a abrir. Hay a quienes les gusta sentir el pantalón en la cadera, entre ellos a mí, pero el tenerlo suelto, aunque con tirantes, te permite pasar horas sentado de manera mucho más cómodo. Y una vez de pie, al estar agarrados por tirantes, no tienes por qué preocuparte de nada. Pocos retoques hubo que hacerle.

Del tejido de H&S ya hablamos en el primer capítulo del conjunto y no voy a añadir mucho más. Lo cierto es que en un momento donde difícil es ver estampados algo diferentes y se abusa tanto de las americanas azul marino este resulta doblemente especial. Los tejidos con pelo, como estos dos, requieren de cierta habilidad con la plancha, combinan fenomenalmente con el frio y para estos nuevos tiempos “sin corbata” introducen en el armario cierta alegría y diferenciación.

En la última prueba entraremos a analizar los detalles artesanales de tanto la chaqueta como el pantalón en los que ya están trabajando desde la sastrería JAR. 

El Aristócrata

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COMENTARIOS

7 comentarios

  1. Que recortadito, que limpito, que planchadito va usted siempre da grima verlo, usted es lo contrario de un hombre elegante, comparado con dos elegantes de verdad, de los que usted se ha declarado seguidor, el príncipe Carlos y Gianni Agnelli podrá observar que, jamás daban la sensación de estrenar un traje, aunque asi fuera, siempre se podía ver alguna arruga en sus pantalones, en sus chaquetas y en sus zapatos y además no tenían ni idea de lo que es una sisa.
    Intente parecerse a ellos y a muchos otros para no dar la sensación de que antes de salir de casa usted se ha mirado mas de veinte veces al espejo.

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  2. José Alonso es todo un maestro. Cuida mucho todos los detalles y consigue unas obras únicas y especiales, se nota la experiencia y el amor con que confecciona los trajes.

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