A LAS PUERTAS DE LA PRIMAVERA

Este calor nada bienvenido por las fechas en las que nos encontramos anima, sin embargo, a ir pensando en el armario de la inminente primavera.  Aunque las iniciativas para poner freno [...]

Este calor nada bienvenido por las fechas en las que nos encontramos anima, sin embargo, a ir pensando en el armario de la inminente primavera. 

Aunque las iniciativas para poner freno al cambio climático son de lo más diversas, algunas incluso absurdas, algo tan sencillo, y a mano de todos, como dar la espalda al “fast fashion”, tendría un impacto de lo más positivo sobre el planeta. Basta recordar que la industria de la moda es la segunda  más contaminante del mundo, solo por detrás de la del petróleo.

Leía hace unos días la lista de miembros de las principales asociaciones que luchan por reducir el impacto de la ropa sobre el planeta. Al leer varios de los nombres de las cadenas de ropa más masiva y low cost rápidamente te das cuenta como cualquier iniciativa que estas emprendan nace ya errada. Pero me imagino que no debe ser fácil negar la entrada a estas marcas y lo que seguramente signifique permitirles el acceso.

Aunque todavía no se haya manifestado, poco tiempo queda para que estas marcas empiecen a bombardearnos de publicidad sobre las innumerables acciones que hacen para conservar el medioambiente. Estoy convencido que si esto todavía no ha ocurrido es, sencillamente, porque conforme escribo este artículo sus equipos de comunicación están diseñando las campañas con las que convencernos de que hasta puede llegar a ser bueno para el planeta comprar su ropa. (Recomiendo ver el video de la semana que se encuentra en el margen derecho de la página).

Una forma sencilla para evitar que los 20 grados terminen siendo normales en febrero es comprar menos, pero de calidad. Con cinco trajes para el invierno y otros cinco para el verano, pero de calidad y diseño atemporal, se podrían afrontar muchos años sin necesidad de tener que pasar por la tienda de turno todos los años. 

Y un traje de un buen telar, cosido a mano, de corte clásico y bien cuidado es garantía de acompañarnos muchos años. Y con ese propósito y aprovechando este clima confuso fui a ver a mi amigo D. José María. Así, cuando el calor termine de hacer su aparición el nuevo traje ya estará listo. Los tejidos de Holland & Sherry tienen una línea algo más tradicional que los italianos y arriesgan menos en sus propuestas, pero no por ello dejan de ser interesantes. Sus Tweed para mí son los más especiales. 

A pesar de encontrarnos en febrero parece que el tiempo de las franelas y los cuellos vueltos ha llegado a su fin. Unas pocas semanas y los tejidos de entretiempo deberían hacer su aparición; aunque seguramente lo extremos de nuestra climatología haga que la mayoría pase del invierno al verano sin parada intermedia. 

Este tejido de 230 gramos es perfecto para la primavera y suficiente como para enfrentarse a nuestro duro verano. Además, dichos 230 gramos convierten este traje en una prenda cuyo uso puede ser continuado sin requerir de la especial atención que demandan los gramajes más livianos. El estampado, ni tan insípido como el liso ni tan particular como el cuadro ventana. El estampado diplomático, aunque hoy su uso sea cada vez menor sigue siendo de lo más clásico, puede añadir un toque sedicioso de saberse vestir. 

Como hemos dicho en varias ocasiones, no hay que obsesionarse con el peso de los tejidos. La construcción de la prenda es de hecho igual o incluso más importante. Según sea esta un traje cosido con la misma tela puede ser bastante más fresco o más caluroso. 

Si bien las chaquetas de sport las sigo viendo más de hilera sencilla, a excepción de la Blazer, hace bastante tiempo que no me encargo un traje que no sea cruzado. Sea porque lo veo más elegante y estiloso o porque el hecho de tenerlo siembre abotonado aporta una seguridad extra, la realidad es que me parece el corte con el que más cómodo se está.

Este, al contrario de algún otro, es de corte bastante clásico, con medidas también bastante estándar y sin muchas cesiones a tendencia alguna. Quizás solo el forro rojo que escogió el propio D. José María aporte un toque disonante. Por lo demás el traje tiene el típico corte de la casa. Una hombrera muy fina, la silueta dibuja la figura, pero sin entallarse– fácil sería engordar 3-4 kilos sin que se apreciara en la chaqueta -, la chaqueta cubre el trasero, la pernera no es muy estrecha y el talle del pantalón alto. De los detalles de costura y la segunda prueba os contaré el mes que viene.

PD Muchas gracias a todos los sevillanos que me acompañasteis el pasado miércoles en la presentación del libro. Disfruté muchísimo. 

El Aristócrata

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COMENTARIOS

6 comentarios

  1. Amigos

    Amigos no quiero ser maleducado, que no lo soy, picajoso o cualquier otra cosa semejante, pero un sastre en Londres, Milán… y no digamos NY o Madrid !!!!! nunca iría vestido como el sr. Reillo. Por favor, a qué jugamos Aristócrata ???? Hay algo que tenemos que grabarnos a fuego. Los españoles no somos inferiores, no somos un pueblo inferior

    Un cordial saludo a todos

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