EL CABALLO Y LA GUERRA, LOS DOS DISEÑADORES MÁS INFLUYENTES

Antes de nada muchas gracias por las opiniones sobre la idea de incorporar nuevas secciones a la web. [...]

Antes de nada muchas gracias por las opiniones sobre la idea de incorporar nuevas secciones a la web. Me pongo a ello aunque darle forma me llevará varios meses. 

Ni Gianfranco Ferré, ni Ralph Lauren, ni Tom Ford, ni Valentino… ninguno de ellos ha influido tanto en el diseño de ropa de hombre como lo hizo el caballo y el campo de batalla. 

Hasta comenzado el S.XX el coche de motor no empieza a popularizarse y era el caballo el medio más extendido para ir de un sitio a otro. Esto obligaba a diseñar la ropa de manera que hiciera los desplazamientos lo más cómodos posibles incordiando lo menos posible arriba de este. 

Veamos unos ejemplos. La levita del frac si bien aparece con un gran faldón en su parte trasera, por su parte delantera aparece cortada. Esto obedecía a la necesidad de dejar el espacio libre por delante para poder ordenar al caballo. En su parte trasera se observa solo una abertura, algo que permitía colocar la parte derecha e izquierda de la levita a cada lado de la grupa del animal. Años después, esta levita que hacía las veces de abrigo del jinete bajó de él de la mano de Beau Brummell y se convirtió en la chaqueta por excelencia de la sociedad del S. XIX. 

No obstante, la verdadera aportación del caballo a la moda masculina es la referente al correcto uso de los colores. Aún cuando el desplazamiento se produjera en coche de caballos y no a lomos de él, a lo largo del día la ropa iba impregnándose de olor a ellos. Esto obligaba al llegar a casa a cambiarse y a vestir por la noche solo ropa de color oscura y blanca. 

También fue el caballo el mayor responsable de que hoy las chaquetas cuenten con una doble abertura trasera. Una chaqueta con doble abertura trasera puede extender su faldón por encima de la silla dando libertad de movimientos al jinete. 

Los bolsillos que hoy aparecen en diagonal fueron así cosidos para hacer más fácil la búsqueda de una petaca o de una pitillera encima del animal. Un bolsillo más pequeño se cosió para en él albergar unas cerillas. 

El sombreo conocido como Bowler se confecciona tan sumamente duro para que en caso de caída haga las veces de casco. Los zapatos tipo botines antes de pisar el asfalto descasaban sobre los estribos permitiendo mayor libertad de movimientos que las botas. Unas polainas podían convertirlos en bota de ser necesario. 

También las grandes batallas han hecho que lleguen a nuestros días diseños de entonces. Si la levita se cortaba por delante para poder maniobrar sobre el caballo, los dos botones que en su parte trasera siguen apareciendo servían para unir la parte superior da la inferior pudiéndose esta última desprenderse si salir corriendo se convertía en una cuestión de vida o muerte. Sobre ellos, además, se colgaba la obligada espada. 

La denominada comúnmente como gabardina es diseñada con una finalidad claramente prácticas. Unas anillas de donde colgar las granadas, charreteras que enseñaban el rango de cada soldado, arandelas en el cinturón para llevar mapas, etc. 

La mayoría de los abrigos largos tienen también su origen en los conflictos bélicos. Pensemos por un momento en el modelo Polo. Este cuenta con bolsillos de grandes dimensiones precisamente para guardar en ellos toda clase de utensilios de guerra. La misma capa, hoy en desuso, pero todavía relativamente frecuente acompañando al esmoquin, era una capa extra de abrigo cuando el frío y la ventisca amenazaban. 

La hilera doble, tanto en traje como en abrigo, aparece como una manera de combatir el frío sobreponiendo dos capas de tejido sobre el torso recordando a los uniformes militares. Las cazadoras bomber de los pilotos, el color beis en los abrigos, las chaquetas Blazer, las Norfolk como uniforme de policía y militar, las solapas en los bolsillos, los puños franceses, los pliegues en la espalda, las botonaduras color plata, los pantalones kaki… todo ello hoy incorporado en nuestro armario y años atrás con origen un fin muy diferente. 

Para terminar os dejo un video que realizó Iñigo Olaizola de “Classic Details” (una de las páginas con mejor gusto de la conocida como “blogosfera”), www.classicdetails.es, con motivo de la presentación de mi libro en Bilbao. 


El Aristócrata

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