LA CALIDAD, EL MEJOR ALIADO DE LA SOSTENIBILIDAD

Concluido Davos, un dato que poca gente parece conocer es que la industria textil es la segunda más contaminante del planeta, solo por detrás del petróleo.  Este dato alertado entre otros[...]

Concluido Davos, un dato que poca gente parece conocer es que la industria textil es la segunda más contaminante del planeta, solo por detrás del petróleo. 

Este dato alertado entre otros por Forbes pone de manifiesto el daño que la conocida como fast fashion está haciendo al medio ambiente y, consecuentemente, a la salud. La bajada en los precios, un mayor poder adquisitivo, la rapidez de las modas y la escasa calidad de estas prendas ha traído consigo que hoy se compre cuatro veces más ropa que en los años noventa. 

El fast fashion repone en sus estanterías dos veces por semana sus propuestas, promoviendo un consumo indiscriminado de una ropa que puede no llegar a vestirse más de unas cuantas veces. De hecho, según los estudios de James Conca, colaborador en Forbes, una prenda de fast fashion que se vista menos de cinco veces y se tire solo treinta cinco días después produce un 400% más de emisiones de carbono que otra que se use cincuenta veces y permanezca en el armario un año. 

La industria textil es responsable del 20% de los productos tóxicos que se vierten al agua. En países como Uzbekistán, el sexto principal productor de algodón, se han agotado los recursos de agua del Mar Aral (uno de los cuatro lagos mas grandes del mundo) y la industria pesquera en la región ha desparecido. Como apuntó Ecowatch, en apenas cincuenta años su nivel de agua ha disminuido hasta menos del 10 % respecto antes. Los fertilizantes y pesticidas utilizados en el cultivo del algodón y el proceso de teñido de las prendas, además de contaminar el agua, requiere de tal cantidad de ella que la presión actual sobre las reservas de agua dulce es enorme. 

Mar de Aral

En el análisis que Greenpeace hace de la actual situación pone de ejemplo el río Citarum, en Indonesia, uno de los más contaminados del mundo por la multitud de fabricas de ropa situadas a lo largo de sus orillas. Las pruebas que han realizado revelan que el agua de este río contiene cantidades alarmantes de plomo, mercurio, arsénico y muchos otros productos químicos tóxicos vertidos por la fabricas textiles directamente al río y sin realizar la más básica filtración química. 

Pero esto no solo ocurre en zonas de agua dulce sino también salada como ha puesto de manifiesto Global Microplastics Initiative. Este proyecto tras realizar un muestreo en dos mil peces marinos y de agua dulce encontró en el 90% de ellos fibras de ropa. Otros datos no menos preocupantes indican que se necesitan setenta millones de barriles de petróleo al año para fabricar el poliéster utilizado en muchas prendas de ropa y más de doscientos años para que se descompongan. Para las prendas de rayón, viscosa o lyocell es necesario talar al año setenta millones de arboles. 

Río Citarum

El consumo masivo actual de prendas de algodón tampoco es un buen camino pues utiliza el 24% y 11% de insecticidas y pesticidas respectivamente del mundo, algo que perjudica enormemente tierra y agua. Alarmante también es el dato de que un cuarto de todos los productos químicos del mudo son destinados a la industria textil. Esto por no hablar lo que contamina el transporte a todos los rincones del mundo de todas estas toneladas de ropa, los pesticidas utilizados y los productos químicos necesarios para mantenerla limpia. 

La fast fashion es en gran parte responsable de los 150 billones de prendas que se producen anualmente o lo que es lo mismo de las veinte nuevas prendas por habitante al año que salen al mercado. Si un americano tira a la basura treinta y cinco kilos de ropa al año y un español siete, parece claro que o bien se está comprando mucho más de lo que se necesita, que al calidad de lo que comprado es muy justita o que su diseño pasa muy pronto de moda. 

Frente a este fenómeno encontramos en las prendas de calidad, artesanales e intemporales un gran aliado. Aunque esta es igual de contaminante no es necesario contar con tanta ropa pues dura infinitamente más y no pasa de moda tan rápido. Además, un buen traje, abrigo o un buen zapato permite una serie de reparaciones imposibles de realizar en la mayoría de las prendas de las marcas low cost, lo que se traduce en una prenda francamente duradera. 

El Aristócróata

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COMENTARIOS

12 comentarios

  1. Interesantísimo artículo. Algo había oido del daño q hacen los Zara, H&M y demás marcas al medio ambiente aunque no sabía que llegaba al extremos de vaciar mares y arrasar poblaciones enteras. Una pena lo que estamos haciendo con el planeta. Además de por la ropa duradera yo abogo también por un consumo responsable. ¿Verdaderamente necesitamos todo lo que tenemos en el armario? Sinceramente creo que no. Es algo que llevo años intentando inculcar a mi hija no solo por el bien del planeta sino por el suyo propio.

    Un saludo
    Una cordobesa.

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  2. Curiosa la foto que abre al artículo con la frase "Nuevas prendas todos los días".

    Con este artículo la gente ya está informada y espero que sepa a qué atenerse. Yo sigo sin dar crédito a lo que acabo de leer y ver. ¿Qué vamos a dejar a nuestros nietos?. Bosques sin árboles, mares sin peces, selvas sin animales…. y todo rodeado de una tremenda nube de contaminación. Y los políticos, encabezados por esos que hace un par de semanas leían sus manifiestos frente al mundo, miran a otro lado por si pierden votos. Y las marcas para que su acción siga subiendo en bolsa solo pensando en vender más que el año anterior, en abrir más tiendas…y consecuentemente lo que refleja este artículo no hace sino que endurecerse.

    Con la ropa buena menos es más.
    Guille

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  3. Un acertado articulo para los que nos preocupa el medio ambiente y la naturaleza, que por mi experiencia somo los menos. La gente va a lo suyo y al momento presente lo que venga después poco les importa. Y los políticos peor, hay productos por poner un ejemplo el papel higiénico húmedo que contamina y causa unos atascos de toneladas que no comprendo porque se permite vender, al igual que las capsulas de café que tardan mas de dos años en descomponerse. La cantidad de basura y el consumo irresponsable hacen estragos. De la ropa low cost pienso que lo vamos a pagar caro…..

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  4. Excelente articulo.
    Es deprimente ver como el llamado "fast fashion" destruye no solo la economía de las pequeñas empresas que se esfuerzan por sacar un producto al mercado, duradero y de calidad; sino que calcina consigo la naturaleza de países subdesarrollados no sin antes humillar con sueldos precarios y condiciones terriblemente desfavorables a los miles de operarios (niños, mujeres, ancianos) que fabrican dichas prendas de vestir.

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  5. Buenos días,
    no soy cliente de esas tiendas de bajo coste porque al entrar en ellas el olor a plástico me echa para atrás, además que desde la puerta echo un vistazo general y ya se detecta la ínfima calidad de los artículos, además de las prendas tiradas por el suelo, vamos un espanto.
    Y, por encima, de estos remilgos el tener información exhaustiva del daño que acarrea al medio ambiente la producción y el desecho posterior de tanto material contaminante convierte en categórica la negativa a comprar en ellas.
    Además soy demasiado pobre para adquirir ropa barata y de mala calidad.

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  6. Enhorabuena José María !!!

    Magnífico artículo, que aporta. Y mucho !!!

    La calidad, frente a la cantidad, siempre es un acierto…
    Y en mi humilde opinión, en todos los aspectos de la vida.

    Tenemos que reflexionar sobre que mundo queremos dejarle a nuestros hijos.

    Pero no es menos cierto que la economía de mercado tiene mucha fuerza.

    Esperemos encontrar el punto medio con materiales menos contaminantes.

    Saludos para todos.

    Juan Pedro Martin

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  7. Al estar en una época donde prima la obsolescencia programada hay que plantarse y decirle a la industria textil: 'basta', voy a comprar cuando de verdad lo necesite y lo que a mí me guste y me siente bien, nada de imitar a nadie para sentirme parte del rebaño, y en cuanto la demanda no se ajustase a la oferta se cambiaría el modelo productivo que nos quieren inculcar. Menos es más????
    Un cordial saludo.

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  8. A mí lo que me llama la atención es que, a pesar de que las franquicias sacan tantas colecciones al año, es cuando más uniformidad en la vestimenta hay en la calle.
    Hace unos años se distinguía al que vestía de "pijo", al rocker, al mod, al punki, a los góticos, pero ¿ahora? alquien sabría decir exactamente qué estilo lleva la gente, y pasa igual en hombres que en mujeres porque al igual que es difícil ver a algún señor bien vestido también sucede con las mujeres, es muy difícil ver alguna bien vestida, llevan casi todas una mezcla de prendas, siempre intentando imitar a alguna famosa o a alguna instagramer, bajo mi punto de vista por supuesto. No hay personalidad.

    Un saludo

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