THE BENTLEY DRIVING JACKET – PART 1: “EL DISEÑO”

Tener la suerte de colaborar con marcas con tanta historia y saber hacer como Bentley, Montblanc y Holland & [...]

Tener la suerte de colaborar con marcas con tanta historia y saber hacer como Bentley, Montblanc y Holland & Sherry consigue traer al mundo proyectos tan bonitos como el que os contaré en esta página durante los próximos meses.

Cuando Bentley Madrid, más concretamente cuando Javier Arias, el director de Royal Crown, me comenta la idea de crear una prenda exclusiva para sus clientes se nos abre la puerta de un proyecto que ha llevado dieciocho meses de trabajo. Dieciocho meses de viajes, pruebas, desencuentros, trabajo con diferentes artesanos, ensayo y error, vueltas a comenzar y largos y apasionantes fines de semana entre telas, pieles, hilos, diseños y coches…muchos coches. 

Hoy los diseñadores en su constante animo de sorprender se han olvidado del hombre “estándar”, ese que al final es el que más predomina y que no vestiría ni el 99% de lo que estos presentan en sus colecciones. Quizás por eso fue por lo que un profano en el mundo de la moda como yo ha tenido la suerte de estar frente a esta apasionante idea. Aunque sea solo por esto, creo que debemos dar gracias a los diseñadores actuales de haberse olvidado de ese hombre al que le gusta la elegancia clásica y la atemporalidad de esta.

La idea era sencilla: realizar una chaqueta lo más cómoda y exclusiva posible para los clientes de Madrid de esta mítica casa de coches y que se identificara con su historia y su forma de entender la exclusividad del automóvil. Obviamente, como no podría ser de otra forma, lo primero que se decidió y en lo que estábamos de acuerdo es que esta solo podía hacerse a medida y mano. 

Una vez aceptado el reto me centré en buscar los mejores compañeros de viaje para un camino que si bien se presentaba como apasionante tampoco predecía muchas rosas en su arcén. La búsqueda del sastre seguramente fue lo más sencillo. Necesitaba un sastre de primer nivel, dispuesto a viajar para dar forma a este sueño y, lo más difícil, que estuviera dispuesto a aguantarme durante casi el año y medio que duró este viaje. La elección de la tela tampoco fue tarea nada complicada. Siendo Bentley una casa británica la elección parecía clara. Y ya puesto a diseñar algo sin límites ni presupuesto alguno por qué no incluir otro compañero de viaje que hiciera, si cabe, más especial esta chaqueta.

Conclusión: a los pocos días nos sentábamos en la misma mesa Bentley, Joaquín Fernández, Holland & Sherry y Montblanc. De Joaquín poco que decir ya que todos le conocéis, de Holland & Sherry comentar que puso a nuestra disposición uno de los mejores cachemires del mundo y Montblanc una estilográfica que además de combinar perfectamente con el la idea de la chaqueta se entregará con esta a cada uno de los compradores.

Como responsable del diseño de la chaqueta, me empapé de la historia de la marca y sobre todo de sus modelos más emblemáticos. A partir de ahí empecé a darle forma. Aún sin tener decidido ni el más mínimo detalle, sí tenía claro que la chaqueta debía ser de color verde, pero no de un verde normal, sino de ese verde oscuro tan típico de los Bentley de los años 20 y 30. Semanas después y tras estar asistir en Biarritz a una concentración de Bentley de esa época decidí que la chaqueta se basaría en el Bentley Speed Six, una derivación del Bentley 6 litros y medio aunque en una forma mucho más de competición. El Speed Six se construyó en 1928 y se convirtió en el Bentley de carreras más exitoso de todos los tiempos, con más victorias que incluso el 3 litros. Ganó las 24 horas de Le Mans de 1929 y 1930. Dos victorias seguidas que se sumaban a las anteriores de la marca, que poco a poco se cimentaba como la gran dominadora de la cita francesa. 

La inspiración del diseño del Speed Six la coge del Rolls Royce Phaeton, basta ver los dos coches para apreciarlo. Con 134 caballos de potencia y un peso mucho menor que los coches anteriormente fabricados por la firma británica, la evolución fue muy grande. Este coche es además conocido por ser el protagonista de una carrera ilegal en 1930, cuando Woolf Barnato apostó 100 libras a que podía llegar desde Cannes hasta Londres antes de que el Tren Azul llegara a Calais –tren que también partía de Cannes -. En una carrera llena de imprevistos, Woolf Barnato -ganador de Le Mans en 1929 y más adelante propietario de la casa Bentley- consiguió ganar la carrera con cuatro minutos de ventaja. 

Si bien el Speed Six fue el punto de partida del diseño de la chaqueta, también queríamos que esta hiciera un guiño al presente y futuro de la marca y añadimos – como veremos más adelante – detalles que nos recuerdan a los últimos modelos de la casa británica. Tras muchas plantillas tiradas a la basura, la chaqueta resultante contaría con solo un botón central, solo uno en las mangas, dos aberturas traseras, amplios bolsillos en los que poder incorporar los diferentes objetos que un conductor puede necesitar – gafas, guantes, llaves… -, generosas solapas para poderse cruzar y proteger a lo conductores de los modelos descapotables, coderas para evitar el desgaste al apoyar los codos cuando se conduzca, un protector en el hombro para evitar el roce del cinturón. 

Igualmente, añadí un tablón trasero con el típico diseño romboidal de la tapicería de Bentley. Tanto a este tablón como a las hombreras se les cosió un ribete exterior en piel; piel que es exactamente la misma que utiliza Bentley en sus volantes. La parte trasera se completa con un pliegue central que tiene como objeto abrirse y dar unos centímetros extras a la espalda de la chaqueta para cuando el conductor alargue los brazos al volante la chaqueta no le tire. Los botones de latón dorado, también de Holland & Sherry, están grabados a mano con el logo de la “B” de Bentley. Detalles como dicho diseño romboidal también en las coderas o unos bolsillos con un pliegue central para que al introducir cualquier objeto estos tengan suficiente cabida completan e frontal de la chaqueta. 

Si la parte exterior creo que es muy especial, no lo es menos su interior. Aquí podemos apreciar un forro en color beis claro que combina bastante bien con el mismo tono de la piel de los detalles. Aparece tanto en los laterales como en su parte trasera forrada pero dibujando el forro unas líneas curvas que nos recuerdan el placer de conducir por carreteras sinuosas. El forrar la espalda busca como objetivo que la chaqueta dure más ya que el cachemira es un tejido exquisito pero delicado. Los ribeteados de los bolsillos interiores principales aparecen cosidos en piel mientras que otros dos pequeños se han cosido para una finalidad concreta. 

El primero de ellos, un diminuto bolsillo cosido con las medidas exactas de una estilográfica Montblanc, concretamente una Meisterstück Ultra Black Classique, una serie especial elaborada en resina mate negra que recuerda a los neumáticos del coche. Sobre este bolsillo aparece una pequeña solapa con su correspondiente ojal cosido a mano y, lo que es más difícil, también el logo de la mítica casa germana cosido a mano. El otro bolsillo, también con solapa, tiene las medidas de las llaves de los Bentley. En su solapa se ha cosido en un fino hilo de seda marrón, por supuesto a mano, el logo de la alas y la B dorada.

Continuará…

El Aristócrata

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COMENTARIOS

11 comentarios

  1. … "Y las cosas, es decir, cualquier objeto tangible, son finalmente la encarnación de los dos elementos, pero manufacturados con otro material. Un cuadro, una catedral, una sartén, una corbata, un libro, un pasillo, son objetos llenos de palabras e imágenes, que valen solo porque han sido pensados en palabras y sentidos en imágenes una y otra vez. En ellos se depositan ideas, como la idea de fabricarlos de tal o cual manera para tal o cual efecto, y se depositan afectos, como la sensación al tocarlos o verlos, incluso se les depositan cariños, como el sentimiento de propiedad que le inspiran a su dueño, o los recuerdos que traen consigo. Son en todo caso el aire transitado, manipulado, utilizado, adornado"…

    Un día me escribieron un email con este texto mientras leían el libro "El Espíritu de la Calle" Psicología política de la vida cotidiana.

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  2. Ahí tenemos una muestra de que la elegancia no puede reducirse a la mera apariencia física. Hay una componente moral, intelectual e incluso espiritual.
    Entiendo que un blog como este debe mantenerse en la parte física (moda masculina clásica), pero no olvidemos que para ser verdaderamente elegante, la parte física es sólo un buen comienzo…
    Saludos,
    Jesús María.

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  3. En primer lugar, felicitar a EA por su magnígico blog.
    Simplemente quería hacer un pequeño apunte en relación con el típico color verde de los Bentley de los años 20 y 30.
    Este color, conocido como BRG (British Racing Green), no es exclusivo de los Bentley de esa época, sino de todos los coches de competición británicos. El motivo no es otro que en los años 20, las organizaciones que posteriormente formarían lo que hoy es la Federación Internacional del Automóvil (FIA), establecieron una norma que obligaba a poder reconocer la nacionalidad de un equipo por el color de sus coches.
    Aunque no existe unanimidad sobre el tono exacto del color BRG, se acepta que es una variante del verde, oscuro y rico.
    Tienen más información al respecto en:
    http://www.labrujulaverde.com/2015/05/el-origen-de-los-colores-internacionales-de-competicion-automovilistica

    Un saludo.
    Alfredo

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