BESPOKE XXXIX: FERNANDO GARCÍA DE LA CALERA, EL SASTRE DEL DENIM

Que el interés por las prendas hechas a medida y personalizadas no hace más que crecer es una evidencia difícil de negar.[...]

Que el interés por las prendas hechas a medida y personalizadas no hace más que crecer es una evidencia difícil de negar. Basta ver la aparición de establecimientos que ofrecen prendas a medida para darnos cuenta de que estamos ante una corriente que no parece que vaya a desaparecer, al menos no en el corto plazo.

Es tal interés que la sastrería despierta hoy a nivel mundial que incluso en España encontramos cada días a más jóvenes intentándose hacerse un hueco en un mundo dominado por profesionales muy consolidados y con un gran número de años
a sus espaldas. Igualmente, el interés que la sastrería despierta entre el público más joven ha hecho que el mercado haya puesto a su disposición sastrería MTM con buenos resultados y a precios muy interesantes. 

Ha sido precisamente este interés el que ha hecho que incluso haya habido profesionales que se hayan atrevido a especializarse en solo una prenda o tejido. Este es el caso del protagonista de nuestro artículo quien ha hecho de la sastrería y el denim su modo de vida.

Fernando García de la Calera nació en Madrid en 1983 y aunque hubo que esperar hasta 2012 para que abriera su sastrería The Concrete Company Madrid (TCCM), situada en la céntrica madrileña Marqués de Santa Ana 28, su formación empieza años
antes. Fue concretamente en el año 2007 cuando Fernando inicia una prospera carrera de diseñador especializándose en la que era su pasión, el monopatín. 

“Siempre he hecho lo que me ha gustado sin pensar en si podría vivir de ello. Desde bien pequeño aprendí que si trabajas en lo que te gusta y todo lo que haces lo haces con pasión los resultados tarde o temprano terminan llegando”. “Yo no concibo despertarme todos los días y enfrentarme a una misma rutina. Quiero ser capaz de elegir, ser dueño de mi tiempo, disfrutar
de lo que hago”.

Quizás por ello fue por lo que al terminar el bachillerato decidió no seguir los pasos de sus compañeros y poner rumbo a Londres para alternar un trabajo de camarero con estudios de diseño. Tras tres años en Londres regresa a Madrid retomando su
afición por el dibujo y el diseño de piezas de madera mientras termina su formación en el Instituto Europeo di Design. Fue su facilidad por el dibujo lo que terminó  sacando también de él su faceta de diseñador, faceta que estampó en las tablas de monopatín y en las camisetas que vestían los skates. 

Poco a poco empezó a diseñar ropa urbana haciendo hincapié en la comodidad y durabilidad, características ambas necesarias características ambas necesarias en la práctica de la disciplina urbana del skate. Fue entonces cuando entra en contacto con el algodón pima, un algodón orgánico procedente de Perú con el que empieza a confeccionar sus primeras camisetas y sudaderas.

El éxito de sus diseños le permite tener a su ropa, ya con la etiqueta de The Concrete, en más de cuarenta
tiendas repartidas por toda España. Los años de 2007 a 2009 los pasa diseñando estas prendas, pero todavía sin patronar él mismo. En 2009 se junta con Hugo Vizcarra, quien le enseña la técnica base de corte de pantalón, chaqueta y camisa. En ese momento hace aparición la crisis y muchas de las tiendas que comercializaban su producto se ven en la necesidad de cerrar. Tras una etapa en stand by abre en 2012 su tienda de Marqués de Santa Ana donde empieza a hacer desde arreglos de ropa hasta, por fin, sus primeros vaqueros.
 

Hoy, algunos años después, cree dominar la técnica del vaquero lo que le ha permitido no solo especializarse exclusivamente en el vaquero y la tela denim sino también en otro tipo de algodones y en otras prendas como camisas y chaquetas. Igualmente, empieza a tener repercusión su trabajo en el mercado internacional y es invitado a participar en concursos internacionales como el conocido Denim World Championship consolidando el vaquero que presenta al concurso a The Concrete también a nivel mundial.

“Hoy, después de cinco años puedo ya vender mi vaquero al precio que vale, algo que no siempre fue así”. Igualmente, mi clientela ha evolucionado bastante y tengo desde galeristas, artistas hasta abogados o banqueros”. “No deja de ser motivante ver cómo gente que viste de alta sastrería en su día formal vienen aquí a que les vista para su tiempo libre más informal”. “Yo soy el primero que ha seguido con gran interés la evolución reciente del nuevo concepto de artesanía y creo haber conseguido un pantalón muy artesanal a un precio más que justo que no busca repercutir el coste extra que parece que ahora hay que pagar
por vestir de bespoke”.

Dependiendo de la tela escogida, los detalles que quiera el cliente, el trabajo a realizar etc. un pantalón a medida vaquero en The Concrete empieza en los 200€ llegando a 350€, precio incluso este último muy por debajo del precio de cualquier vaquero de diseño de confección industrial. La técnica utilizada en The Concrete difiere en gran medida con otros lugares donde se ofrece la posibilidad de hacernos pantalones “a medida”. Según nos cuenta Fernando, en la mayoría de estos sitios se parte de unos patrones definidos limitándose a estrechar la pierna o la boca del pantalón. Por el contrario, la manera de trabajar de Fernando es muy similar a la que se puede ver en cualquier otra sastrería aunque por las propias características de la tela tiene también tiene sus diferencias.

Aunque lo dejaremos para un próximo artículo, en The Concrete se mide al cliente para luego pasar esas medidas directamente a la tela y desde el taller que se encuentra colindante con la tienda empezar a hilvanar la prenda para hacer un mes después
la primera prueba al cliente. Fernando no elabora patrón y marca directamente sobre la tela ya que raro es el cliente que se encarga dos pantalones los elija ni mínimamente parecidos. “Lo normal es que varíe hasta la altura de la caja, el talle, la hechura, el modelo, los bolsillos, el ancho de la boca etc. 

Con los clientes de sastrería tradicional es lógico hacer un patrón al ser los pantalones de traje del mismo cliente iguales. Sin embargo aquí nadie se encarga dos vaqueros iguales, más bien se los encargan lo más opuesto posibles”. “Igualmente, coser unos vaqueros con un gramaje de diez o más onzas resulta imposible a mano pues todavía no se ha inventado una aguja capaz de atravesar estas telas tan duras. Sin embargo, la puntada de mi máquina es de puntada simple y no doble como se estila en la confección industrial de vaqueros”. Además la facilidad de Fernando con el dibujo permite al cliente escoger los motivos con los que le gustaría decorar hasta el forro interior del pantalón.

Si algo diferencia a The Concrete con los únicos tres sastres especializados en  denim que se encuentran hoy en Europa es su
pasión por el algodón japonés. “El algodón japonés es un gran desconocido en España y sin embargo es de los más reputados internacionalmente. Curiosamente los pantalones vaqueros de confección industrial mejor hechos y de mayor calidad son también japoneses y sin embargo, aquí en España apenas los conocemos y prácticamente solo apostamos por vaqueros americanos o de diseño italianos”. 

“Y en la medida artesanal el algodón japonés también da mucho juego al envejecer dejando en su color el paso de los años”. “Las telas raugh son francamente interesantes. De hecho, yo recomiendo que se lleven muchas veces los vaqueros hechos con este tipo de denim antes de lavarse ya que esta tela una vez que ha cogido tu morfología la mantiene luego siempre”. No obstante, Fernando también trabaja con telas vaqueras tanto italianas y americanas como nacionales pero siempre que sean algo especiales. 

“Busco stocks muertos y a ser posible de partidas lo más viejas posibles. Por ejemplo, esta tela verde con la que vamos a confeccionar tu pantalón la encontré en Barcelona, es de ancho simple y tiene por lo menos cuarenta años. El que tenga tantos años suele ser sinónimo de una tela vaquera hecha mucho más artesanalmente que las que hoy se hacen en enormes tiradas para las marcas más industriales. Si te fijas esta tela tiene hasta defectos y esto es porque antes los telares no estaban tan
perfeccionados como ahora”.

A pesar de que hasta hoy pudiéramos pensar que los muestrarios de telas vaqueras parecían ser muy reducidos, el tener a nuestra disposición más de 650 referencias nos confirma lo equivocados que estábamos. “A la hora de escoger una tela vaquera u otra hay que fijarse en las onzas y la densidad. A más onzas, más densidad, lo que se traduce en un pantalón más resistente pero también más rígido y duro. No necesariamente el contar con más onzas significa hacernos con un mejor vaquero. Se escoja una tela u otra lo que sí debe ser es 100% algodón”. 

De no conseguir entre estas 650 referencias el gramaje que nos guste o el color, Fernando nos da la opción de partiendo de un vaquero natural (tela sin tinte alguno) conseguir él manualmente el color. Como nos muestra en un pantalón que ya tiene listo para entregar, con el objetivo de buscar un color especifico introdujo el tejido vaquero natural y lo metió en un cubo donde lo
mezcló con agua, café, curri y sal, para afianzar el color, consiguiendo el color amarillento-anaranjado que buscaba el cliente. Nos hace hincapié en que él no usa productos químicos y que prefiere utilizar el tinte de índigo natural. “Para mí la sastrería debe ser social y ambientalmente comprometida”. 

“Pocas cosas hay más contaminantes que los lavados que en las grandes industrias hacen a los vaqueros para desgastarlos”. Esta opción de personalizar el exterior del pantalón también la hace extensiva al interior y concretamente al forro. Aunque siente preferencia por el raso de seda reconoce que si se busca un pantalón para “maltratarlo” resulta mejor un forro de chambray o un algodón con lino para que corra más fácilmente la pierna.

“Yo no soy un sastre al uso, de hecho no me he formado como tal en ninguna escuela de sastrería. Han sido mis inquietudes y el maestro conocido como prueba-error quienes más me enseñan y me han enseñado”. “Tampoco nuestra sastrería The Concrete coincide con la idea de sastrería que generalmente se tiene de esta. Nuestras prendas están creadas para que se ajusten a tu cuerpo, a tu forma de pensar, de crear, de ser, en definitiva, que se ajusten a tu personalidad”. Fernando nos cuenta que para separarse de la sastrería más tradicional él prefiere denominar a la suya rugged tailoring, una sastrería informal que le permite crear prendas desde cero siguiendo por completo las necesidades y los gustos de cada cliente donde este tiene libertad total de
elección. “Tú eliges hasta el último detalle”.

Un taller pequeño pero con un enorme encanto y presidido por la mesa de corte es el único responsable del resultado final del pantalón. Allí una oficiala le ayuda con la costura del pantalón reservándose Fernando en exclusiva tanto el corte, el montaje de la prueba, el hilvanado, el afinamiento y el rematado de la prenda. El diseño también corre por su cuenta, diseño que se caracteriza por la ausencia de logos pero por características que hablan de quien se encuentra detrás de su fabricación. 

Aunque lo veremos en un próximo capítulo, Fernando prefiere para diferenciar el detallado trabajo realizado en sus pantalones
detalles como que el canesú se junte en una misma costura con el monedero, antes que llamativos logos, dibujos o estampados. “Cada día me gusta menos cualquier muestra exterior que enseñe, o incluso pueda insinuar, una marca”. “La sastrería va mucho más allá de eso”.
 

A pesar de la sastrería informal por la que aboga, Fernando es un amante y seguidor de la sastrería más artesanal y tradicional. “Aunque yo apuesto por un vaquero artesanal pero de aspecto rústico, cuando he tenido la oportunidad de ver a alguno de mis clientes con un traje o un abrigo cosido a mano con esa calidad de terminación reconozco que me emociona y disfruto enormemente contemplándolo y pensando la destreza y las horas de trabajo que se necesitan para hacer semejante maravilla”. 

De hecho, nuestro primer contacto se produce cuando Fernando ve en nuestra web la chaqueta cruzada vaquera que hicimos con Joaquín Fdez-Prats y nos contacta para conocernos. Al contrario de lo que es habitual en este sector donde cada sastre en su interior piensa que es el mejor y que su taller también lo es, Fernando tras ver la chaqueta de Joaquín solo tiene palabras de admiración y la contempla con verdadero, y sincero, asombro. 

“Es admirable la calidad de terminación, esos ojales, los vivos y sobre todo el desgaste que es súper auténtico y natural ¡es una pasada de chaqueta!”. “Precisamente también por eso quería salir en un blog como el tuyo ya que lo considero el más purista de todos los que he leído en España. Además sabes separar la paja del trigo ya que a veces a la gente se le ha confundido y no sabe lo que es verdaderamente un vaquero artesanal hecho de verdad a medida”.

Quizás haya sido esa sinceridad, esa espontaneidad, esa sencillez y esa naturalidad la que ha hecho que su trabajo haya aparecido en prácticamente todas las revistas españolas especializadas en moda de hombre, así como en varios programas de televisión y radio. Su interés por seguir aprendiendo y convertirse en el sastre referencia en Europa del denim se aprecia en pequeños detalles como se ve en un pequeño rincón donde se acumulan todos los números de las revistas especializadas de sastrería inglesas, japonesas y alemanas. “Hay que estar informado de todo lo que se hace; pero no solo en España sino en todo el mundo. Es la única forma de no quedarte en tu zona de confort y seguir mejorando y evolucionando”.

Para que tanto los lectores más modernos como los más fieles al corte intemporal del vaquero tengan la oportunidad de conocer la manera de trabajar de The Concrete en las próximas semanas os narraremos el proceso de confección de un moderno
vaquero así como de otro más tradicional. Utilizaremos diferentes telas, hechuras, tintes y diseños para intentar entender con mayor profundidad la técnica y destreza necesaria para llevarlos a cabo.

Hasta pronto.

El Aristócrata

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COMENTARIOS

24 comentarios

  1. El pantalón vaquero tiene efectivamente su lugar, pero este es mínimo. Tanto un pantalón de vestir, como uno de pana o unos chinos son más estilosos. Por suspuesto que se puede combinar un buen vaquero tradicional -recto y de pernera normal, no esos ridículos pitillos- con una buena chaqueta informal o de pana, pero solo para momentos muy especificos.

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  2. Soy el autor del comentario anterior:
    Huelga decir que los vaqueros en su limitado uso han de ser combinados con zapatos de «sport» como bien podrían ser unos buenos castellanos con antifaz y preferiblemente suela de piel.

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  3. A muchos lectores de esta página les deberían enseñar el verdadero significado de la palabra "elegancia".
    Gracias Fernando y José María por este más q interesante artículo
    E.

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  4. De todas formas, aunque pienso que el vaquero es de uso limitado, un buen pantalón vaquero como los de nuestro amigo don Fernando, bien combinado y llevado en el momento apropiado, puede quedar más elegante que un exquisito traje cruzado. Todo consiste en el cuándo y en el cómo.

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  5. Gracias Jose María por descubrirnos a este genio! En realidad ya había oido hablar de él maravillas pero la verdad es que esto es mucho mas de lo que me esperaba leer. Habra que ir a visitarle, porque son muy pocos los artesanos de este tipo, con esos valores, la sencillez y humildad de Fernando y tu manera de contar la historia me han convencido desde el minuto 1! Enhorabuena!!!
    Borja

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  6. Muy interesante y muy bienvenido. Al final la oferta de vaqueros tp es tan amplia y los de diseño si bien pueden tener su punto también es verdad q están llenos de marcas y logos. Me mola eso de q mis vaqueros no los tenga nadie ni parecidos.
    Ismael

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    1. Los logotipos, como Vd. bien dice, carecen de elegancia alguna. Yo, personalmente, solo los tolero en niquis. A este respecto, algo que nunca me ha gustado de Levis es que todo el mundo tenga que ver la procedencia de tus vaqueros por la icónica etiquetita roja de detrás.

      Saludos.

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  7. Muy interesante artículo. La verdad es que la última prenda que pensaría en hacerme a medida sería unos vaqueros, pero después de leerle, no sé, no sé…

    En relación a si los vaqueros son elegantes o no, me remito a Yves Saint Laurent que decía algo así como que le gustaría haber inventado los vaqueros porque eran sencillos, cómodos y nada aparentes (no recuerdo la cita exactamente, discúlpenme).

    Yo, si llevo unos vaqueros, una blazer azul marino y unos tassel, pues que quieren que les diga, me siento estupendamente y al final de lo que se trata es de que unos esté a gusto, no?

    Un cordial saludo a todos.

    P.D.: Como es temporada de setas, si alguno va al monte a por ellas le recomiento que se ponga unos vaqueros, excepto al Sr. Anónimo, que espero que vaya con traje y corbata, por lo menos. Je, je! (No se me enfade, que es una broma cariñosa).

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  8. Pongo la cita de Yves Saint Lautent correctamente.

    “ojalá hubiera inventado los vaqueros: son lo más espectacular, lo más práctico, lo más relajado y despreocupado. Tienen actitud, modestia y simplicidad; todo lo que espero de mi ropa”.

    Saludos.

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  9. En el tiempo libre uso mucho los tejanos Ysl tenía toda la razón del mundo. Pero a medida no los haría, a no ser q encontrase una tela extraordinaria. Una vez encontre unos tejanos color mostaza brillante madre in Japan -a 90.000 pelas de la época- de los q afortunadamente no había mi talla. Por ahí me puedo perder…..
    Es tierna la imagen del buscador de setas con traje y corbata -boletaire se dice en mi país-
    Un saludo chicos
    Rijs

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  10. Un artesano honesto consagrado a su trabajo. Me parece muy admirable. Le pese a quien le pese el tejano es una prenda que ha sabido ganarse al público (por sus particulares características es una prenda muy sufrida). Me parece mucho más elegante un tejano que un pantalón de pana para ir a tomar algo a un bar. Form follows function, una máxima que para mí es esencial para entender la elegancia.

    Saludos,

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