EL ABSURDO DE ESO QUE LLAMAN “MODA”

Hace no muchas semanas la redacción de un conocido periódico recibió un correo electrónico de un lector donde les criticaba por, según él, haberse quedado estancado en el pasado y no [...]

Hace no muchas semanas la redacción de un conocido periódico recibió un correo electrónico de un lector donde les criticaba por, según él, haberse quedado estancado en el pasado y no estar al corriente de las nuevas tendencias. Dicho lector animaba al periódico a prestar atención a lo que las revistas de moda reflejaban y a no seguir haciéndose eco de un trabajo de artesanos “totalmente anticuado y muy alejado de las propuestas de los grandes diseñadores y creadores del S. XXI”. El director del periódico me reenvió el correo y con el ánimo de que ni él ni el resto de la redacción sucumbieran a los deseos de los
fantasmas de la moda decidí escribirles las siguientes líneas a modo de apoyo.

El escritor británico Oscar Wilde se atrevió a apuntar muy acertadamente
ya en el S. XIX que la moda era una forma de fealdad tan intolerable que era
necesario cambiarla cada seis meses. Y a pesar del tiempo transcurrido desde que
aquel gran dandi nos dejó, su afirmación sigue hoy plenamente vigente.

Siempre me he preguntado qué sentirán los seguidores de las modas del
momento al contemplar esas fotos suyas tomadas hace diez años. O incluso me
inquieta, si cabe más, saber lo que pensaran en sólo un par de años los que hoy
hacen suyas las propuestas que presentan los más conocidos gurús de la moda.
Sin embargo, cuando uno observa aquella manera de vestir de actores como Cary
Grant o Sean Connery en su papel de James Bond se da cuenta de que aquellos “viejos”
conjuntos son hoy, más de cincuenta años después, mucho más actuales que los
que se vieron el año pasado en cualquier conocida pasarela.

Sin lugar a dudas aquellos trajes bien agradecerían una cierta actualización
pero incluso sin ella todavía hoy serían mucho más ponibles que los que aquella moda pasajera de la que hablaba Oscar
Wilde intenta imponernos. ¿Acaso se puede ver hoy ya una propuesta de un frac
como los que lucía Fred Astaire en la gran pantalla?.

Unos Oxford ingleses hechos a medida, una corbata napolitana cosida a
mano, un traje de tres piezas de lino, un abrigo beis cruzado de pelo de
camello, etc. son todas ellas opciones que nunca pasarán de moda y que separan
al verdadero amante de lo exquisito de esa víctima de la moda al que le dictan qué
tiene que vestir cada temporada.

A pesar de que todo lo anterior pudiera conducirnos a pensar que es precisamente
la moda la que decide el armario del hombre del S.XXI, los hechos nos regalan
una realidad bien diferente. Hoy las sastrerías, camiserías, zapaterías así
como las casas de lujo de complementos específicos para el hombre viven un
momento de auge solo comparable al que conocieron antes de la llegada de la
confección industrial. Los paladares educados y el hombre elegante saben
diferenciar perfectamente la calidad, la personalización y la exclusividad de
los productos artesanales e intemporales.

Otro de los personajes que más influyeron en la vestimenta de su tiempo,
el Conde de Chesterfield, decía que el estilo era el
ropaje del pensamiento y que un pensamiento bien vestido, como un hombre bien
vestido, se presentaba mejor.
Y
con seguridad el hombre de hoy se presentaría mejor de no exhibir llamativos
logos, de conocer qué atuendo es el más apropiado para cada acto o de algo tan
sencillo como diferenciar el modelo de zapato que mejor combina con su
vestimenta.

Antes de poner el punto final a esta pequeña nota recalcar que la elegancia no es otra
cosa, siempre desde mi punto de vista, que naturalidad, sencillez y saber estar.
No es necesario sobrecargar absurdamente los conjuntos con infinidad de
colores, diseños o complementos. Con un sencillo conjunto de traje y corbata
azul marino y camisa azul cielo se puede ser francamente elegante y conseguir algo
tan interesante, aunque difícil, como pasar desapercibido pero sin dejar a
nadie indiferente. Pero mejor dejamos esto para otra ocasión

El Aristócrata

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COMENTARIOS

8 comentarios

  1. Muy activo usted, señor aristócrata, durante esta Semana Santa. Es de agradecer. En efecto, coincido con usted en que, al vaivén de las modas del momento, localizar un traje cruzado de raya diplomática se ha convertido en un ejercicio de arqueología en nuestros días. Qué decir de un abrigo azul cruzado o de unos elegantes pantalones de talle alto. Por supuesto, dicho esto para los que, como yo, no disponen de una cuenta corriente de la suficiente envergadura como para plantarse delante de un sastre y poder desgranar ante él las especificaciones necesarias.
    Esos actores que usted menciona, y alguno más como Henry Fonda, James Stewart o Edward G. Robinson, entre otros, componen la crème de la crème sobre el buen vestir. Setenta años después de sus películas, cualquiera de ellos exhibiría una elegancia sin par en nuestras calles. Lástima que buena parte de aquel legado cinematográfico sea en blanco y negro. En color podríamos haber analizado tonalidades y texturas que hoy sólo somos capaces de intuir…
    Le envío un saludo muy afectuoso

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  2. Suscribo la respuesta y desapruebo el toque de atención del lector al periódico. Posiblemente el "victim fashion" termirá gastando mucho más dinero en ir peor vestido que un verdadero gentleman con ropa de mayor calidad y sobretodo atemporal, con lo que pasado un tiempo el armario de este último será mayor y de mejor gusto.

    Ah, antes de finalizar, muy llamativo el chocolate con churros, pero en estos días podría haber dedicado "the disk of week" a unas buenas torrijas elaboradas de forma artesanal y con productos naturales y ecológicos de nuestra tierra. Opinión mía, evidentemente.
    Felicitaciones por tener un lugar de referencia y parangón frente a las modas absurdas que nos intentan imporner las multinacionales.

    Un saludo, Manuel.

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  3. Estimado JM.
    Completamente deacuerdo con todo el articulo. Y bien cierto es que las casas dedicadas a los productos de calidad y exclusivos estan en pleno auge.

    Pero no olvidemos que en todos los tiempos hubo buenos artesanos, tallistas de piedras que admiramos en muchas catedrales, la ciudad de Barcelona nos muestra un gran artista como Gaudi, que supo guiar y utilizar a buenos forjadores y ceramistas , o en mi propia ciudad esa plaza de España diseñada por el arquitecto Anibal Gonzalez que contiene esplendidos trabajos de alfareria .

    En mi oficio no puedo dejar de nombrar a Miranda, o los botos de Pernia que algunas personas conservan y muestran con orgullo, o esos trabajos de guarnicioneria que ejecutaba magistralmente Fon .

    Sin embargo estos artesanos no habrian podido desarrollar esta esplendida labor, sin su propia exigencia y la de sus clientes, que sabian valorar, distinguir y pagar un trabajo excepcional Font .

    Hacer algo personalizado de calidad requiere de un esfuerzo enorme ademas de una tecnica que no todos los artesanos dominan, es por esto que no debemos engañarnos, un producto de esta categoria no sera nunca barato.
    Pero aporta una satisfaccion enorme , que para muchos carecera de importancia, pero otros sabran valorar esa experiencia , que la mayoria no podra disfrutar, y tendran que conformarse con comprar una americana, o unos zapatos con la misma emocion que compramos el pan a diario.
    Pido disculpas por los acentos y faltas pues esta escrito desde el ipad.

    Enrile

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  4. Y l@s que tenemos gusto por el buen vestir, de calidad, calzado y demás accesorios y el bolsillo no nos acompaña?.
    Lo de que "menos es más" es indiscutible sobre todo en las circunstancias comentadas.

    Sé algo de costura, no mucho para lo que me gustaría, desde pequeña jugaba con recortables y en un momento dado comencé a aumentarles su fondo de armario, añadiendo a los que venían en el kit los mios propios, de eso hace unos cuantos años, hasta hoy. Me he atrevido hasta con un traje parami hijo, su primer traje, su hermano llevaba uno de Dolce, y tuve la osadía de copiarlo, salvando las distancias, bastantes por cierto, pero el niño iba de lo más digno y además con su talla al evento.

    Vamos, a lo que voy que me encanta la página y siempre acudo a ella para resolver dudas en cuanto a la moda masculina.

    Gracias y sigue así que me encanta tu página.

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  5. Habremos de entender que el estilo y buen gusto al vestir está muy limitado. Muy poca gente lo entiende y lleva a la practica.

    El estilo y buen gusto al vestir no es una moda, es una forma de vida.

    Desafortunadamente este estilo de vida se publicita poco o casi nada, de ahí también que los jóvenes (sobretodo) imiten lo que ven.

    No hay una cultura para que desde la infancia se transmitan los buenos gustos y elegancia hacia la forma de vestir.

    Los que procuramos vestir con la mejor elegancia no nos sentimos anticuados, muy al contrario: nos da gusto y reconforta hacerlo (aun cuando seamos criticados)puesto que no nos atrae hacer el ridículo enfundándonos en la psicodelia de los cánones de un modista que viste a maniquies.

    Saludos, muy tema.

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  6. Hola, he encontrado este blog buscando trajes a medida. Me parece fantastico y quiero felicitar a sus creadores por todo el trabajo hecho. Tengo 17 anos y suelo vestir de forma clasica. Mucha gente me pregunta porque voy vestido como un viejo, yo siempre les respondo que no es vestir como un viejo sino vestir bien. Estoy orgulloso de vestir de esta forma ya que creo que representa a la verdadera masculinidad. Gracias por todo Sr.Aristocrata

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