
Uno de los pasatiempos preferidos de cualquier caballero es sufrir el placer de hacerse un traje a medida.
La sastrería entendida de la manera más tradicional está desapareciendo debido a que los grandes sastres se están jubilando y la necesidad de muchos años de aprendizaje y el duro trabajo que ésta exige hace que las generaciones más jóvenes se decanten por otras profesiones. En España, por ejemplo, hoy en día es difícil encontrar más de cinco o diez sastrerías que trabajen con la profesionalidad, el cuidado y el mimo necesario para hablar verdaderamente de bespoke.